A partir de las 11 de la mañana, la comunidad científica volvió a marchar frente al Polo Científico, por segunda vez en menos de una semana, contra el ajuste que sufren en este 2016. Primero fue el achique presupuestario del Ministerio de Ciencia, luego la falta de ingreso al Conicet de cientos de investigadores que tienen su examen aprobado desde el año pasado; y ahora es el sinceramiento del Directorio del Conicet, que permitió que entren a la Carrera de Investigador Científico apenas 385 postulantes, frente a los más de 900 aceptados en 2015.
Ante la falta de respuestas oficiales, becarios e investigadores decidieron permanecer en el Ministerio de Ciencia y Tecnología hasta el martes. Lucia Maffey, investigadora, explico: Resolvimos la permanencia en el edificio del Ministerio de CyT hasta mañana ante la inaceptable respuesta de Barañao respecto a que deberíamos esperar hasta marzo frente al despido de 500 investigadores del Conicet. Reclamamos partida presupuestaria extra para el ingreso inmediato de estos investigadores, cuyos trabajos han sido recomendados académicamente. Permaneceremos toda la noche en el ministerio y mañana realizaremos una nueva asamblea para evaluar la situación.
Los resultados de la convocatoria 2016, publicados el viernes pasado, dan cuenta de que 1141 científicos formados fueron rechazados. Eso incluye a 489 compañeros que a pesar de tener un dictamen favorable de las comisiones evaluadoras, siendo recomendados para ingresar al Conicet por sus pares, se los deja sin más en la calle, enfatizan desde la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados. Agregan: Hablamos de casi 500 compañeros que vienen trabajando hace 5 ó 7 años para el mismo Conicet, de forma precaria como becarios, y cuya carrera ahora se interrumpe abruptamente. Un verdadero escándalo desde donde se lo mire.
La madre de todos los problemas es el recorte superior a 3000 millones de pesos que el gobierno nacional decidió realizar sobre el área de ciencia y tecnología. En la marcha de la semana pasada, los manifestantes ingresaron al hall del ministerio, hasta que pudieron ser recibidos por parte del Directorio del Conicet. Se les prometió un bono de fin de año, y una declaración pública horas después donde señalaron: Los integrantes del Directorio del Conicet dejamos expresa constancia de nuestra profunda preocupación por las decisiones que nos vemos obligados a tomar a partir del presupuesto asignado a esta institución para el ejercicio 2017. A nuestro entender estas medidas tendrán importantes consecuencias negativas en las políticas públicas del sector de Ciencia y Tecnología de nuestro país. En particular, la merma en la cantidad de personal incorporado al Conicet y la profundización de la desfinanciación de las actividades de promoción, afectan el cumplimiento de los objetivos que se habían fijado para el área, aun admitiendo que los mismos son perfectibles y de hecho requieren constante revisión y rectificación.
Los científicos sostienen que el ministro Lino Barañao necesita conseguir una partida extra de apenas 150 millones de pesos para cubrir los cargos de investigadores que quedaron afuera. Sin embargo hasta ahora el titular de la cartera se mostró a favor de los recortes.
Al término de la primera movilización, los científicos entregaron una carta abierta que circula desde hace días, dirigida a Barañao y al presidente Mauricio Macri, y que ya tiene más de 2200 firmas. Esta política de ajuste y achicamiento tiene diversas consecuencias negativas. Por un lado, entendemos que representa un perjuicio para el país, dado que líneas enteras de investigación quedarán truncas y los equipos de trabajo en funcionamiento se resentirán, sostiene el texto. Y continúa: La fuga de cerebros -tan conocida por nuestro pueblo- es la consecuencia directa de esta situación: al cerrarse las puertas de los organismos de investigación nacionales, nos veríamos forzados a seguir nuestra carrera en el exterior, tirando por la borda 7 años de inversión estatal en formar compañeros altamente calificados, que podrían estar investigando en el país para resolver los problemas de la sociedad argentina.
¿Es este el plan de la actual gestión para el desarrollo científico-tecnológico del país? ¿Qué política científica se impulsa al abrir las puertas a la fuga de cerebros y limitar el presupuesto de los grupos de investigación?, se preguntan en la carta. Y se preguntan: Sres. Presidente de la Nación y Ministro, ¿no ven con preocupación este brutal ajuste? ¿Qué tienen para decirle a los cientos de investigadores e investigadoras que, debido al recorte, se están quedando en la calle, aun habiendo sido recomendados/as por las comisiones evaluadoras? ¿No dijo, Ministro, que en caso de no contar con los fondos necesarios para continuar con el crecimiento del sector científico daría un paso al costado? Si no tuvo capacidad para reunir los tan solo 150 millones de pesos necesarios para que ingresen los/as recomendados/as por el organismo (una cifra muy inferior respecto de los 3000 millones que fueron recortados de la propuesta original de presupuesto del MinCyT), ¿por qué deberíamos creer que siquiera lo intentó?