A diferencia del resto de las escuelas medias, las técnicas tienen una cursada de seis años de duración, y en los últimos la práctica intensiva es la protagonista. Este fue uno de los argumentos del gobierno porteño para comenzar con las clases de revinculación socioeducativa en ese sector. Lo cierto es que el fin de semana previo al martes 13 de octubre, día que comenzaron las clases presenciales, el gabinete de la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, no tenía nada definido, y decidieron comenzar por las técnicas a sabiendas de que iban a encontrar el beneplácito de la conducción sindical del gremio que enrola a los profesores de esa especialidad.
Desde la cartera educativa porteña afirmaron a Tiempo que fue positiva la primera semana de clases socioeducativas, pero los números evidencian otra realidad. En CABA hay 39 escuelas técnicas de gestión estatal y 14 privadas; un conjunto de 53 secundarios técnicos, de los cuales apenas participaron once y solo de gestión estatal. Las dos escuelas por las que el gobierno porteño decidió comenzar con la revinculación pedagógica marcaron una tendencia de baja participación que no pudieron remontar. En la Escuela N° 35, de Villa Real, hay cuatro sextos especializados en automotores con 30 alumnos en cada uno y tres sextos de computación con 25 alumnos por curso. De 195 alumnos que terminan la secundaria este año, solo participaron 38 en las jornadas del martes 13 y miércoles 14.
En la N° 27, ubicada enfrente, en Virgilio al 1900, son en total siete divisiones en sexto año, con 140 alumnos y alumnas en condiciones de terminar el ciclo. Allí participaron 40 estudiantes en ambas jornadas. Sumados ambos colegios, solo asistió el 23% de los estudiantes. A esta baja asistencia se suma que, en su gran mayoría, no participaron aquellos alumnos que necesitan clases presenciales por falta de conectividad o computadoras. “Los compañeros que participaron fueron a ver qué onda”, señala a Tiempo Eva Herrera Chiarelli, presidenta del centro de estudiantes de la Técnica N° 27. “Fueron los que viven cerca de la escuela y pudieron ir caminando, los que no tienen personas de riesgo en sus familias, y los que tienen autos particulares; y muchos ya adelantaron que la semana que viene no van a ir”, agrega.
Los temores que genera movilizarse en medio de la pandemia ocasionaron una muy baja participación de estudiantes en el resto de las técnicas. En la Escuela Raggio, en Núñez, una de los más grandes de gestión estatal –cuenta con once especializaciones–, este año se reciben 266 estudiantes. De ese número, 15 habían confirmado su presencia y solo fueron nueve.
Martín Acri, profesor de Historia del Raggio, explica que “no hay una vuelta a clases presenciales, y la escuela no va a citar a todos los chicos y chicas para exponerlos al virus que lamentablemente han padecido, con muchos casos de muertes, docentes, estudiantes y familias”.
La Técnica N° 7 Ingeniero Luis Huergo, en Caballito, también tuvo muy baja participación: de un total de cien estudiantes que terminan sexto año, solo asistieron 17. Y a la Técnica N° 10 Fray Luis Beltrán, de Barracas, que tiene tres sextos con una lista de 51 alumnos que concluyen sus estudios, apenas fueron nueve. Esta última es utilizada por el gobierno porteño como centro de testeo de Covid, lo que suma riesgo para la salud de estudiantes y profesores. “Tenemos mitad de la escuela dedicada a testeo y la otra mitad a la revinculación pedagógica”, denuncia Cristina Rubio, secretaria de Escuelas Técnicas de UTE. “No podemos exponer la salud de estudiantes ni de profesores de esa manera, es una locura”, cierra
En el histórico colegio Otto Krause hay diez divisiones en el último año, con 170 alumnos. En las actividades presenciales del jueves se esperaba a 40 chicos, separados en dos turnos, y solo fueron 24. “En el Facebook de la escuela había muchos comentarios de padres que decían que no iban a mandar a sus hijos. Igualmente se les aclaró que no era obligatorio asistir, y que no se iba a hacer diferencia entre los que asistían o no, es decir, no hay diferencia pedagógica ni de ninguna clase”, manifiesta Marina Bonini, preceptora del Otto Krause. De las escuelas que relevó Tiempo, en definitiva, hay 922 estudiantes que terminan este año y solo participaron 137, apenas el 14,8% del total.
Qué va a pasar el lunes
Desde la cartera educativa porteña adelantaron a Tiempo que a partir de mañana se suman 179 escuelas estatales, 25 primarias y 154 secundarias, para revincular a estudiantes de los últimos años; y 169 colegios privados. Mientras tanto, varios secundarios comerciales adelantaron que no abrirán sus puertas ante la falta de protocolos y procedimientos claros.
Las escuelas artísticas tampoco participarán de las clases socioeducativas de Soledad Acuña. La comunidad educativa de la Escuela de Enseñaza Artística Rogelio Yrurtia manifestó en un comunicado: “En pandemia no volvemos a la presencialidad. Porque queremos volver a las escuelas sin poner en riesgo la vida”. En el mismo sentido, la Escuela de Cerámica N° 1 marcó su postura: “Queremos volver a las aulas cuando sea seguro. Mientras tanto, seguimos exigiendo que el Gobierno de la Ciudad nos provea lo necesario para abordar las clases virtuales”.
Cabe señalar que la aspiración del gobierno porteño era que desde este lunes abrieran las 440 escuelas primarias estatales, las 170 escuelas secundarias incluidas dentro del protocolo entregado al ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, y los 349 colegios privados secundarios.