Las altas temperaturas y la humedad generan condiciones propicias para la aparición de escorpiones y alacranes, y la preocupación de las familias reaparece en cada temporada estival. Quienes se especializan en la problemática, coinciden que la prevención es la mejor herramienta para evitar que las personas estén expuestas a las picaduras de ambas especies: sacudir y revisar las prendas de vestir y el calzado; sábanas, y cubre camas; tener precaución al examinar estantes, cajones y repisas; como así también evitar caminar descalzo en zonas propensas a la aparición de escorpiones y alacranes, son las recomendaciones más comunes
Los recaudos deben tomarse dentro y en las inmediaciones de la vivienda. La limpieza periódica de pisos, la utilización de rejillas sanitarias en desagües y sanitarios, y estar atentos a las entradas y salidas de tuberías y aberturas de caños; son otras de las recomendaciones más generales. Al igual que la colocación de burletes o mosquiteros en puertas y ventanas; reparar grietas en pisos, paredes y techos, etc.
“Lo más importante, si una niña o un niño es picado por un alacrán, es acudir rápidamente a algunos de los hospitales de niños o a la Guardia más cercana al domicilio. Esta consulta tiene que ser inmediata sobre todo en niños menores de 10 años, pero también es recomendable que los mayores de 10 y los adultos consulten a una guardia; y de ser posible llevar al escorpión”, explica a Tiempo el infectólogo Tomás Orduna, jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz de la Ciudad de Buenos Aires.
Llevar el escorpión o alacrán al centro de atención médica es fundamental para que los profesionales reconozcan si la especie es venenosa. En general, la edad de las personas es un factor clave para determinar la peligrosidad una vez que fue alcanzada por la picadura de alguna de estas especies: A menor edad, más potencialmente peligroso y grave es el cuadro. “Igualmente todos requieren de consulta médica. Los niños demandan una observación de 6 a 8 horas para saber cómo evoluciona el cuadro; pero por supuesto que si el niño cuando llega a la guardia ya tiene cuadro clínico, no sólo se va a quedar internado sino que se implementa todo un protocolo para clasificarlo, en accidente leve, moderado o grave, y en base a eso el procedimiento terapéutico y el lugar de internación”, clarifica Orduna.
La toxina de estas especies es un veneno neurotóxico, que puede ocasionar un cuadro muy variado, pero lo más preocupante es el compromiso cardiológico pulmonar. Esto puede generar un daño importante en el miocardio y un trastorno en la capacidad de los pulmones en el manejo de todo el componente sanguíneo que se transforma en un edema agudo de pulmón. En concreto: lo más importante es el daño cardiológico que es el que marca la gravedad del accidente, y de manera secundaria algunos problemas respiratorios.
“La mayor cantidad de picaduras de escorpiones se producen en el domicilio o en lo que llamamos peri domicilio. Dentro de la casa o en el patio, la terraza, o en el jardín, y no se encuentran tanto en parques o plazas aunque aparecen de vez en cuando, ya que prácticamente están asociados a donde habitan las personas”, revela el infectólogo y agrega: “No son muchos los casos que aparecen y la mayoría se encuadran en cuadros moderados. En los últimos 15 años, sólo en la Ciudad de Buenos Aires, puede variar entre 20 y 50 notificaciones por año”.
Otras recomendaciones preventivas
Controlar la basura para reducir la cantidad de insectos como arañas y cucarachas, que son el alimento predilecto de los escorpiones y alacranes; evitar la acumulación de materiales de construcción, escombros, arena; ya que en esos materiales ambas especies suelen conservarse y dispersarse. Fuera o dentro de la Ciudad, los alacranes pueden encontrarse debajo de la corteza de los árboles, piedras o ladrillos en áreas rurales; en sótanos, túneles, depósitos y cámaras subterráneas, cuando se trata de zonas urbanas.
Centros de emergencia y atención
Quienes sean alcanzados por la picadura de estas especies, deberán acercarse a cualquier servicio de toxicología. En la Ciudad de Buenos Aires podrán acudir al Hospital de Niños Dr. Pedro de Elizalde, ubicado en Av. Montes de Oca 40, o comunicarse al Centro de Toxicología del mismo nosocomio: (011) 4300-2115/4362-6063. En el Gran Buenos Aires, al servicio de Toxicología del Hospital Posadas, sito en Avenida Presidente Arturo U. Illia y Marconi, Morón, o llamando 011 4654 6648 o 011 4658 – 7777.
En La Plata, al Centro de Asesoramiento y Asistencia Toxicológica del Hospital Interzonal de Agudos Especializado en Pediatría «Sor María Ludovica», ubicado en la calle 14 N°1631 o comunicarse a la línea gratuita 0-800-222-9911.