Un paseo gastronómico a poco más de una hora de la Capital. Volver el tiempo atrás durante una visita guiada por estancias jesuíticas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Descansar en un circuito de aguas termales y lograr una conexión natural, lejos de largas filas y bocinas insistentes. Los feriados de Semana Santa son el fin del llamado “verano extendido” y al mismo tiempo la excusa perfecta para realizar “escapadas” por la Argentina. Por supuesto, el contexto de pandemia obliga a respetar las recomendaciones sanitarias y, sobre todo, a chequear los requisitos para viajar a cada una de las provincias.
Después de una temporada de verano en la que se movilizaron casi 13 millones de viajeros, el turismo volvió a ser parte de las posibilidades. Pero, ¿qué habrá que tener en cuenta para poder recorrer el país sin problemas? En la web del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación (argentina.gob.ar/verano) se puede chequear la información actualizada de todo lo necesario para trasladarse a cada destino, detallado provincia por provincia.
En ese sentido, la gran mayoría de las provincias no exige un test de Covid negativo y, en varios casos, alcanza con presentar el Certificado Verano, que se puede gestionar en la misma web del Ministerio de Turismo para cada viaje que se realice por territorio argentino. Una vez comenzado el trámite, hay que aguardar la aprobación del lugar de destino (varía según la provincia y puede demorar hasta 48 horas). Una vez aprobado, se puede descargar, llevarlo en el celular, imprimirlo o mostrarlo en la aplicación Cuidar activando el Modo Verano.
En ciertas jurisdicciones, como en Chaco, hay que completar un permiso provincial o declaración jurada, o llevar una reserva de servicio turístico o alojamiento.
En la página del Ministerio también están disponibles los protocolos elaborados para la actividad turística, las recomendaciones para cuidarse y los sitios web de todas las provincias, para ampliar la información sobre las principales atracciones.
Variedad de destinos
Semana Santa es ideal para trasladarse a aquellos destinos que quedan cerca de las grandes ciudades, y Córdoba es una de las referencias obligadas. Al marco de belleza natural de las sierras, hay que sumar un itinerario turístico cultural que permite descubrir el valioso legado de los jesuitas. Las estancias de Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia y La Candelaria son algunas de las propuestas reconocidas mundialmente, tanto que fueron declaradas Patrimonio Mundial Cultural por la UNESCO en el año 2000.
El Litoral es otra opción que siempre resulta atractiva por su variedad. Las localidades termales de Entre Ríos, los esteros del Iberá o la ciudad de Rosario ya son hitos del turismo local, pero no agotan todas las posibilidades. Ubicado entre Chaco y Santiago del Estero, Campo del Cielo es un lugar único, consecuencia de la lluvia de meteoritos que cayó hace unos cuatro mil años. Su Parque Científico, con dispositivos interactivos, permite revivir el cataclismo cósmico, algo que solo se veía en películas. Poco reconocido, pero no por eso menos atractivo es el Bañado La Estrella, en Formosa, que permite navegar sus aguas, avistar su fauna y flora autóctonas, visitar las comunidades aborígenes y realizar safaris fotográficos, entre otras actividades.
Pero para los porteños que prefieran una verdadera “escapada” que no implique traslados largos ni estadías, o para el resto de los argentinos de otras latitudes, la provincia de Buenos Aires es un destino que tiene mucho para ofrecer al visitante. Luján, por ejemplo, ostenta una de las construcciones de estilo neogótico más importante del país: su famosa Basílica, dedicada a la patrona de la República. Pero no todo es regodeo estético. Localidades como Carlos Keen y Open Door cuentan con una carta de restaurantes y opciones de esparcimiento rural que a más de uno lo invita a soñar con mudarse a un “pueblito” alejado.
Por último, la Ciudad de Buenos Aires destaca por su oferta cultural. En esta época de contagios, nada mejor que los circuitos al aire libre como San Telmo, La Boca y Puerto Madero, entre otros.
El saldo de la tarjeta PreViaje
Muchos viajeros volvieron de sus vacaciones sin haber gastado la totalidad del saldo obtenido a través del programa PreViaje: la buena noticia es que pueden usarlo en su lugar de residencia o en otros traslados durante el año.
Gran parte de los 600 mil turistas que aprovecharon el programa impulsado por el Ministerio de Turismo y Deportes volvieron de sus vacaciones con saldo restante del beneficio. Desde esa cartera señalaron que lo que no se gastó puede utilizarse en comercios que formen parte de la cadena turística nacional: alojamiento, agencias de viajes, transporte, excursiones, gastronomía, etc. Un dato clave es que se podrá gastar tanto en los destinos elegidos como en el lugar de residencia del viajero. Basta que los locales estén registrados ante AFIP como prestadores de servicios turísticos.
El saldo se usa de tres formas. Con la tarjeta precargada PreViaje, que funciona como cualquier otra tarjeta de crédito Mastercard; con un código QR en la red de comercios de Mercado Pago (hay que adherir previamente la tarjeta PreViaje como medio de pago en la app); y, por último, a través del código QR de la app BNA+, presente en una gran cantidad de comercios de todo el país.
La premisa de este programa consistió en otorgar a quienes compraran hasta el 31 de diciembre de 2020 un crédito del 50% de lo gastado para usar a lo largo de todo este año.
En la previa a la temporada de verano, PreViaje impulsó las reservas cuando el sector estaba totalmente frenado por la pandemia, logrando inyectar unos $ 15 mil millones.