Autoridades del Hospital Eva Perón de la provincia de Tucumán informaron que este viernes falleció la beba “nacida el pasado 26 de febrero de 2019″, producto de la violación a una niña de 11 años, a la cual el estado provincial le impidió el acceso a la interrupción legal de su embarazo a través de dilaciones y de la judicialización del caso.
El Ministerio de Salud Pública de Tucumán la había obligado a parir después de dilatar el pedido de ILE solicitado por la menor y su familia, con argumento de que se procure «salvar las dos vidas», según un comunicado emitido horas antes de que se le practicara una cesárea a la nena, a la que se la denominó «Lucía» para cuidar su identidad.
La nena había sido amenazada de muerte por su violador para que no dijera nada y recién casi cinco meses después se lo pudo contar a su mamá. Aunque en ese momento comenzó a ser víctima además del estado tucumano, cuyo gobierno provincial el año pasado se declaró oficialmente «provida». Si bien «Lucía» manifestó en cuatro oportunidades oficial su voluntad para que se le practicara la ILE (cuando iban 19 semanas de gestación), desde el Poder Ejecutivo y desde el Poder Judicial se dilató al situación para que se le pudiera practicar el aborto, tal como sucedió en un caso similar en Jujuy, donde la beba murió días después de la cirugía.
La ginecóloga Cecilia Ousset que participó como instrumentista en la cesárea afirmó que todo el sistema de salud tucumano obligó a la nena a seguir gestando y afirmó que eso se debió a una cuestión electoral, que viene jugando hace bastante en la provincia norteña cuando se habla de derechos de las mujeres.
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“Una nena de esa edad tiene peligro de muerte porque no tiene el cuerpo desarrollado para continuar su embarazo”, afirmó Ousset en diálogo con Radio Nacional Tucumán luego de haberse conocido que el Sistema de Salud Provincial (Siprosa) ordenó la práctica dando cumplimiento a un fallo judicial.
La médica contó que fue convocada por el secretario ejecutivo médico del Siprosa, Gustavo Vigliocco, y que en el quirófano estuvieron el doctor José Gigena, quien realizó la operación, ella como instrumentista, y una anestesista de la Maternidad. Además, aseguró que “todos (los restantes) integrantes de quirófano del hospital se declararon objetores de conciencia”.