Un nene de 11 años y una nena de 9, baleados en distintos episodios en la ciudad de Rosario en los últimos días, volvieron a dejar en evidencia un fenómeno alarmante: la gran cantidad de niños y niñas con heridas de arma de fuego en ese distrito santafesino. En lo que va del año, el Hospital de Niños Zona Norte registró seis casos.
El nene de 11 jugaba el domingo a la pelota en un predio de Zona Norte cuando pasó un auto a los tiros. Un disparo le provocó una fractura expuesta en la tibia. La nena de 9 es la hija de una mujer embarazada asesinada ese mismo domingo en Barrio Francetti. La niña quedó internada en estado crítico en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela.
Según difundió el periódico local El Ciudadano Web, la directora del Hospital de Niños Zona Norte contó que desde 2020 se registraron 41 niños y niñas heridos de bala (28 el año pasado y 6 desde el primer día de 2022). Los datos que maneja el Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio de Seguridad de Santa Fe son más alarmantes aún: 12 menores de edad asesinados entre enero y noviembre de 2021, y 44 chicos y chicas de menos de 15 años con heridas de bala a lo largo del año pasado.
“Cabe destacar que en Rosario existe una alta prevalencia de heridos de arma de fuego en menores de 15 años: entre enero y noviembre del 2021 se registraron 44 niños”, precisó el informe difundido por La Capital. El número corresponde a un 6,6 % del total de casos reportados en el año que pasó.
La directora del Hospital de Niños de Zona Norte, Mónica Jurado, dijo al móvil de LT8: “Nos cuesta entender esta estadística. Sabemos que la violencia está en todos lados y los niños son parte de las familias donde se generan estos hechos de violencia, y mucho más en barrios populares, donde en las mismas casas los niños con su familia conforman grupo y en verano juegan en las veredas o participan de encuentros donde se producen estos hechos». Preocupada, afirmó que el tema «ha ido creciendo de manera significativa».
Los últimos dos casos reflotaron una problemática que no es nueva, pero que viene incrementándose. “Lamentablemente, recibir niños baleados es una constante”, decía en octubre pasado la vicedirectora del hospital de Niños de Rosario, Carolina Binner, tras el ingreso de un nene de cinco años con un disparo en la cara, producto del ataque con más de 20 balazos contra su casa, en Garzón al 3.800, en el sudoeste de Rosario. “En la mayoría de las situaciones, se trata de niños que quedan en medio de tiroteos por ajuste de cuentas u otras situaciones, no son hechos de robos”, aclaraba por entonces la profesional.