Es en un rinconcito de Salta, cerquita de Cafayate , a la altura del km 60 de la Ruta Nacional 68. Es en el imperdible escenario que dibuja la Reserva de la Quebrada de Las Conchas, está el mojón Relato Salvaje, un cartel escrito a mano, sobre los restos de un auto siniestrado.
Si de películas y series se habla, uno de los ejes del fin de semana pasado fue el protagonismo de Damián Szifron, que con su debut en Hollywood de la mano de la película “Misántropos “ y como jurado en el Festival de Cannes, el aire mundialista parece no detenerse.
Lejos de analizar las series y películas que, a todas hay que verlas y que por suerte se viene de nuevo un especial de Los Simuladores, es en “Relatos Salvajes” donde nos detenemos. Igual que cientos y miles de turistas y viajeros que la vieron y se detienen. Está junto a la banquina, un tramo que mezcla el ripio y la carpeta asfáltica de la ruta que es un tramo abandonado porque en el verano pasado cuando la crecida del río Las Conchas lo afectó, debieron hacer un by pass en la ruta. Hoy está este tramo, el auto y el Puente Morales, que se puede cruzar caminando y brinda la idea de la inmensidad del paisaje. En fin, es un detalle en el camino, y se trata de los restos de un Peugeot 504 que en la película en cuestión es protagonista del tercer cuento de los seis que integran la saga en el film de Szifrón.
Es un instante que dura horas, Leonardo Sbaraglia conduce un AUDI y representa a un empresario millonario: Diego Iturralde que en la ruta tiene un entredicho con el actor, Walter Donado que conduce un Peugeot 540. Lo pasa y le grita un insulto. Pero al llegar a la altura del Puente Morales, se da vuelta la trama porque a Sbaraglia se le pincha una rueda y el conductor del Peugeot, entonces, lo alcanza y quiere revancha. En fin, pierde el más pobre y ahí está el auto quemado.
Es una parada obligada para los viajeros del alma. Clik foto y sigue el camino que conduce hacia Cafayate que despliega el epicentro del camino del vino de altura y sino, si es de regreso a Salta Capital, este recorrido se luce en los distintos horarios de sol, cambia los perfiles de las montañas que en tonos rojos, naranjas y bordó se distinguen en cada curva mientras serpentean con el río y las geoformas talladas a fuerza de tiempo y erosión, invitan a detenerse y conocer, El Anfiteatro, una formación muy famosa por su acústica, “La Garganta del diablo”, otro sitio emblemático en el recorrido y “El Sapo”, muy simpático a la vera del camino.
Es parte de Los Valles calchaquíes y además con fuerte historia diaguita también es la evolución del planeta en las areniscas que forman los muros arcillosos de los cañadones donde se impregnan más de 500 años de historia.