Este jueves se subastará el histórico edificio del Instituto Antártico Argentino (IAA), pionero mundial en la investigación científica del continente blanco. Desde hace un año los 200 investigadores y administrativos realizan una serie de marchas y reclamos pidiendo la vuelta atrás del remate, que parece irreversible. La última ocurrirá este miércoles al mediodía, cuando realizarán una movilización desde la sede a subastar, en Cerrito 1248, hacia el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, donde finalizarán con una conferencia de prensa.

En 2013, el personal fue traslado a oficinas en diferentes edificios, con la promesa de mejoras y refacciones del histórico edificio de Cerrito. Pero luego surgió el decreto de Mauricio Macri en 2016 que autorizó su remate. “Está todo muy difícil, en Cerrito 1248 ya desaparecieron gran parte de los libros de las estanterías. Algunos compañeros están colaborando para preservar algo. Mañana realizaremos la marcha y presentaremos petitorios”, se explaya una de las investigadoras del IAA. El precio base del edificio en el cotizado centro porteño, que también fue sede de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), llega a los 5.600.000 dólares. Más allá del patrimonio físico, aquí subyacen otros patrimonios no siempre tenidos en cuenta, como el cultural y el histórico: en este sitio creado en 1951, antes incluso de la firma del Tratado Antártico, funcionó la primera institución del mundo dedicada a la investigación científica en el último bastión de tierra al sur del sur. 

«Presidencia Argentina: No al inminente REMATE de Cerrito 1248 sede emblema de nuestra Historia Antártica» se titula el reclamo que el personal del IAA inició en la plataforma internacional change.org y que ya tiene casi 6500 firmas. “El poder Ejecutivo Nacional emitió el decreto 952/2016 en el cual pone a la venta 17 edificios (a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, AABE). Uno de ellos está ubicado en Cerrito 1248. Argumentan que el edificio estaba vacío, ocioso y sinceramente no es así, durante cuatro años se paga alquiler por oficinas ubicadas en Balcarce 290 para realizar las obras correspondientes de mantenimiento edilicio y que todo el personal de la DNA regrese a la sede histórica. Cancillería estaba desarrollando obras de refacción hasta hace dos meses atrás y una dotación mínima trabajaba en el edificio para mantener activas las áreas. El mismo no solo es una joya arquitectónica, sino que respira Antártida y su historia, esto es lo que consideramos no debe rematarse. Por respeto a la historia antártica de nuestro país, solicitamos ayuda para que el Sr. Presidente corrija el decreto 952/2016 y quite a Cerrito 1248 del decreto y lo declare monumento histórico nacional”.

El estudio de hielos continentales, los recursos marinos de los mares australes, la comprensión de los fenómenos oceanográficos, atmosféricos, biológicos y glaciológicos, entre otros, son algunas de las actividades que a lo largo de las décadas nucleó el edificio, como epicentro de la ciencia antártica, faro de la región, con logros mundiales llevados a cabo por representantes argentinos como Hernán Pujato y Jorge Leal. 

En Cerrito se encuentra el material del museo antártico, el laboratorio de electrónica, geofísica, la imprenta institucional, material de cada área que dejó el edificio en forma temporal, y la biblioteca del IAA que reúne más de diez mil ejemplares de historia antártica. 

La situación del remate de la sede tomó de improvisto al personal, repartidos en oficinas alquiladas (al campus de la Universidad de San Martín), cuyos contratos de locación vencen a fin de año sin tener aún un sitio nuevo que los nucleé. También sorprendió a los legisladores, que estos meses buscaron generar maniobras apresuradas en la Legislatura porteña y en el Congreso nacional, para declararlo Monumento Histórico. En ningún caso apoyó el bloque de Cambiemos. “El Gobierno de Cambiemos, nuevamente, perjudica a nuestros científicos y, en este caso particular, a un edificio histórico que desde 1951 funciona como conducción de la ciencia y el accionar Antártico Argentino en el continente blanco. Fue además el primero en el mundo, y hoy se está por rematar por estar ubicado en uno de los lugares más caros de la ciudad de Buenos Aires. Un verdadero atropello”, manifestó el senador nacional por Tierra del Fuego, Julio Catalán Magni. Y agregó: “Cómo se va a continuar con las políticas Antárticas si no existe una estructura capaz de garantizar su funcionamiento. Se está a punto de cometer una atrocidad con este remate, ya que el edificio Antártico Argentino es de lo más valioso del patrimonio simbólico de la historia Antártica”.

Jorge Strelin, es geólogo, investigador del IAA. Realizó decenas de campañas antárticas y ha publicado numerosos trabajos científicos. Actualmente se encuentra en la Universidad de Dresden, Alemania. Días atrás estuvo como orador en un coloquio del Instituto de Geodesia Planetaria, donde le preguntaron por qué el clima es tan continental en torno a la isla James Ross (Noreste de la Península Antártica), a lo que respondió que “a ello contribuye la formación de hielo marino que aumenta notablemente la reflexión solar. Esto no obstante, expliqué, no es algo regular como lo advirtieron los expedicionarios de Nordenskjöld durante la primavera de 1902. Tres de ellos debían trasladarse por el mar congelado desde Bahía Esperanza a Cerro Nevado pero se encontraron con el sector NE de la Península (Bahía Duse) totalmente descongelada”. En diálogo con Tiempo subraya que si bien la charla científica estaba interesante, los alemanes quedaron especialmente interesados en el tema de la expedición sueca de Nordonskjöld. “Sabían poco de la expedición Sueca, pero nada de la participación de un argentino en la misma, el aferes y primer geólogo argentino, José María Sobral, y del rescate por parte de nuestro país, con la Corbeta Uruguay, Capitán Irizar, de todos los componentes de la expedición sueca y sus colecciones científicas. Fue una epopeya integrante de la expedición Una demostración más de lo poco que valoramos y divulgamos nuestro quehacer antártico”. 

Continúa Strelin: “Valoramos poco nuestro patrimonio histórico que incluye la colaboración en estos trabajos pioneros de investigación y heroicas epopeyas como el rescate de la expedición sueca. El edificio de Cerrito es otro caso de descuido de nuestro quehacer antártico, en cuya biblioteca se encuentran colecciones de libros incunables como los más de 20 volúmenes de los resultados de la expedición de Nordenskjöld (1901-1903)”. También recuerda sus primeros años en el edificio: “A mi ingreso en el IAA en 1985, se recibían todos los reportes de actividad antártica a nivel internacional. Incluso las revistas glaciológicas rusas, en ese momento Unión Soviética. La biblioteca era un verdadero lujo. Parece mentira, pero recordando esos tiempos pareciera que lo pasado fue mejor. La biblioteca no solo recibía publicaciones de todo tipo, sino que difundía los trabajos realizados por los científicos del IAA. Es muy importante resguardar todas estas versiones originales de trabajo científico en Antártida. Como verás toda la biblioteca es un incunable».

Y revela una anécdota que “nos pinta de cuerpo entero”: la pasada campaña 2017 se encontraban como todos los años esperando ser trasladados a Marambio, y con su colega Silvio Casadio descubrieron a unos cien metros de la gamela una quema de libros: “¡Grande fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que todos los libros tenían el sello de la Biblioteca de Marambio!”.