“Con el argumento de solucionar las inundaciones en la zona, el gobierno porteño insiste con una obra que le saca varios metros cuadrados a uno de los pulmones verdes más importantes de la Ciudad”, señalan vecinas y vecinos del barrio de Saavedra que rechazan el arroyo a cielo abierto en su Parque. Hace 80 años, el Parque Saavedra estaba atravesado de punta a punta y a la vista de todos por el arroyo Medrano. Con el objetivo de mitigar los desbordes de los cursos de agua en los barrios y evitar las inundaciones, motorizado por un proceso de avance en la urbanización y crecimiento poblacional, fue entubado con obras de soterramiento recién en el año 1942. Ocho décadas después, el ejecutivo local quiere volver al pasado, abrir un extenso tramo del arroyo y dejarlo al aire libre.
En un último intento para que esta obra no se concrete, las agrupaciones vecinales realizaron un reclamo al Banco Mundial para que no financie la obra que quiere llevar adelante la administración porteña. “Los abajo firmantes, representantes, organizaciones y vecinos del barrio de Saavedra, de la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, nos dirigimos a Uds. con el propósito de asentar nuestro requerimiento de atención a la solicitud de cancelación inmediata del proyecto”, comienza el documento. Los vecinos lo llaman “zanja”, el gobierno porteño le dice “Regeneración del arroyo Medrano en Parque Saavedra”; de llegar a concretarse esta obra, la gestión de Rodríguez Larreta construirá un canal artificial de alrededor de 500 metros de largo por 6 de ancho que atravesará el espacio verde de punta a punta, desde el cruce de García del Río y Pinto hasta la altura de Vilela y Melián. Una vez conocida la intención del gobierno, vecinas y vecinos de la zona comenzaron a organizarse para detener este avance sobre uno de los pulmones verdes más importantes de la Ciudad. Desde un primer momento sostuvieron que esto dejaría el parque dividido en dos, y que pondría en riesgo a niños, niñas y mascotas; que sumaría cemento al espacio verde; que afectaría la capacidad de absorción del suelo; y que quedarían al aire libre las aguas contaminadas del Medrano.
En el documento enviado al organismo internacional, los vecinos destacan que “el proyecto de construcción de un arroyo artificial en el Parque Saavedra ha sido rechazado formalmente por votación mayoritaria por la Junta Comunal Distrital de la Ciudad de Buenos Aires (Comuna 12), ámbito público de gestión política y administrativa electo democráticamente claramente incumbente en relación a este tema”.
El principal argumento del ejecutivo porteño es que, a través de la construcción de acequias, el nuevo canal serviría como reservorio para paliar las inundaciones que se producen en la zona, pero los vecinos sostienen que esa no es la solución. Desde las agrupaciones, exigen la construcción de un segundo reservorio en el Parque Sarmiento «en terrenos ya definidos del exdriving Golf, incluido en el Plan Director de Ordenamiento Hidráulico de 2006», pero, parte de esos predios fueron concesionados por el gobierno porteño al club de rugby Belgrano Athletic.
“El rechazo generalizado por el vecindario al proyecto aludido, con sólidos y variados argumentos a vuestra disposición, es por entenderse que no considera como prioridad la prevención de inundaciones, no contempla impactos relativos ambientales y sociales, y resultaría una utilización irracional del financiamiento para la obra brindado por vuestra institución”, sostienen las agrupaciones vecinales en su documento “Debe en particular destacarse que solicitamos que los recursos previstos para la obra se vuelquen inmediatamente a la realización prioritaria del denominado Reservorio 2 en terrenos ya definidos en el cercano, amplio y mucho más propicio Parque Sarmiento (en terrenos de un ex[1]drive de Golf) en el trayecto del arroyo Medrano, incluido en el Plan Director de ordenamiento Hidráulico de 2006”, agrega.
El impacto ambiental y las aguas contaminadas
La Defensoría del Pueblo porteña realiza un monitoreo permanente de los arroyos que corren bajo la Ciudad. En el caso del Medrano, detectó que el problema recurrente de las inundaciones y anegamientos resulta agravado por la contaminación que afecta a sus aguas. El informe de laboratorio confirmó que cuando ingresan al subsuelo porteño, “las aguas del Medrano ya se encuentran severamente contaminadas (…) Esta contaminación se incrementa sensiblemente a lo largo de su recorrido bajo la Ciudad hasta revelar valores de deterioro mucho más severos en su desembocadura, donde diariamente se practican actividades náuticas y de pesca. La observación satelital muestra con claridad que el agua contaminada se desplaza hacia el sur e invade la zona costera”.
Una vez abierto el arroyo en el predio que ocupa el parque, los olores ocasionados por productos químicos desechados por industrias linderas afectarían gravemente la salud de vecinas y vecinos.