A una semana del pomposo anuncio de la puesta en marcha de la Cobertura Universal de Salud (CUS) en la ciudad mendocina de Guaymallén, la promesa de vincular la información entre todos los centros de salud del distrito sigue en suspenso. Tan sólo dos establecimientos de atención primaria lograron ser interconectados y los 20 restantes esperan su turno al igual que los dos hospitales públicos. Desde Mendoza aseguran que no hay tiempos ni cronogramas y reina la incertidumbre con respecto a la implementación.
El Ministerio de Salud mantiene el cronograma en reserva y tampoco brinda información de las razones por las que la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires no han firmado el compromiso para sumarse al CUS que sí rubricaron otros 14 distritos.
El plan de restricción de prestaciones en el sistema de salud público que diseñó el gobierno responde a claves de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«La CSU no implica la cobertura gratuita de todas las intervenciones sanitarias posibles, independientemente de su costo, ya que ningún país puede permitirse ofrecer todos los servicios gratuitamente de forma sostenible», dice la OMS en su página oficial en el apartado específico sobre los alcances del programa que apuestan a establecer en toda la región para 2030.
«El objetivo es nivelar el acceso a la salud en la región, pero en el caso de Argentina se nivelaría a la baja», confiaron fuentes del Ministerio de Salud a Tiempo. Y aclararon: «Esto recién empieza, es un proyecto que llevará 6 años de desarrollo».
La puesta en marcha del programa revelado por este diario hace una semana generó la reacción de sanitaristas, especialistas en salud pública y referentes de distintos sectores políticos.
Daniel Arroyo, candidato a diputado nacional por 1País en la provincia de Buenos Aires, se quejó de la falta de información oficial y señaló que «no sería una salida adecuada» dejar de brindar tratamientos de alto costo o complejidad para volcar esos recursos a la atención primaria. «Se va complejizando el mundo de la salud y hay que cubrir más. Este esquema termina complicando a los que menos tienen. Me genera muchas dudas, corremos el riesgo de que se cubra menos gente», le dijo a Tiempo.
Además, Arroyo advirtió que, en la actualidad, el sistema de salud «está peor que hace unos meses, los hospitales están colapsados porque mucha gente que tenía obra social o prepaga ya no la tiene porque perdió el trabajo; tampoco hay insumos, ni mejoras en infraestructura».
El reconocido médico sanitarista y exministro de Salud de Néstor Kirchner, Ginés González García, desacreditó el argumento de Cambiemos sobre un supuesto acceso a la salud pública de 15 millones de argentinos a través de la CUS. «Es una falacia porque la gente ya tiene atención. El título universal sale de la Organización Mundial de la Salud como propósito pero no como un método», explicó a este diario.
En ese sentido, advirtió que se trata de «marketing preelectoral sin fundamentos», y subrayó que el plan genera «mucha desconfianza» entre los gobernadores.
Ante la baja por tercer año consecutivo del presupuesto destinado a salud, González García sostuvo que es imposible mejorar las prestaciones. «El gobierno nacional se ha desentendido de la salud en las provincias. Han desfinanciado programas como el Remediar, que funcionaba como un relojito. Les han dejado de pagar a 10 mil médicos comunitarios, que son los que atienden a la población que va destinada a este plan», detalló.
Por su parte, el secretario de Salud del municipio de La Matanza, Alejandro Collia, se sumó a las críticas al proyecto que implica establecer una canasta básica de prestaciones médicas. «En Argentina tenemos cobertura universal en salud, ya que todos los ciudadanos acceden o bien a la infraestructura y los servicios públicos, al sistema de la seguridad social o al sistema privado.
De manera que la universalidad de la cobertura es algo que ya existe, lo que debemos mejorar y mucho es el acceso, la calidad y la equidad de las prestaciones», sostuvo. Y completó: «El año pasado, el gobierno se jactó con la supuesta puesta en marcha de la Cobertura Universal de Salud (CUS), financiado con 8000 millones del Fondo Solidario de Redistribución perteneciente a la seguridad social. Y ahora relanza esa estrategia nunca ejecutada, que es sólo un enunciado de atención, y que al final no tiene contenido».
Para Collia, el balance de la gestión de Cambiemos en el área de salud se caracteriza por «un retroceso acelerado en el acceso y la equidad de casi todos los servicios de la red de salud pública, incluidos los medicamentos». Y concluyó: «La gente va a tener que pagar por servicios que antes no pagaba». «