Los trabajadores de plataformas digitales representan al 1% de los ocupados a escala nacional, es decir, más de 160 mil personas. Así lo revela un estudio de CIPPEC, BID Lab y la OIT, que además encuestó a más de 600 trabajadores de las 12 principales plataformas que operan en el país.
Según la investigación, sólo la mitad de los entrevistados realiza aportes previsionales, el 85% dice estar satisfecho con este tipo de ocupación y apenas dos de cada diez encuestados afirman que su motivación principal para trabajar en una app fue la dificultad para conseguir otro empleo.
El estudio también revela que casi cuatro de cada cinco trabajadores de plataformas digitales son hombres, con una edad promedio de 38 años. En cuanto al nivel educativo, estos trabajadores tienden a estar «sobrecalificados» para este tipo de empleo.
Con respecto al nivel de ingresos, difiere según el servicio prestado y la plataforma. Incluso, dentro de una misma app, hay fuertes diferencias, ya que el tiempo dedicado y la cantidad de trabajos aceptados varían. Sin embargo, para el 60% de los encuestados, la plataforma es su principal fuente de ingresos y es determinante para sostener sus gastos habituales.
Un dato importante es que la mayoría de las plataformas que operan en el país cobran comisiones a los trabajadores, pero sólo unas pocas les exigen ser autónomos. Algunas de estas plataformas también ejercen un alto control: determinan el precio del servicio e intermedian en el cobro, supervisan y evalúan el desempeño de los trabajadores o establecen obligatoriedad para aceptar trabajos.
«Las apps están transformando las relaciones laborales: el contrato laboral tradicional se reduce a los términos y condiciones establecidos por las plataformas y la organización y supervisión del trabajo quedan en manos de algoritmos», explica Christoph Ernst, especialista en empleo y desarrollo productivo de la OIT Argentina.
Entre sus ventajas, las plataformas digitales democratizan la generación de ingresos; flexibilizan cómo y cuándo generar esos ingresos; y facilitan el acceso al trabajo. Sin embargo, sus trabajadores deben enfrentar más inseguridad y volatilidad laboral y menos acumulación de capacidades. «Llevada al extremo, puede desembocar en una élite vinculada al desarrollo tecnológico y trabajadores poco calificados con salarios bajos y derechos laborales limitados», advierte el estudio, y agrega que «frente a la disrupción tecnológica, necesitamos un nuevo contrato social que garantice un piso de derechos laborales y protección social para todas las personas que trabajan».
Las plataformas tampoco parecen ser una vía hacia el primer empleo. Casi la totalidad de los encuestados posee o poseyó una ocupación antes de ingresar en la plataforma. Otra característica sobresaliente es que más del 20% de los trabajadores de plataformas provienen de otros países. «