La tranquilidad de la vida cotidiana, la gastronomía con sabor a tradición, la conexión con la naturaleza y la calidez de sus habitantes son las cartas de presentación de los pueblos bonaerenses. Pequeñas localidades de los municipios de Punta Indio y Junín invitan a vivenciar actividades de la vida rural que conjugan la agroecología con experiencias turísticas diversas. La Colonia, ubicada entre la Base Aeronaval y la costa puntaindiense, fue el lugar que un grupo de inmigrantes eslavos eligió para establecerse en el año 1930. El almacén 25 de Mayo y La Calera son símbolos en ruinas de aquella época.
Al noroeste de la Provincia, se encuentra un pueblo juninense de mil habitantes conocido por un nombre distinto al oficial. Se llama Coronel Marcos Paz pero todos lo identifican como Agustín Roca. Allí una placa homenajea a su personaje ilustre: Atahualpa Yupanqui. A pocos kilómetros, en el mismo municipio, la localidad rural de Morse también encontró su figura emblema en el escritor Alejandro Dolina, nacido en ese pago campero donde se celebra la “Fiesta del cosechero”.
Abrazar la naturaleza
En Punta Indio, primer municipio ecológico de la provincia de Buenos Aires, la Granja de Agroturismo “Claudia F”, es una propuesta familiar que se ubica en “La Colonia”, zona de protección ambiental del Parque Costero del Sur, declarado Reserva Mundial de Biósfera por la UNESCO.
El ambiente tiene las características únicas del pastizal pampeano y las playas boscosas del monte con especies arbóreas como el Tala, el Coronillo, el Mollo y la Sombra de Toro. También se encuentran monumentos naturales como la Mariposa Argentina y el Venado de las Pampas.
En esta escenografía ribereña, la granja promete experiencias únicas: degustar la miel recién extraída de las colmenas, alimentar a los animales de corral y cocinar con productos propios de la zona. “Elaboramos platos de la cocina tradicional campera con ingredientes de producción agroecológica como huevos, pollos, gallinas, conejos, patos, cordero, lechón doméstico y cerdo costero criollo”, contó Gustavo Noval, encargado de La Granja.
Además preparan conservas, embutidos, vinagres, bebidas y fermentos. “Nuestro objetivo es generar alimentos sanos en un ambiente sustentable, pastoril y regenerativo, por eso estamos en un proceso de transición, desde lo tradicional a lo moderno, entendiendo que no existe un ecosistema sin animales, ni animales sin un ecosistema. Y que cada elemento de este círculo potencia la eficiencia del otro y tiene impacto social, ecológico y económico”, afirmó Noval.
Históricamente, La Colonia se caracterizó por la producción granjera sin uso de agroquímicos. Emprendimientos como La Granja trabajan para que la zona vuelva a cumplir con esa filosofía productiva. “El gallinero que tenía mi abuela”, es una de las frases más escuchadas cuando quienes los visitan entran en contacto con la naturaleza y sus animales silvestres. “Las madres y padres se emocionan cuando sus hijos conectan con el ambiente de campo”, dijo el emprendedor.
Otro imperdible de esta región es la estancia “Santa Rita”, fundada por Carlos Casares, gobernador de la Provincia entre 1875 y 1878. En el sitio se destacan la capilla, el casco colonial y el Centro de Interpretación y Documentación declarado de Interés Municipal, donde se exponen las técnicas constructivas de las estancias del siglo XX y las tradiciones gauchescas y religiosas.
Según la historia del turf, allí nació Gladiador, el caballo campeón hijo de El Porteño y de la yegua mestiza Berta, que alcanzó a disputar once carreras en distancias de mil a tres mil metros. “Tenía una vertiginosa rapidez en los tramos cortos y una infatigable resistencia en los largos. Ganó el Premio de Honor al mejor caballo de la República, la Copa de Oro y la Gran Medalla de Plata de la Sociedad Rural”, detalló Justo Daniel Figueroa, administrador de la estancia
En este predio de siete hectáreas, la flora y la fauna autóctona invitan a paseos en caballo o bicicleta y a extensas caminatas entre coronillos, plátanos, ombúes, olmos y una gran variedad de aves y animales de la zona. La cocina casera es otro de los encantos de la centenaria Santa Rita. “Nos destacamos en pastas caseras y minutas pero nuestros productos estrellas son los postres: el arroz con leche y el flan casero con dulce de leche de un sabor inigualable”, afirmó Figueroa. La estancia ofrece seis habitaciones con baños privados y nueve dormis con baños generales. En sus instalaciones se pueden visitar la cocina comedor, y los dormitorios y sanitarios que usaban el entonces gobernador bonaerense y su esposa. El lugar recibe visitas sin pernocte debido a la pandemia, y es necesario reservar estadía con anticipación.
Día de campo
Agustín Roca, la localidad de Junín que vio crecer a Atahualpa Yupanqui, ofrece delicias gastronómicas incomparables y una visita guiada a caballo por las calles del poblado dedicado a la actividad rural. Allí se realiza la “Fiesta Provincial del Fiambre Casero” que nació cuando los hijos de inmigrantes decidieron transmitir las tradiciones que surgieron en torno a las carneadas. También funciona una fábrica de dulce de leche artesanal que cumplió sesenta años y el club deportivo Origone, destacado por su función social.
Los equinos son los compañeros ideales para recorrer caminos, visitar sitios históricos, campos y la cañada. Desde Cabalgatas Rincón del Sauce, cuyos propietarios desde hace treinta y dos años transmiten su gran pasión por los caballos a través de su Escuela Hípica, realizan distintos recorridos que permiten observar los paisajes, ruidos y aromas de la pampa.
“Invitamos a quienes nos visitan a tomar contacto con los caballos y otros animales de granja. Luego ofrecemos dos paseos, uno por el pueblo y otro por el campo, donde proponemos actividades de avistaje de aves y cereales”, explicó Amelia Picchi impulsora del emprendimiento.
La experiencia de cepillar, ensillar y montar un caballo “convierte a las personas” porque según Picchi “son animales nobles e inteligentes dispuestos a dejarse acariciar y son espejo de quien los cabalga porque presienten los estado de ánimo”. En Cabalgatas Rincón del Sauce se pueden conocer distintos tipos de equinos y descubrir sus pelajes: alazanes, tordillos, sainos y arrosillados.
A cinco kilómetros del acceso al pueblo de Morse está ubicada “La Granja”, una chacra dispuesta a estimular los sentidos con experiencias únicas y sabores inolvidables. Sus propietarios abrieron las tranqueras para que, quienes disfrutan del contacto con la naturaleza, puedan compartir una típica tarde de campo en el noroeste bonaerense, donde trabajan métodos de rotación de cultivos para cuidar la tierra.
En este predio se emplazan dos grandes construcciones de principios del siglo XIX, galpones típicos para guardar herramientas y maquinarias. “En la década del cuarenta se asentaron en la zona las familias italianas Longinotti, Ferrua y Vigorelli, quienes con sus tradiciones le dieron identidad a esta región”, contó Daniel Ferrua, propietario del lugar y yerno de Longinotti.
En “La Granja” las costumbres culinarias del pasado siguen vigentes: se realizan carneadas, gestionan plantaciones frutales y cultivan huertas. Fiambres, dulces y conservas artesanales, duraznos, peras e higos recién cosechados son los destacados de la carta. Además, se puede visitar el viñedo experimental que trabaja las cepas malbec, cabernet sauvignon, merlot y tannat. “En estos cien años se pasó del arado mancera a los tractores de siembra directa y en nuestro parque exponemos algunas de esas herramientas con las que se trabajaba la tierra antiguamente”, detalló Ferrua.
Entre las actividades que ofrecen figuran “las tardecitas de campo”, que incluyen visitas guiadas de cuatro horas por el establecimiento, con servicios gastronómicos y avistaje de aves, a cargo del experto juninense Bernie Boyko, además de jornadas con paseos por el espacio y almuerzo criollo. “Abrimos las tranqueras del campo y también del corazón porque ponemos nuestra intimidad e historia familiar al servicio de los demás para que puedan disfrutar de la naturaleza y las tradiciones”, expresó el emprendedor.
Los destinos de la provincia de Buenos Aires tienen rincones que ofrecen propuestas imperdibles para pasar un día de campo en armonía con la naturaleza y equilibrio con las emociones.
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