Dos años después hay sólo un par de certezas: un niño de 12 años muerto y dos policías que esperan el juicio que los castigue por su homicidio. El resto es incertidumbre. ¿Cómo sigue la vida sin Facundo Ferreira?
El 8 de marzo de 2018, después de la cena, Facundo pidió permiso en su casa del barrio Juan XXIII –más conocido como La Bombilla–, en San Miguel de Tucumán, para jugar a la “Play” en lo de un amigo. Pero el chico no pudo resistir la tentación de subirse a la moto de otro amigo para ver las “picadas” que se realizaban en la zona del Parque 9 de Julio. Al regreso, una persecución policial que aún no pudo ser justificada terminó con una bala de plomo alojada en la cabeza del chico.
Los policías Mauro Díaz Cáceres, responsable del disparo fatal, y Nicolás González Montes de Oca esperan ser enjuiciados por el homicidio agravado por alevosía en el abuso de su función como miembros de la fuerza policial y por la utilización de un arma de fuego, en concurso ideal con el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Quisieron instalar la versión de que Facundo estaba robando. La justicia no les creyó, pero aún no llega su condena. «