Dos hombres entraron este martes a la casa del pastor evangelista Eduardo Trasante y lo mataron de un disparo en la cabeza en un brutal hecho de violencia que conmocionó nuevamente a Rosario, como lo hizo en 2012 el asesinato de su hijo Jeremías, víctima del triple crímen de Villa Moreno junto a sus amigos Claudio “Mono” Suárez y Adrián “Patom” Rodríguez.
El fiscal Patricio Saldutti estuvo en la cuadra donde los familiares, conocidos y amigos de Trasante no tenían consuelo y, según las primeras informaciones, no está claro el móvil pero la mecánica dejó en evidencia que se trató de una ejecución y no de un robo, y que el blanco era el pastor, que desde 2012 se convirtió en uno de los referentes contra la violencia en los barrios de la ciudad santafecina.
El hecho ocurrió cerca de las 15 y duró apenas 6 minutos. En la casa junto con Trasante estaban una de sus hijas de 17 años, su pareja Carolina y dos hijas de la mujer, de 11 y 2 años.
Con el correr de los minutos, gran cantidad de allegados, conocidos y amigos llegaron para apoyar a la familia en medio de una gran conmoción y tristeza por el asesinato del pastor, quien ya había sido amenazado cuando se manifestó para pedir justicia por los crímenes de sus hijos.
El padre Daniel Siñeriz, cura católico, recordó esas amenazas en una entrevista en Radio 2, pero quiso remarcar las palabras de Trasante cuando tuvo que despedir a su hijo Jairo: “Tenemos que juntos recuperar la paz que esta ciudad ha perdido”. Trasante dijo la frase en 2014 y la militó, ya que participó en programas provinciales para disminuir la violencia y también hizo propuestas para diagramar políticas de seguridad.
Trasante perdió dos hijos en hechos violentos, en 2012 y en 2014.
La madrugada de Año Nuevo de 2012 su hijo mayor, Jeremías (17), cayó bajo una ráfaga de ametralladora en la canchita de fútbol de la Asociación Deportiva Oroño, ubicada en Villa Moreno, al sur de Rosario.
Junto a él fueron asesinados dos amigos que compartían militancia en el Movimiento 26 de Junio del Frente Popular Darío Santillán: Claudio «Mono» Suárez (19) y Adrián «Patom» Rodríguez (19).
Por el caso fueron condenados en diciembre de 2014 un «transa» y exbarrabrava de Newell’s Sergio «Quemado» Rodríguez, a 32 años de prisión; Brian «Pescadito» Sprío (a 33 años) y Daniel «Teletubi» Delgado (a 30 años); mientras que Mauricio «Chupín» Palavecino fue penado a 24 años como partícipe.
Según el fallo, la banda del «Quemado» atacó a los militantes al confundirlos con «soldaditos» de otro vendedor de drogas del barrio que un rato antes habían atacado a balazos a un hijo de Rodríguez.
Al revisar el fallo, la Cámara de Apelaciones de Rosario confirmó la condena al «Quemado» Rodríguez pero redujo las penas a 21 años para Delgado, a 19 a Palavecino y absolvió a Sprío.
El 2 de febrero de 2014 otro de sus hijos, Jairo Natanael, fue asesinado de un disparo a la salida de un boliche bailable, cuando el joven iba en moto junto a un amigo. Según la investigación, había mantenido una pelea con un grupo de personas en el boliche y a la salida fue baleado.
En diciembre de 2016 fue condenado a 8 años y 6 meses de prisión, como partícipe del crimen, un hombre de 32 años llamado Ramiro Rubén Urrutia.