Cuando establecieron la segunda y última cuarentena rígida, las autoridades remarcaron como uno de los objetivos de esa vuelta atrás el hecho de cuidar al resto de las provincias por los casos que iban a empezar a multiplicarse a partir del contacto con Capital y Gran Buenos Aires. Eso ya está pasando.
Hace quince días, de acuerdo a las cifras oficiales, el AMBA representaba el 93,8% de los casos de los test positivos. Hace una semana, la cifra bajó a 92,3% y este fin de semana fue del 90,6%. Y los brotes ya no ocurren solamente en Chaco, Río Negro, Neuquén o Jujuy, que son los más críticos en los últimos tiempos, y nuevos nombres empiezan a poblar el mapa de coronavirus en la Argentina.
Hasta el viernes, la provincia de Santa Cruz contaba con apenas 103 casos confirmados. El sábado se reportaron 20, el domingo otros 59, y ahora ya está cerca de duplicar la cifra inicial. El epicentro es Río Gallegos, donde algunos comercios cerraron preventivamente y otros restringieron el horario. Los taxis dejaron de funcionar, igual que la sede de Vialidad Nacional, el obispo Jorge García Cuerva determinó el cierre de parroquias y templos, y El Calafate anunció que cierra su portal de ingreso a riogalleguenses. La gobernadora Alicia Kirchner, dictó un decreto de medidas para controlar el brote en esa localidad, como restringir la circulación o limitar las reuniones sociales: «Un Decreto no es una vacuna. Lo más importante es la responsabilidad individual, y que sumando las responsabilidades individuales construyamos responsabilidad social. Fíjense cómo exponencialmente el virus se ha ido reproduciendo ¿Cual fue el motivo? Por lo que estamos analizando es la cercanía. La cercanía social, la cercanía familiar, la cercanía laboral”, afirmó.
La Rioja era otra que venía con cierto relajo por contar con pocos casos (menos de 150 desde el inicio de la pandemia), pero llegó el Día del Padre. Como el virus tarda alrededor de una semana en manifestarse, y otros días más hasta que la persona consulta, le hacen el hisopado, y le confirman el resultado, las consecuencias de ese día se vieron dos semanas después: brote en la provincia. Por eso ahora, con el Día del Amigo, las autoridades volvieron a hacer hincapié en la responsabilidad social, tras un fin de semana con una veintena de nuevos positivos. «Más del 70% de los infectados son personas por debajo de los 50 años», remarcó el ministro de Salud provincial, Juan Carlos Vergara, y advirtió: «Con mayor movilidad social a partir del martes, seguramente habrán nuevos casos, por eso la apertura será gradual. Tenemos que saber que seguimos con circulación comunitaria». Mientras tanto, docentes de la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja (AMP) anunciaron un paro de 72 horas a partir de este lunes en reclamo de la paritaria docente, el estrés laboral y la mala conectividad en el interior de la provincia.
Salta fue otro distrito que sorprendió el domingo al aparecer con 23 casos, cuando venía con 147 en total. Desde el gobierno provincial aseguraron que no es un número real, que sólo tuvieron 6 nuevos casos. Según las autoridades salteñas, sucede que a los laboratorios privados de Salta llegan muestras de Jujuy y luego se computan erróneamente a Salta. “Siempre vemos que hay diferencias entre nuestro reporte y el de Nación, pero esas diferencias, antes, se iban corrigiendo y ahora vemos que son más amplias y sensibles”, aseguró el ministro de Gobierno, Ricardo Villada. Hoy habrá una reunión con el Colegio de Bioquímicos y los dueños de los laboratorios privados. Igualmente, hay 42 sospechosos esperando resultados.
Córdoba se debate entre una buena política de rastreo de contactos estrechos, una mayor flexibilización, que podrá incluir la apertura de shoppings con una persona cada 9 m2, y una alarmante falta de responsabilidad de algunos sectores de la población. De los 76 nuevos casos de las últimas horas en Córdoba, la mitad fueron en la Capital, récord diario para esa ciudad. Y localidades como Río Cuarto reportaron primeros casos tras más de cien días. En el barrio Ampliación Las Palmas, por ejemplo, rompieron la cuarentena para organizar carreras de caballos clandestinas. Hubo más de cien espectadores y la policía los dispersó con patrulleros y un helicóptero. La contracara ocurrió en el hospital Florencio Díaz de Córdoba Capital, donde realizaron un parto con ambos padres contagiados de covid–19. La beba nació sana.
La misma situación de temor por irresponsabilidades o una flexibilización apresurada ocurre en Mendoza, que supera los 500 casos. El 69% se dieron en julio. Una polémica se centra en un boliche de Chacras, en el que se dieron contagios pero que no fueron informados. Desde hace días circula en las redes sociales un mensaje que alerta a las personas que estuvieron el 11 de julio en un conocido boliche de esa zona mendocina. Afirman que hay cinco positivos a partir de esa noche, y uno se vincula a un juzgado en Luján de Cuyo que debió cerrar. Los contagios también afectan a las actividades industriales: por tres positivos tras una reunión familiar, aislaron a 50 empleados de la refinería de YPF en Luján de Cuyo. Mientras tanto, el 911 mendocino recibió 1400 denuncias el fin de semana por juntadas de amigos clandestinas. La provincia se encuentra convulsionada por cambios en el gabinete de epidemiólogos en el Ministerio de Salud, aunque desde la gestión anterior del ex gobernador Alfredo Cornejo no cuentan con una Dirección de Epidemiología.
En Tierra del Fuego la situación se agravó durante el fin de semana a partir de un brote en Río Grande, aparentemente por un paciente asintomático o con síntomas leves, tripulante del pesquero Echizen Maru, que estuvo 35 días en alta mar, y que ingresó al barco sin saber que estaba contagiado luego de haber estado en Buenos Aires, a pesar que las autoridades afirman que cumplieron todos los protocolos. De 61 tripulantes, se infectaron 57.
Según el «Análisis de la situación del brote de SARS-CoV-2, identificado y confirmado en el buque pesquero Echizen Maru, que regresó a la ciudad de Ushuaia el día 11/07/2020», durante la estadía de 48 horas en Buenos Aires, antes de viajar a Ushuaia, el aislamiento «se hizo en un hotel que estaba siendo utilizado para el aislamiento de personas diagnosticadas de COVID-19, y el ingreso y egreso de personal médico y de personas que llegaban en ambulancia era permanente. Durante este tiempo en este hotel, si bien ellos mantuvieron su aislamiento en habitaciones, tuvieron circulación por espacios comunes del hotel y ascensores, y realizaban las comidas en un salón comedor».
Por temor a que el virus se propague a Ushuaia y Tolhuin, el Comité Operativo de Emergencia (COE) decidió restringir el ingreso y el acceso a Río Grande durante siete días, a partir de este lunes, con posibilidad de prorrogarlo una semana más. Además el COE resolvió suspender por una semana los encuentros esenciales con hasta 20 personas. “Y por siete días, se modifica en toda la provincia, el límite de asistentes en los eventos en quinchos, salones infantiles y afines hasta un máximo de diez personas”, agregaron desde el gobierno provincial.