El regreso a clases presenciales no parece un expediente sencillo de resolver para las autoridades educativas nacionales, que hasta aquí vienen dejando en manos de sus colegas del Ministerio de Salud la evaluación de las condiciones epidemiológicas que permitan volver a las aulas. A más de 200 días de la suspensión de la actividad escolar dentro de los establecimientos, una de las primeras aperturas apuntará a revincular a los alumnos que están finalizando un ciclo, sea el último año de la primaria o el de la secundaria.
Este martes, pasadas las 18, la reunión virtual entre el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, y los ministros provinciales giró sobre las diferentes propuestas orientadas a habilitar actividades en las escuelas para esos estudiantes y además sobre las estrategias para retomar contacto con los chicos que tuvieron poco o ninguna conexión con sus maestros durante la pandemia.
Trotta definió como prioritaria la situación de los alumnos que cursan el último año del ciclo. Es el caso de los de quinto año del secundario, para quienes se prevé un módulo especial entre febrero y abril del año que viene.
También se postuló la necesidad de recuperar en breve las actividades educativas “no escolares”, es decir, las artísticas, deportivas y recreativas, como un modo inmediato de revinculación con los establecimientos.
El encuentro sirvió para que Trotta explicitara ante sus pares provinciales cuáles son las variables que construyen el índice epidemiológico fijado por las carteras de Salud en conjunto con expertos, y que dirimen si el riesgo de contagio en una provincia o departamento es alto, medio o bajo. La evolución de ese indicador permitiría pensar en un regreso progresivo y escalonado de los estudiantes en aglomerados urbanos de más de 500.000 habitantes.
El lunes, Trotta había dado un primer indicio del regreso a clases presenciales al sostener que “no hace falta la vacuna para volver a clases, pero tiene que haber datos objetivos que nos permitan dar pasos seguros”. Esos datos objetivos son los que consensuaron en julio todos los ministros del área: un protocolo para el regreso seguro a las aulas, que ya se dio en algunos distritos: en La Pampa, Formosa y este lunes en San Luis, donde, con los protocolos correspondientes, volvieron a clases 173 alumnos de 12 escuelas rurales.
El protocolo seguro involucra, entre otras medidas, islas sanitarias en las aulas; la obligatoriedad de mantener la distancia social; la existencia de espacios abiertos y ventilados; elementos de higiene y el uso obligatorio de tapabocas.
Desde los gremios docentes acompañan la decisión de volver a clases presenciales siempre y cuando la situación epidemiológica lo permita, y señalan los casos de Santiago del Estero o San Juan, donde se volvió a las aulas y el fuerte crecimiento de los contagios en las últimas semanas obligó a retroceder de fase.