El coronavirus también afectó seriamente al tango danza. Las milongas, reconociéndose como grupos de riesgo, dejaron de funcionar más de una semana antes de que el propio gobierno nacional declarara la cuarentena en marzo; luego varios establecimientos debieron cerrar definitivamente y en estos meses las clases se restringieron exclusivamente a las que se pueden realizar vía internet. Los viajes de los maestros y bailarines son sólo un grato recuerdo, sin fecha viable de retorno, entendiendo que serán de los últimos en poder incursionar en la normalidad previa al coronavirus. En definitiva, como las que comprenden otros sectores de la cultura, la del tango se trata de una actividad que está severamente golpeada por una crisis que no tiene antecedente, y que en algunas de sus facetas corre serio peligro de desaparecer.
Este panorama, ampliamente conocido por las autoridades de la Ciudad, no sólo no encontró eco razonable en el gobierno sino que la respuesta oficial fue la convocatoria, de parte de un área de Festivales porteños, a unos pocos maestros y bailarines para realizar un muy sesgado Festival y Mundial de Tango (que estaba suspendido, y así se puede ver en la web oficial), que ahora se realizaría durante sólo cuatro días y, por supuesto, de forma online, lo que provocó la inmediata respuesta de agrupaciones vinculadas al tango danza y a las milongas.
Una de ellas, el Consejo Tango Danza CABA, advierte que “el gobierno de CABA maltrata al tango”. En una carta pública señala que la propuesta actual del Festival es “una edición virtual e improvisada a realizarse en tan sólo 20 días y sin ofrecer una remuneración económica a todos los convocados”, a quienes se les requirió videos y antecedentes a las apuradas. Lo consideran inaceptable ya que, “una vez más nos sentimos ignorados y desplazados por el gobierno de la Ciudad, que no respeta al tango danza como se merece”. Finalmente enfatizan: “Como referentes del género, defendemos nuestro patrimonio cultural y pedimos el desarrollo de políticas públicas que fomenten el crecimiento del sector”. Este consejo está conformado por más de medio centenar de maestros y bailarines de aquilatada trayectoria y experiencia internacional.
La carta es la siguiente:
Las adhesiones se registran en https://www.facebook.com/rednacionaldetango/posts/232928945099437
Más reclamos
Claro que más allá del festival BA Tango, la crisis se extiendo a la totalidad de la actividad. Por caso, ya se anunció formalmente el cierre definitivo de algunos establecimientos. Entre otros, ya dejaron de funcionar La Aurora (Abasto), DNI Tango (Almagro) y Estudio Mario Morales (San Telmo), lo que significa dejar en la calle a decenas de profesionales. Justamente, ante esta problemática, las que alzaron la voz fueron la Asociación de Organizadores de Milongas (AOM) y la Asociación de Milongas con Sentido Social (MiSeSo): “Ya han cerrado espacios donde funcionaban milongas y otros están por hacerlo; la manifestación cultural por excelencia de nuestra ciudad está en riesgo de extinción y si esta situación no se revierte, el daño será irreversible”.
La continuidad de una actividad vital para la cultura y para actividades como el turismo, depende más que nunca de la articulación de medidas para esos ámbitos. Por caso, las asociaciones reclaman la urgente implementación el subsidio BA Milonga, un programa de apoyo que se puso en práctica hace tres años, luego de largos y esforzados reclamos del sector, como por ejemplo, las milongas callejeras que tuvieron una gran repercusión internacional, lo que llevó al gobierno de la CABA a prestarle atención a la cuestión. Este año, el subsidio está cajoneado.
Las asociaciones, de mismo modo, reiteran un pedido de ayuda extraordinaria, que en su ocasión fuera rechazado por el Ministerio de Cultura porteño. “Larreta ya se endeudó con 150.000 millones. Dicen que toda la plata va para Salud, pero es mentira. En el presupuesto hay un ítem que se llama ‘divulgación artística’: son 1856 millones de pesos. ¿Qué divulgación artística se hizo”.