A pesar de los incrementos tarifarios y de los cortes de luz, el aire acondicionado sigue siendo una amenaza latente y su uso indebido genera el empeoramiento de enfermedades respiratorias preexistentes o la aparición de nuevos síntomas.
«Los aires acondicionados enfrían el aire, le quitan humedad, lo secan, y tienden a acumular polvo en los filtros (todo lo contrario de la función de las vías respiratorias), favoreciendo los cuadros infecciosos o inflamatorios de vías respiratorias, sobre todo altas: rinitis, sinusitis, faringitis y laringitis», enumera el doctor Sebastian Wustten, de la sección de enfermedades obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Además, el uso de aires acondicionados tiende a favorecer los ambientes cerrados y facilitar la transmisión y contagio de gérmenes.
A continuación, una serie de consejos para evitar contraer enfermedades respiratorias durante el verano.
Acondicionar los ambientes con temperaturas entre 24 y 27 grados.
Tratar de mantener la humedad del ambiente usando la función de ventilación.
Mantener los filtros limpios.
Evitar los cambios bruscos y frecuentes de temperatura para permitir que el organismo se adapte gradualmente. Y estar preparados (con un abrigo a mano) para un eventual cambio brusco.
Mantenerse bien hidratado y alimentado.
Continuar con los tratamientos y cuidados para enfermedades respiratorias crónicas.
No fumar.
No automedicarse y consultar al médico en caso de síntomas importantes o persistentes. «