Siete detenidos que se amotinaron el jueves por la noche en la comisaría tercera de Merlo, depusieron su actitud este viernes a la mañana después de 12 horas, en las que hirieron a otro recluso y le exigieron dinero a su padre, denunciaron que eran 26 en un lugar con capacidad para 14 y reclamaron mejoras en las condiciones de alojamiento.
Fuentes judiciales y policiales informaron a Télam que luego de más de diez horas y tras negociar con efectivos del Grupo Halcón, los líderes del motín se entregaron y serán trasladados a otra unidades carcelarias.
La revuelta comenzó anoche, pasadas las 23, en la seccional situada en en José de San Martín 2993, de la localidad bonaerense de Parque San Martín, partido de Merlo.
De acuerdo a lo que pudo reconstruir la pesquisa, los disturbios comenzaron con una pelea entre presos cuando un grupo se opuso al alojamiento en esa dependencia de un detenido que aparentemente le había robado el celular a un familiar de otro alojado allí.
Durante la pelea, el preso recién llegado, identificado por las fuentes como Enrique Alfredo Arévalo, fue atacado a golpes y atado a a la puerta de uno de los calabozos.
Luego, lo obligaron a llamar a su padre para que llevara al lugar dos mil pesos como condición para que sus agresores no continuaran atacándolo.
Tras recibir las llamadas, el padre del detenido radicó una denuncia en la subcomisaría de Matera, en la que aseguró que había recibido al menos diez llamadas telefónicas de su hijo, en las que le dijo: «Pa, tenés que conseguir dos mil pesos acá para la ranchada de los pibes».
Fuentes policiales dijeron que, según esa denuncia, cuando él respondió que no tenía ese dinero, un preso agarró el teléfono y le dijo: «Yo se quién es usted, tiene un local comercial, repara motores y vende caños, consiga la plata ya, la trae porque está en juego la vida de su hijo».
La denuncia dio inicio a la intervención de la fiscal 4 de Morón, Valeria Courtade, quien ordenó al Grupo Halcón de la Policía bonaerense iniciar una negociación con los amotinados y procurar su entrega.
En tanto, los presos comenzaron a reclamar por las malas condiciones en las que están detenidos y denunciaron una situación de hacinamiento, ya que son 26 detenidos en un lugar que sólo tiene capacidad para 14.
En diálogo telefónico con el canal C5N, uno de los presos que se identificó como Fausto denunció que «la comisaría está muy poblada de presos y que hay detenidos hasta en los baños»
«No tenemos armas blancas. Nosotros acá pasamos hambre y no tenemos luz. La gorra (en referencia a la policía) está tirando balas de goma a todos. Somos 26 ‘pintas’ (presos) en tres celdas y nos tiraron una tarima de madera para dormir. Acá en la comisaría esta todo mal, cada vez que viene nuestra familia la tratan como perros y nosotros somos presos y tenemos derecho como presos», dijo.
«Estamos cagados de hambre -agregó el detenido-. Hoy nos pasaron un paquete de fideos para seis pinta, eso no es humano, estamos viviendo como perros y la gorra sigue metiendo presos».
Al ser consultado por los motivos que desencadenaron el motín, Fausto dio su versión y dijo que «Todo fue porque la gorra había metido un preso que le había robado el celular a una mujer embarazada y le metió un tiro en la panza y estando embarazada y por eso el tema, la gorra ensució la cancha».
Finalmente, pasadas las 10.30, los amotinados depusieron su actitud, por lo que la policía logró rescatar y trasladar al preso herido al hospital Eva Perón.
Los siete cabecillas del motín, en tanto, fueron trasladados a la fiscalía a cargo de Courtade para ser indagados por el delito de extorsión y privación ilegítima de la libertad.
Las fuentes identificaron a los acusados como Ezequiel David Alderete, Leonardo Biondo, Germán Víctor Segovia, Joel Joshue Mendoza, Dario Maximiliano Casimiro, Sandro Ariel Brandan y Víctor Hugo Candia.
Los siete serán reubicados en dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense, mientras que otros 14, serán alojados en la alcaidía de José C. Paz, dijeron las fuentes.
La fiscal Courtade tiene previsto luego de las indagatorias a los cabecillas del motón tomar testimonio a los restantes 19 presos que se encontraban alojados en la comisaría, entre ellos al que fue herido durante la revuelta.