Las crisis económicas, cuando son profundas, matan. Matan de diferentes maneras, pero matan. Miguel Ángel Vizcaíno hacía 21 años que trabajaba como agrimensor y docente en las escuelas dependientes de Vialidad Nacional, en Trelew, una de las principales ciudades de Chubut.
Junto a cientos de compañeros, Vizcaíno perdió su trabajo a los 58 años, como consecuencia del ajuste impulsado por el gobierno nacional y por la Dirección Nacional de Vialidad, cuando su titular era Javier Iguacel, luego premiado por el presidente Macri por su buena “labor” y ascendido a ministro de Energía.
Cuentan quienes mejor lo conocían que Vizcaíno padecía una severa depresión desde que se quedó sin trabajo. Las noticias que llegan desde Trelew hablar de la planificación de su propia muerte. El miércoles por la mañana alquiló una habitación en el séptimo piso del Hotel Rayentray, uno de los más conocidos de la ciudad.
Apenas un rato después, luego de escribir una carta destinada a sus familiares, se arrojó por las ventanas del cuarto y cayó sobre un auto estacionado sobre la calle Belgrano. Falleció de inmediato, como consecuencia del golpe.
Desde el Sindicato de Trabajadores Viales denunciaron que Vizcaíno no es el primer muerto como consecuencia de la desocupación y la crisis económica. “Tenemos el caso de una compañera de Córdoba que falleció hace dos semanas. Una compañera que había pedido el retiro voluntario porque no aguantaba más la situación, ya que habían echado a dos de sus hijos de Vialidad”, indicó Gustavo de Biase, delegado del STV.
“Hacemos responsables al gobierno nacional y a las autoridades máximas de la Dirección Nacional de Vialidad por las consecuencias que traen sus políticas”, concluyó de Biase, en medio de la indignación y la impotencia.
El cierre de las escuelas como la que trabajada Vizcaíno se dio en el marco del proceso de desguace de la Dirección Nacional de Vialidad a partir de la firma de Mauricio Macri del Decreto 794/17.