El caso por la desaparición de María Cash , que va camino a cumplir siete años sin esclarecimiento desde que se la vio por última vez el 8 de julio de 2011, sumó otro capítulo donde se mezclan los indicios de una posible red de trata con ramificaciones en el Servicio Penitenciario Federal, e intimidaciones mafiosas que desembocaron en torturas a una testigo, todo recubierto por una pátina de machismo explícito.
Según difundieron medios salteños, trascendió que una mujer de entre 40 y 45 años ingresó al Hospital San Bernardo de Salta tras haber sufrido torturas e intimidaciones cuando dos sujetos ingresaron a su casa y, entre otros tormentos, la cortaron y le marcaron en la piel la frase El macho siempre gana. Esa frase, también, se la habrían susurrado mientras le marcaron el vientre dejádole heridas de las cuales aún se recupera en el hospital público.
Ella estaba a punto de ratificar una denuncia que ya había concretado en Buenos Aires.
Días atrás, la mujer denunció en una fiscalía de Buenos Aires que su esposo y al menos dos personas más, todos ligados al Servicio Penitenciario Federal (SPF), presuntamente capturaron y ocultaron a María Cash hasta su desaparición. La denuncia no explicitaría el destino de la joven desaparecida, pero aparentemente deja expuesta una red de trata de la cual su marido formaría parte. La presentación llegó luego tras una fuerte disputa conyugal con su esposo.
Según el periódico El Tribuno, Pedro García Cinella, abogado de la familia Cash en Salta, confirmó los trascendidos y además explicó que la denuncia radicada por la mujer en Buenos Aires ya fue remitida el Juzgado Federal Nº 2. La mujer aún no declaró en Salta, porque antes se había presentado en ese juzgado el 26 de febrero pasado y solicitó garantías para declarar.
La mujer había pedido protección del Estado, tratamiento psicológico y el beneficio de la legislación vigente para testigos encubiertos.