La construcción colectiva es un trabajo diario. Elegir caminos con pares incluye proponer, debatir, disentir y llegar a acuerdos. Es una tarea tan ardua como gratificante. De eso saben quienes, como nosotros, celebraron ayer el Día Internacional de las Cooperativas y a los que saludamos.
Es el festejo de todos los colectivos que, como Tiempo, encuentran en la economía social una forma de producción solidaria, con equidad e igualdad como valores estructurales de un modelo sustentable, inclusivo y atento a la comunidad. Un recorrido que en Argentina tiene una historia de más de 100 años pero cuya vigencia tiene mucho para aportar en la actualidad.
Tiempo encontró en el modelo cooperativo la posibilidad de recuperar fuentes laborales para trabajadores y trabajadoras abandonados por una patronal inescrupulosa en 2015. Desde ese momento, se erigió como un referente de los medios recuperados y se propuso consolidarse como una voz para narrar otras experiencias de cooperativistas en todo el país. Con esa voluntad, hoy por la tarde Tiempo dirá presente en una mesa sobre medios autogestivos junto La Vaca, Cítrica, Radio Fogón y FM Patagonia Andina, en la segunda edición de ExpoCoop, en El Hoyo, Chubut, evento que convoca a habitantes y productores de toda la Comarca Andina.
Esta participación cerrará una breve pero intensa recorrida patagónica que incluyó dos proyecciones de De la resistencia a la existencia, el documental que cuenta nuestra historia. La primera función fue el viernes en la ciudad de Esquel, junto al Sindicato de Prensa de la Chubut y La Portada, diario autogestivo de la provincia. La segunda tuvo lugar ayer en la exposición, con gran interés del público. La oportunidad de seguir difundiendo el documental, ahora en el sur del país, se suma a la realizada en Rosario y anticipa la que se llevará a cabo mañana en el Cine Gaumont de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con entrada libre y gratuita, a las 19:30 compartiremos la proyección con la comunidad que nos apoya y alienta en cada proyecto. Esta función sucederá en una fecha muy importante para quienes integramos Tiempo. Sus trabajadores y su comunidad. El 4 de julio de 2016, una patota ingresó a la redacción de Amenábar 23 para destruir cada una de las herramientas de trabajo. Computadoras, archivos de fotos, la red de conexión a Internet, entre otros elementos fueron salvajemente dañados para acallar a Tiempo.
No lograron frenarnos. Al contrario, salimos fortalecidos, crecimos y multiplicamos nuestra propuesta periodística. Con el mismo ímpetu con el que recuperamos cuerpo a cuerpo la redacción, seguimos reclamando justicia en la causa del ataque. La actual dilación del proceso judicial perpetúa la impunidad de uno de los más graves ataques a la libertad de expresión en democracia.
La resistencia parece ser una marca de esta cooperativa que considera a la comunicación como un derecho humano básico en la convivencia democrática, que por estos días se ve en jaque en Jujuy. Nuestra solidaridad con quienes están luchando en esa provincia para defender sus derechos se concreta en el espacio y la cobertura que le dedicamos al conflicto en el diario. Nuestro repudio total a los ataques y la persecución –de ayer y de hoy– a colegas que simplemente quieren ejercer su tarea es una convicción que también nos define. «