La carta entera
De Mujer a Mujer: Carta a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, al colectivo de mujeres Ni Una Menos, a Actrices Argentinas, a las organizaciones de mujeres y personas LGTBI de nuestro país y de otros países, a las mujeres que pelean por sus derechos
Les escribimos en horas muy difíciles para nosotras en nuestra pelea por una tierra para vivir y por una vivienda digna. Estamos viviendo junto a nuestros hijos y compañeros lo que ninguna familia jamás debería pasar.
Como es de público conocimiento, la orden de desalojo que pesa sobre nuestras espaldas se postergó para el 1, 2 y 5 de octubre por el juez Rizzo. El gobierno provincial en la mesa de diálogo no nos ha brindado una solución concreta a nuestro reclamo urgente por una vivienda digna. Solo escuchamos promesas de pagos de subsidios, de supuesto pago de casillas, promesas y más promesas, todo bajo la condición de que abandonemos las tierras que estamos ocupando activamente desde el 20 de julio.
El 22 de septiembre vivimos horas de muchísima tensión cuando el desalojo estaba vigente aún para el día siguiente. Ninguna de las autoridades se acercó a decirnos nada, a ver cómo estábamos viviendo.
Vimos represiones a familias como las nuestras hace solo unas semanas. No queremos topadoras, no queremos palos, balas y represión. Aquí hay familias en pie luchando por un derecho elemental como una vivienda digna. Si nos sacan de estas tierras, iremos a la calle. Ese no puede ser hogar para nosotras, ni para nuestros hijos. ¡Queremos una casita! ¿Qué crimen puede haber en este deseo?
El hostigamiento policial, la amenaza represiva, las causas judiciales con las que nos amedrenta la Justicia no es lo único que nos mantiene en vilo. El hambre que estamos viviendo aquí no tiene nombre. Hay días que los adultos no comemos para que lo poco que podemos conseguir sea para los niños y niñas que están en el predio. Hay abuelos que junto a sus nietos solo cenan mate cocido y mandarinas. Venimos aguantando el hambre y sobrellevando esta situación con ayuda de organizaciones solidarias y vecinos que nos acercan algo de agua y alimentos. Pero no alcanza.
La policía nos amedrenta, la justicia nos condena, la Intendenta Blanca Cantero nos ataca. La derecha nos criminaliza. Salen a movilizarse contra nuestro derecho a la vida digna, mientras defienden los intereses especulativos e inmobiliarios de unos pocos. Se ríen en la cara de nuestras necesidades. Quieren un mundo donde sólo tengan vivienda unos pocos, y donde los niños pobres no puedan tener un hogar. Nosotras rechazamos sus planes indignos. Hay mucha necesidad aquí que ninguno de quienes nos criminalizan y nos tratan de delincuentes podría aguantar.
El gobierno nos da algunos bolsones de mercadería que no alcanzan y no llegan para todos, mientras nos dice que si no aceptamos condiciones que de ninguna manera resuelven nuestra situación de precariedad, nos van a desalojar. Nos quieren dividir por barrios, cuando todos estamos peleando por lo mismo. Ya lo dijimos y lo seguiremos diciendo: somos todos un solo barrio. ¿Por qué tenemos que elegir entre vivir en la calle y ser reprimidos? Nos esforzamos todos los días trabajando, haciendo changas, cuidando niños, buscando empleo, cartoneando, limpiando casas ajenas.
Por nuestro futuro y porque no queremos una vida con miedo, una vida donde nos hagan agachar la cabeza. Estamos dispuestas a seguir hasta el final. Necesitamos estas tierras, necesitamos una vivienda digna. No queremos represión. Pedimos al gobierno que nos dé una respuesta concreta. Pero les hacemos saber que no nos iremos de aquí, de estas tierras que contienen a nuestros niños, a nuestros compañeros, dónde cultivamos día a dia, hora a hora, nuestros sueños y nuestra pelea por una vida digna, estas tierras que nos han visto organizarnos, levantar la cabeza, que nos han vuelto más fuertes.
Muchas de las mujeres que estamos aquí sufrimos violencia de género, sufrimos acoso de nuestros patrones, quedamos en la calle. Por eso, les pedimos en estas horas decisivas, que tomen nuestro reclamo como propio. Si se quiere se nos pueden otorgar las tierras, hacer un plan de trabajo y vivienda que emplee a quienes necesitamos una casa y vecinos. Por #NiUnaMenosSinVivienda, por pan, paz y trabajo, contra el desalojo a las mujeres sin vivienda. Que nos abracen, que nos acompañen, que se hermanen con nosotras. Que, con los cuidados necesarios por la pandemia, acompañen nuestra movilización para que todo el país sepa que las mujeres de Guernica no están solas, que estamos dispuestas a resistir, y que no bajaremos nuestros brazos.
Y que, finalmente, si persisten e insisten con el desalojo, nos abracen ese día en esas horas, rodeando el predio con sus pancartas, con sus banderas, con sus gritos de resistencia, demostrando que en la lucha de Guernica también se defienden los derechos de miles que no nos resignamos, que peleamos por nuestros derechos, que decimos basta y peleamos por una vida digna, sin miedo ni opresión.