Los fiscales que investigan el crimen del exconcejal de Rosario Eduardo Enrique Trasante (55) aseguraron hoy que la principal sospecha apunta a que «la orden» para concretar el asesinato provino «de adentro de la cárcel de Piñero”, desde un pabellón donde están detenidos jefes narco.
En tanto, esta noche fue allanada la casa donde residen la madre y la hermana de un hombre que está preso en la mencionada cárcel santafesina, ligado a la narcobanda “Los Monos”.
Los fiscales Matías Edery y Gastón Ávila realizaron esas declaraciones luego de la audiencia en la que dos jóvenes fueron imputados hoy como encubridores del crimen de Trasante, al comprar por 20 mil pesos el Peugeot 308 blanco robado que se utilizó en el homicidio, aunque no descartan que puedan ser los ejecutores.
“Nosotros tenemos el dato cierto de que la orden (del asesinato) o al menos parte de ello habría venido de adentro de la cárcel de Piñero, y trabajamos sobre esa motivación”, sostuvo Edery.
Agregó que se trata de “un pabellón en el que hay jefes narcos y otro tipo de personas” y que basan su línea investigativa en “algunos mensajes y algunos llamados que hemos visto en teléfonos celulares que hemos incautado”.
Trasante era pastor en ese penal y se está investigando las razone por las que dejó de predicar ahí. El fiscal sostuvo que en el celular de la víctima no había amenazas ni nada que pareciera extraño.
En ese presidio está detenida parte de la banda “Los Monos” pero no su último jefe y el más activo, Ariel Máximo “Guille” Cantero, quien está alojado en una unidad penal federal.
También aguarda un juicio en la cárcel de Piñero, con prisión preventiva, el líder de un grupo enfrentado a “Los Monos”, Estaban Lindor Alvarado, pero los fiscales no brindaron precisiones.
Trasante fue asesinado unos minutos antes de las 15 del martes pasado en su casa de San Nicolás al 3600 de Rosario, cuando dos personas que ingresaron al domicilio redujeron a su esposa y, luego de hacer que ella lo llamara para que bajara de la planta alta de la vivienda, le dispararon en la mano derecha y la cabeza.
Los fiscales Edery y Ávila acusaron hoy a Aníbal Maximiliano Galván, alias “Archi”, y a Brian Nahuel Álvarez, apodado “Buba”, como encubridores del crimen.
Detallaron que la compra de un Peugeot 308 la hicieron a las 22 del 11 de julio en un terreno baldío ubicado en Garzón y Demetris con Ariel Hernán Sosa, una de las personas –hay otras aún no identificadas- que robaron el vehículo el día anterior durante una entradera en Juan XXIII 6650 de Rosario.
Sosa fue imputado el lunes por el robo del vehículo, que fue encontrado abandonado al día siguiente del asesinato del exconcejal y pastor evangelista.
Los fiscales dijeron en la audiencia que “posteriormente, y en base a un plan diseñado junto a al menos dos personas más, provocan el fallecimiento de la víctima, cumpliendo con su rol respectivo consistente en la logística de transporte de llegada y salida de las personas” encargadas del crimen.
Aclararon que no descartan que los imputados por encubrimiento sean los autores materiales del homicidio, aunque aún no tienen evidencia para asegurarlo.
El juez de la investigación penal preparatoria, Hernán Postma, aceptó la acusación y dictó prisión preventiva efectiva por dos años para Galván y Álvarez.
El miércoles por la noche se realizó un procedimiento en una vivienda ubicada en Felipe Moré al 2400, en la zona oeste de esta ciudad. En la casa allanada residen la madre y la hermana de Isaías Z., un joven que está detenido en la cárcel de Piñero, quien para los fiscales que investigan el asesinato de Trasante podría estar involucrado en el crimen.
Los investigadores buscan determinar si existe algún vínculo entre los dos jóvenes imputados como encubridores del asesinato y el joven que desde hace un año está detenido en la unidad penal de Piñero y estaría vinculado a la narcobanda “Los Monos”.
El pastor Trasante obtuvo notoriedad pública a partir de 2012 cuando se puso al frente del reclamo de esclarecimiento del homicidio de su hijo Jeremías (17), una de las víctimas del triple crimen de Villa Moreno, en el que fueron asesinados tres militantes sociales al ser confundidos con “soldaditos” de una banda de narcomenudeo que operaba en ese barrio.
Dos años después, en febrero de 2014, Trasante sufrió la pérdida de otro hijo, Jairo, baleado a la salida de un boliche bailable en el que había discutido con otras personas.
En 2017 asumió como concejal del frente Ciudad Futura de Rosario y un año después dejó la banca por una denuncia de acoso sexual.