El cáncer renal representa el quinto tumor más frecuente en la Argentina, después de los de mama, colon, próstata y pulmón. En el Día Mundial de esta enfermedad, advierten que se diagnostican unos 13 nuevos casos por día, casi cinco mil por año. Una patología que por lo general no provoca síntomas específicos y se suele detectar de forma incidental, al realizar estudios por otros motivos.
La información se basa en las estadísticas de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), que en 2018 estimó 4.889 casos de cáncer de riñón en la Argentina. El 90% corresponde al denominado ‘carcinomas de células renales’ (CCR).
En el marco del Día Mundial del Cáncer de Riñón, que se conmemora el tercer jueves de junio, especialistas destacaron la importancia de prevenir la enfermedad combatiendo los factores de riesgo predisponentes. Entre ellos, tabaquismo, obesidad e hipertensión arterial. A éstos se suman otros factores no modificables: ser del sexo masculino, tener más de 60 años, contar con antecedentes familiares, ser afrodescendiente y estar en tratamiento con diálisis.
“El cáncer renal suele no presentar síntomas en sus estadios iniciales, y la detección se realiza por hallazgos casuales en estudios de rutina o motivados por otras sintomatologías, como puede ser análisis de sangre o ecografías abdominales. Ayudan mucho los controles anuales con el médico de cabecera y estar atentos a síntomas que sí suelen presentarse en otros estadios de la enfermedad, como ser la presencia de sangre en la orina en forma visible o bien un número elevado de glóbulos rojos en un examen de orina”, dijo el médico oncólogo Matías Chacón, expresidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) y presidente honorario de la asociación Vivir con Cáncer Renal (VICARE), la primera Asociación Argentina de pacientes y familiares con cáncer Renal y de Vejiga, fundada con el objetivo de reducir la mortalidad de la enfermedad y acompañar al paciente y sus familiares.
El especialista agregó que “también ameritan la consulta cualquier tipo de dolor persistente en la zona del riñón, fiebre sin causa aparente, pérdida de peso, anemia o la auto-palpación de algún bulto; otro síntoma posible es la aparición de cuadros de hipertensión arterial sostenida en personas que no eran hipertensas”. Además, enfatizó que “en aquellos individuos con antecedentes familiares de cáncer renal la consulta periódica con su médico es imperiosa”.
El tratamiento del cáncer renal dependerá de la localización del tumor, estadio al momento del diagnóstico y la salud general del paciente. Generalmente la primera indicación es la cirugía, que representa el tratamiento curativo más importante en el abordaje de la enfermedad.
“Para otros estadios, hoy contamos con terapias dirigidas -mayoritariamente de administración oral-, la inmunoterapia moderna -por vía intravenosa-, y la combinación de ambas. Lo importante es que disponemos de efectivas herramientas aún para las etapas más avanzadas, que nos ofrecen la posibilidad de brindarle a nuestros pacientes una significativa sobrevida sin efectos adversos de gran consideración”, concluyó Chacón.