El ex presidente del Consejo de Administración del Hospital Garrahan y referente macrista, Carlos Kambourian, está más complicado en la causa judicial en la que está acusado por el supuesto uso de fondos públicos con fines personales, desde tarjetas corporativas hasta una unidad de traslado. Para Oscar Trotta, ex directivo del centro de salud, «las pruebas son contundentes».
Malversación de caudales públicos, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público. Esos son los motivos del procesamiento que fue confirmado a comienzos de semana por la Cámara Federal porteña, y que involucra también al ex director administrativo del centro de salud Alan Norton.
“Es razonable concluir afirmando que Kambourian y Norton, pese a estar alertados y conocer que no existía respaldo normativo, utilizaron las tarjetas corporativas asignadas para realizar gastos y adquisiciones con cargo al Hospital pero en beneficio propio”, sostienen los camaristas Martín Irurzun, Roberto Boico y Eduardo Farah, que a su vez suelen ser afines al macrismo.
La acusación había sido efectuada por la fiscal Alejandra Mangano junto con la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) a partir de la denuncia realizada en 2020 por el Consejo de Administración del Hospital de Pediatría, encabezado por Guillermo González Prieto.
“Utilizaron las tarjetas corporativas asignadas para realizar gastos y adquisiciones con cargo al Hospital pero en beneficio propio“
Se trataron “gastos de representación, de oficina, actividades protocolares y de movilidad” en el período entre mayo de 2018 y enero del 2020, con la utilización de la tarjeta corporativa para gastos personales. Entre otros gastos irregulares, figuraban el pago de almuerzos, el cumpleaños de Kambourian y de otro familiar, tickets que no encontraron justificación. Hasta el uso de una unidad de traslado del hospital por parte de su esposa, que no pertenecía al Garrahan, según la denuncia.
«Solo unos pocos de los cientos de gastos»
“Las primeras irregularidades se verificaron de inicio, es decir, en el procedimiento previo a la implementación del uso de la tarjeta de crédito corporativa: los distintos dictámenes de los órganos internos alertaban sobre la necesidad de dar marco normativo a su implementación en tanto aquella era un mecanismo de pago, no ‘una autorización para gastar’ y que, en ausencia de disposición específica, sólo podrían aplicarse las disposiciones atinentes al fondo rotatorio y las cajas chicas. Ni unas ni otras contemplaban su uso del modo posteriormente verificado en autos”, sostuvo el fallo.
Y acota: “esos consumos son solo unos pocos de los cientos de gastos en que incurrió Kambourian con la tarjeta corporativa, y la rendición a la que alude la defensa es, en realidad, la presentación de simples comprobantes -tickets- seguidos de anotaciones manuscritas, genéricas e innominadas de que se trataba de reuniones y encuentros con gente vinculada a la salud o refrigerios y viáticos en ese contexto”.
Para Oscar Trotta, «el procesamiento abre la puerta a la instancia de juicio oral para Kambourian y Alan Norton que era el director de administración. Ambos denunciados por nosotros en enero 2020 a instancias de las pruebas que presentaron los trabajadores. Eso es muy bueno porque garantiza que los fondos del hospital no puedan ser mal utilizados».
Ya a fines de 2021 el Hospital le había reclamado a Kambourian que «devolviera» lo que era un millón de pesos en ese momento, por los más de 11.000 dólares que supuestamente gastó en nombre del Garrahan con la tarjeta corporativa.
Las denuncias contra Kambourian
«Presentamos dos denuncias ante la PIA –cuenta a Tiempo Trotta, actual director del hospital René Favaloro de La Matanza, y miembro del Consejo Administrativo con el cambio de gestión a fines de 2019–. Una por la apropiación de una unidad de traslado de pacientes oncológicos, para su uso personal y que era manejado por su esposa que no era personal del hospital. Eso quedó en los registros de sector Automotores del Garrahan«.
«La otra fue por el uso de dinero del Hospital a través de una tarjeta de crédito corporativa, para gastos personales, almuerzo y cenas de lujo (en el hotel Alvear, Resto Roldán, Kansas, entre otros) fuera del horario y en días de trabajo, fines de semana y para varios comensales«, continúa.
Y añade: «también gastos en el exterior en dólares para compras de software para su móvil con la tarjeta corporativa de hospital. Todo eso está acreditado con abundantes pruebas aportadas por los trabajadores».
El acusado (candidato del Pro en Malvinas Argentinas) salió a hablar en redes, como suele hacer. Lo hizo con un hilo de twitter con el título: EL FIN DE LOS PRIVILEGIOS. Sostuvo que en el Hospital «había una caja negra: todos los gastos de las autoridades eran en efectivo. Y yo terminé con eso. Me costó muchísimo: violencia física de forma permanente, me rompieron a las patadas las oficinas. El presidente Mauricio Macri me apoyó».
«Me dijo que vaya hasta las últimas consecuencias. Y acá están. Instituí por primera vez en la historia de la institución el manejo de fondos con tarjetas, para que todo quede registrado. Todo. Incluso los gastos de representación de todo el personal jerárquico, como el que tuve el honor de ocupar. No me lo perdonaron. Se le terminó la joda a más de uno», agregó Kambourian.
Sin embargo, Trotta asegura que no hay ninguna denuncia efectuada por él sobre la existencia de un uso indebido de recursos («caja negra») como el dirigente de Juntos por el Cambio expresó en sus tuits: «Nunca denunció ese ilícito. Y de haberlo habido no justifica su accionar ilícito de uso de recursos del Hospital«.
Y menciona que el accionar de Kambourian se enmarcó en una política general de la administración macrista contra el Hospital insignia de pediatría en el país: «Entre mi primera gestión en el Garrahan, que concluyó en el 2015 con la llegada de Cambiemos, y mi vuelta en enero 2020. Los sueldos habían perdido 37% de su capacidad de compra. Un deterioro salarial y edilicio muy importante. Con mega obras inconclusas y mucho malestar entre los trabajadores. Enseguida vino la pandemia».