El gobierno de Javier Milei, por medio del decreto 950/24 publicado el 24 de octubre, dispuso la desafectación y venta de más de 300 inmuebles del Estado nacional. Entre esos que consideran «innecesarios» incluyeron al edificio de calle Manuela Pedraza 1558, barrio de Núñez, donde funciona desde 1968 el Centro de Salud Mental N° 1. La noticia fue recibida con estupor por las y los 110 trabajadores, que no fueron advertidos de la medida, que recuerda al reciente intento de cerrar otro centro de salud mental: el Bonaparte.

“Somos trabajadores de la salud mental, nuestro sentido de laburo son los pacientes. Teníamos cierta ingenuidad, no contábamos con que el gobierno nacional iba a publicar a la venta, salvajemente, el predio. Incluso con las fotos del edificio. El Centro está en plena subasta”, denuncia Marcela Jiménez, terapista ocupacional del Hospital de Día del Centro desde hace 7 años.

El centro de salud mental que el gobierno quiere vender

Se trata de un lugar estratégico en la zona norte de CABA donde solo existe otro servicio similar en el Pirovano. Sus integrantes pertenecen a la planta permanente y transitoria del Gobierno de la Ciudad (aliado a Milei). El edificio es propiedad de la Nación.

“Recibimos gente de la Ciudad y mucha de Provincia, se atienden a más de mil personas por semana y se expiden más de 500 recetas al mes”, cuenta Jiménez. Los equipos interdisciplinarios abordan niños, adultos y adultos mayores. Hay desde psicoterapia o tratamiento tradicional de salud mental hasta el sostenimiento y acompañamiento de situaciones complejas como los dos hospitales de día con los que cuentan. Estos efectores que acompañan a personas con trastornos mentales severos evitan sus internaciones o acompañan externaciones: “son prácticas que en este momento deberían potenciarse en vez de minimizarse”.

El antecedente macrista

La comunidad recuerda que ya hubo un intento en 2016 de vender este predio, ubicado en una zona muy pretendida por los siempre voraces desarrolladores inmobiliarios. «Este decreto de ahora reactiva aquel decreto N° 952/16”, apunta Jiménez. En ese momento lograron frenarlo. Pero el mercado siempre vuelve.

Tiempo atrás, ante las versiones que crecían, un grupo de trabajadores presentó pedido de información pública al titular porteño de Salud, Fernán Quirós: “el ministro nos contesta un miércoles que hasta la fecha no había ninguna expresión de cambio sobre el destino del Centro y dos días después, el viernes, sale este decreto”.

Jiménez apunta a la necesidad de una posición activa por parte del Gobierno de la Ciudad para que continúen los servicios que “son de excelencia, y más ahora ante una demanda excesiva. No se contaba con esta extrema crueldad por parte del Gobierno nacional de ponerlo a la venta”.

Hoy los equipos se encuentran en estado de alerta y movilización. El miércoles a las 10 harán una asamblea ampliada a la comunidad, que incluirá trabajadores, pacientes, familiares, vecinos y organizaciones: “queremos generar actividades culturales y artísticas, estamos trabajando en la grilla de actividades”.

De los 110 trabajadores, 74 pertenecen al personal de planta de la carrera profesional del GCBA. El resto son residentes y concurrentes de diversas disciplinas, esenciales en los hospitales. Por la complejidad de los casos que abordan, los equipos son interdisciplinarios. Hay psiquiatras, psicólogos, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales, psicopedagogos, musicoterapeutas, nutricionistas, farmacéuticos, además de administración y mantenimiento. Mientras crece la demanda por la crisis, en lugar de fomentarlo se lo quiere cerrar.

Un motivo fundamental se lo puede obtener mirando su entorno: se encuentra rodeado de emprendimientos inmobiliarios. “Estamos frente al Parque de la Innovación donde las constructoras están haciendo lo que quieren. Enfrente ya se construyó un mega edificio, al lado nuestro otro, y en el lado derecho donde había una estación de servicio, ahora se vendió y está con permiso de obra. Es obvio el tema del negocio inmobiliario”, soslaya.

El Parque de la Innovación que el gobierno porteño empezó a encarar hace pocos años en Núñez.

Ni la dictadura lo logró

El Centro N° 1, junto a otros tres similares, fue creado en 1968 por el médico Mauricio Goldemberg, profesional que transformó la concepción de salud mental. “No se trata de cualquier Centro, el sentido es justamente el derecho a la accesibilidad del que más sufre. Goldemberg decía que, en términos de inclusión, los más graves tienen que estar en sus barrios”, asevera Jiménez.

De los cuatro centros de salud mental que existían en CABA, dos fueron cerrados por la última dictadura: “es un lugar que está al servicio de desmantelar el aislamiento, de creer que nuestros pacientes son sujetos de derecho, que tienen el derecho de vivir en sus barrios y en sus casas”.

En este espacio se abordan problemáticas de violencia, abuso infantil, vulneración social y trastornos severos de salud mental. «Incluso cuenta con equipos especializados de adicciones y violencia de género y grupal”, destacan. Cuenta con los dos hospitales de día, uno de adultos y otro infanto juvenil “La Cigarra” especializado en autismo y psicosis. Posee un área comunitaria y un espacio dedicado a docencia e investigación. Pero para el Gobierno, todo eso es «innecesario» y se puede vender.

Regalos para el mercado

Según el Gobierno, hay 309 inmuebles propiedad del Estado nacional que son «innecesarios» y que por eso se pueden poner a la venta. Analizando la lista, aparecen grandes regalos al mercado y otros que atentan contra políticas de memoria, de transporte, e incluso ambientales. Un ejemplo es el sitio de Memoria La Perla Chica, en Córdoba, como reveló Tiempo esta semana.
En CABA son al menos 33 inmuebles. “A escala nacional hay muchos inmuebles vinculados a terrenos ferroviarios. Perderlos es imposibilitar cualquier desarrollo futuro del ferrocarril”, denuncia Fabio Márquez, docente, licenciado en Diseño del Paisaje.