Dos de los presos que el domingo 27 de agosto se habían escapado de la comisaría de Villa Ballester junto a cinco reclusos quedaron detenidos dos días después.
Se trata de Carlos Emanuel Ortíz de 18 años que está acusado del homicidio de Eduardo Herrlein (61), un zapatero que fue asesinado el 13 de junio durante el robo en su local de la calle Balcarce al 3000, de Villa Ballester; y Pedro Alberto Sayes (27).
Tanto Ortiz como Sayes se fugaron junto a otros cinco presos de los cuales tres fueron aprehendidos a horas de la fuga y quedan aún tres evadidos. Aún quedan dos evadidos por localizar, ya que otros tres fueron aprehendidos a poco de la fuga en las inmediaciones de la comisaría.
Ortíz se entregó el martes por la mañana en la fiscalía de San Martín, hasta donde llegó acompañado por su abogado defensor, Jorge Borgo, con quien pactó ponerse a disposición de la Justicia.
«Me entregué porque quiero hacer las cosas bien», dijo Ortíz al canal CN5 antes de ser llevado por los policías a la fiscalía 5 de San Martín, a cargo de la causa por la fuga.
El acusado de matar al zapatero aseguró que huyó de la dependencia «apretado» por el resto de los detenidos que escaparon, que «tenía mucho miedo» y que ahora está «tranquilo por haberse entregado», tras lo cual aseguró que es inocente del crimen que se le imputa.
Por su parte, Borgo contó que tras la evasión se contactó con la madre de Ortiz, le aconsejó que se pusiera a derecho para mejorar su situación procesal y pactó la entrega, al tiempo que adelantó que lo representará en la causa por el homicidio del zapatero Herrlein, el cual dijo haber presenciado pero «no ejecutado».
El otro recapturado fue atrapado durante la madrugada del martes en un operativo conjunto entre Gendarmería y personal del Destacamento Vial del Camino del Buen Ayre de la policía bonaerense.
Sayes, quien estaba detenido por tentativa de robo y homicidio, se movilizaba en un Peugeot 206 junto con otro hombre y había logrado fugarse de un operativo de control de Gendarmería en José León Suárez, partido de San Martín.
Las fuerzas policiales intentan localizar a los otros dos prófugos: Jesús Leonardo López (32), que estaba detenido por robo agravado, y Fabián Sorrentino (38), por infracción a la ley de drogas.
La fuga ocurrió cerca de las 23 del domingo 27 de agosto en la comisaría 2da. de San Martín, situada en el boulevard Ballester 164, en Villa Ballester, en el noroeste del conurbano bonaerense.
Siete de los doce presos alojados en una de las celdas lograron romper la reja del techo y escaparon sin ser vistos por el personal policial que en ese momento se hallaba en la dependencia.
Apenas fue descubierta la fuga, las autoridades de la seccional ordenaron distintos operativos de búsqueda y dos de los siete presos fueron encontrados refugiados en un colegio ubicado justo detrás de la comisaría.
Esos presos fueron José Luis Fernández, quien estaba detenido por infracción a la ley de drogas, y Sebastián Díaz, por robo reiterado, mientras que unos minutos más tarde fue encontrado Emiliano Sánchez Acosta, quien tiene una causa por robo, en el cruce de las calles Martín Lange e Industria, de Villa Ballester, a unas 20 cuadras de la seccional policial.
Tras la fuga, Asuntos Internos dispuso desafectar a tres efectivos que se hallaban en ese momento en la seccional, entre ellos el comisario Daniel Franco Correa, titular de la comisaría, tras considerar que actuó con «negligencia, falta de control y supervisión».
De acuerdo a cifras del Ministerio de Seguridad bonaerense, las comisarías de la Policía de la provincia de Buenos Aires alojan actualmente a 3.035 detenidos, lo que representa una superpoblación del 192,1 por ciento, es decir, que casi dos de cada tres presos que hay en una seccional no debería estar allí.