Luego que se comprobara que al menos una de las balas alojadas en el cuerpo de Facundo Scalzo partió de su pistola, el gendarme Diego Rocha fue procesado con prisión preventiva acusado del homicidio agravado del joven de 19 años.
La decisión de la jueza en lo Criminal y Correccional 55, Alejandra Alliaud, quien está a cargo de la causa, se conoció este lunes. La semana pasada, los resultados de la autopsia habían determinado que a Facundo lo mataron por la espalda el 17 de junio en el Bajo Flores.
La magistrada consideró que el homicidio fue agravado por haber sido cometido por personal de las fuerzas de seguridad. “Para nosotros esto significa que esta persona no va a seguir en la calle mientras dure el proceso y eso es una pequeña alegría para la familia”, dijo en diálogo con Tiempo Romina Ávila, abogada de Andrea Scalenghe, madre de la víctima, y consideró que el fallo “va a marca un antes y un después en el paradigma de la violencia institucional y las fuerzas de seguridad” porque deja asentado que las instituciones “deben responder por los deberes que tienen hacia la sociedad”.
Una de las claves para este procesamiento fue el peritaje balístico, que determinó que el proyectil que quedó alojada en el cuerpo de Facundo hace 12 días partió de la pistola reglamentaria del gendarme Diego Rocha. El peritaje, realizado el viernes pasado, comparó la bala con las tres armas reglamentarias de los gendarmes imputados. Los otros dos efectivos imputados, Jorge Luis Pérez y Juan Pablo Ruiz, fueron excarcelados la semana pasada por la jueza.
El cotejo realizado con un microscopio balístico estableció que esa bala había sido disparada por la pistola calibre 9 milímetros de Rocha, quien ya había admitido en su propia indagatoria que él le había disparado a Scalzo, mientras que sus dos compañeros declararon que sólo hicieron disparos al aire.
El peritaje de deflagración de pólvora en manos ya había dado positivo para Rocha e indeterminado para Pérez, Ruiz y Scalzo.
Otros resultados balísticos ya habían establecido que cuatro de las vainas servidas recolectadas en el lugar del hecho se correspondían al arma de Rocha, dos de las cápsulas coinciden con la pistola que tenía Pérez y siete con el arma 9 milímetros incautada en el lugar y que los gendarmes le atribuyen a Scalzo.
La juez ahora intenta determinar de quién era esa pistola. La magistrada ya le tomó declaración testimonial a la madre del joven muerto y a una testigo del hecho que dijo que Scalzo no portaba armas. Además, en el juzgado analizan un video casero aportado por la querella, donde en la corrida se ve cómo arrojan esa pistola Bersa y pega contra el portón donde luego fue secuestrada.