Entre las 7:30 y las 22. Esa es la franja horaria en la que funciona el Polo Educativo de Villa Soldati, ubicado entre las calles Martínez Castro, José Barros Pazos y Comisario Joaquín V. Pérez. Ese perímetro contiene a cinco edificios escolares que fueron reubicados en esos terrenos hace unos años. Las familias que integran la comunidad educativa del barrio aseguran que la zona está liberada y que las víctimas son docentes, familias y estudiantes. «La policía de la Ciudad toma las denuncias, pero a las pocas horas suceden más robos, nunca ves a ningún cana por la zona y el Polo funciona 15 horas por día», dice a Tiempo Fernando, papá de un alumno de 5 grado que envía a su hijo a la Escuela N° 20.
El jueves al mediodía le robaron a una docente a punta de cuchillo cuando se cruzó al almacén a comprar algo para almorzar. «Pero la semana anterior también le robaron a una maestra de jardín de la misma forma, apenas pisó la puerta de la escuela», cuenta a este medio María José «Monona» Gutiérrez, secretaria del Nivel Inicial de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (UTE-CTERA). A raíz de esta situación, la Escuela N° 20 DE 19 suspendió el dictado de clases de este viernes y organizó una gran movilización hacia la comisaría 36, ubicada a pocas cuadras del Polo Educativo, para exigir que se garantice seguridad en toda la zona. El resto de las escuelas que funcionan en el Polo continuó su jornada lectiva y no adhirió al cese de actividades.
«Fuimos hasta la Comisaría y en el momento en que nos estábamos movilizando, le quisieron robar a una docente del nivel inicial del JII 10 que se encuentra dentro del Polo y vino a radicar la denuncia», relata Gutiérrez. Pero eso no fue todo: mientras las familias se manifestaban en las instalaciones de la policía, al mismo tiempo que la docente de inicial estaba radicando la denuncia con un agente, llega otra maestra de la Escuela de Educación Media N° 5 (también ubicada en el Polo Educativo) y «manifestó que le robaron a dos alumnos de primaria, a una nena y a un nene, que estaban entrando a la escuela y que los golpearon fuertemente para quitarles el celular. La dirección llamó al SAME y vinieron a atenderlos», agrega la titular de inicial de UTE.
Las cinco escuelas que funcionan dentro del polo, entre las que se encuentran, la De Jornada Completa Nº 20 D.E. 19 «Maestro Carlos Alberto Carranza, la Escuela Infantil N°11; el JII N° 10 DE 19; la Primaria N° 24; y la Escuela de Educación Media N° 5, más conocida como escuela de Reingreso, que ofrece estudios secundarios para jóvenes y adultos; fueron víctimas de algún hecho delictivo, aunque, aseguran, la mayoría de ellos no fueron denunciados.
Tiempo se puso en contacto con el ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires que dirige Marcelo D´Alessandro, y desde la cartera manifestaron que ante estos hechos delictivos «se tomó el reclamo y se reforzará con personal de la Comuna la zona donde se toma jurisdicción».
Estos últimos hechos de inseguridad en escuelas porteñas, se suman a varios robos que ocurrieron en meses atrás. Sobre finales del 2021, Tiempo realizó un informe sobre los hechos delictivos ocurridos en varias escuelas de la Ciudad y en pocos días: El 13 de octubre del mismo año, robaron 45 computadoras de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas, Sofía Esther Broquen de Spangenberg. Un par de horas más tarde, ocurrió lo mismo en la Escuela Normal Superior N° 6 “Vicente López y Planes”. A los pocos días, en la noche del 31 de octubre, otro hecho delictivo en la Escuela Normal Superior N° 1 “Presidente Roque Sáenz Peña”; y durante la primera semana de noviembre de 2021, otro en la Escuela Normal Superior N°8 “Julio A. Roca”, ubicada en el barrio de San Cristóbal. En este último caso era el tercer robo que habían sufrido ese año y el séptimo desde el 2017. En concreto: En un mes robaron más de 170 computadoras en cinco escuelas porteñas.
Desde la comunidad educativa, afirman que muchos de estos robos intentaron ser silenciados por el ministerio de Educación de la Ciudad, pero finalmente salieron a la luz. El miércoles 13 de abril de 2021, este medio difundió otro hecho delictivo ocurrido en dos establecimientos educativos porteños: la Escuela N° 5 “Armada Argentina” del DE 21 en Villa Lugano, y la Escuela Infantil JII N° 6 “Jardín de las Victorias” del mismo barrio y distrito escolar. Al entrar al lugar, el personal docente se encontró con gran parte del edificio vandalizado. Los delincuentes ingresaron a la escuela en horas de la madrugada y destruyeron los materiales de los niños y niñas, robaron computadoras y otros materiales informáticos, varios elementos del equipo de conducción y hasta se llevaron la bandera de ceremonia. En la última semana del mismo mes, otras dos escuelas fueron víctimas de la falta de seguridad: En la madrugada del martes robaron 50 computadoras del Plan Sarmiento de la escuela Normal 7; y ese mismo día, en medio de la jornada escolar, entraron a robar a la Escuela Superior de Educación Artística en Artes Visuales, Rogelio Yrurtia, ubicada en Av. Juan Bautista Alberdi al 4100.
Falta de caseros
Desde hace años, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no designa personal para que habite las escuelas de grandes dimensiones: Casero que se jubila o fallece no es reemplazado por otro. Esto trae varias complicaciones en los edificios escolares, más allá de los cuidados constantes que requieren los grandes establecimientos. Las escuelas quedan vacías ante cualquier emergencia cuando no rige la jornada lectiva. En el Normal 8, hace aproximadamente siete años, la casera de la Escuela «Alte. Ramón González Fernández» se jubiló y el ministerio de Educación de la Ciudad, ante el reclamo de la comunidad educativa, se niega a designar su reemplazo.
Esta escuela también fue víctimas de varios robos. Los delincuentes que entraron en varias oportunidades a este lugar, se encuentran siempre con la zona liberada. El último robo sufrido en el edificio, ocurrió hace unos meses. Quienes ingresaron se adueñaron del tablero de llaves de la dirección, accedieron a la biblioteca donde se robaron varios elementos; y a la sala de la cooperadora escolar, donde también sustrajeron varias cosas de valor; llevándose todo el dinero de la caja chica y los sobres con aportes económicos que las familias realizan durante las semanas.