Una mujer policía fue condenada a prisión perpetua por haber asesinado a un matrimonio hace dos años en el barrio porteño de Parque Avellaneda, para robarle entre 70.000 y 80.000 dólares con los que planeaba pagar un viaje a Disney para el cumpleaños de 15 de su hija. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 consideró a Sonia Rebeca Soloaga (36), una exoficial de la Policía de la Ciudad, autora material del doble crimen de Alberto Antonio Chirico (71) y de su esposa María Delia Speranza (63), ocurrido el 11 de junio de 2019, y la condenó este lunes a la pena máxima.
Los jueces Alejandro Noceti Achaval, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano avalaron la acusación de la fiscalía y consideraron a Soloaga autora de “robo agravado por haber sido cometido por un arma de fuego en concurso real con doble homicidio doblemente calificado por haber sido cometido para consumar el otro delito y lograr la impunidad (criminis causa) y por haber abusado de su condición de policía, que se agrava a su vez por haber sido perpetrado con un arma de fuego, en concurso real con falsa denuncia”. Al recibir esta condena, la misma que había pedido en su alegato el fiscal de juicio Oscar Ciruzzi, Soloaga, quien está presa desde 2019, pasará al menos 35 años en prisión y recién podrá pedir libertad condicional en 2054, cuando tenga 69 años.
En tanto, el TOC 7 dispuso absolver al segundo imputado de este juicio, el entonces también policía de la Ciudad Diego Alberto Pachilla (37), quien era el novio de Soloaga al momento del hecho y estaba acusado de “encubrimiento agravado” porque le atribuían haber ayudado a su pareja a deshacerse del arma homicida.
Como sucedió a lo largo de todo el juicio desde su inicio el 12 de mayo, la lectura del veredicto se realizó de manera remota a través de la plataforma Zoom y se transmitió por el canal del Poder Judicial en YouTube. Allí se pudo ver cómo, al cabo de unos segundos de conocer la sentencia, Soloaga se quebró en llanto frente a una computadora desde el Complejo Penitenciario Federal IV para mujeres de Ezeiza, donde está detenida.
Más temprano, había pronunciado sus últimas palabras ante los jueces: «Jamás pensé vivir algo así, es algo que nunca me imaginé, vivir todo lo que estoy viviendo, hace dos años que estoy acá y que perdí muchas cosas, perdí el derecho de cuidar a mi hija, dejé a mi hija sola», manifestó Soloaga. Y agregó: «Por un error mío, la verdad que sí fue un error y me voy a hacer cargo de equivocarme con la denuncia, pero lamentablemente de lo que les pasó a esas personas no pienso hacerme cargo nunca porque no tengo nada que ver».
En cambio, quien prefirió no hacer uso de este derecho fue Pachilla, quien enfrentaba un pedido de pena de 3 años de prisión, pero terminó absuelto tras ser defendido por los abogados Christian Poletti y Hernán Vega, quienes consideraron no sólo que era inocente, sino también que no se puede imputar de encubrimiento a quien es pareja del autor de un delito. El presidente del TOC 7, Noceti Achaval, anunció que los fundamentos de este fallo se darán a conocer el 13 de julio a las 18.
El abogado de Soloaga, Augusto Arena, había pedido la absolución para su clienta al considerar que durante el juicio oral hubo «abrumadoras pruebas» para dejarla en libertad y defender la versión de la mujer policía respecto a que si mintió sobre el destino de su arma no fue porque cometió este doble crimen, sino porque temía ser despedida de la policía por extraviarla. En aquella oportunidad, y tal como ya había confesado en la causa, la mujer policía reconoció que fue falsa la denuncia que hizo el día del crimen de los Chirico respecto a que la habían asaltado y robado el arma y 300.000 pesos en Flores, y que la realidad fue que se había «olvidado» la pistola y el dinero cuando fue al baño de una estación de servicio.
La fiscalía dio por probado que Soloaga cometió el crimen del matrimonio entre las 12 y las 14.30 del 11 de junio de 2019, en la casa de las víctimas ubicada de la calle Eugenio Garzón 3581, zona donde ella cubría servicio de parada. «Al lugar ingresó la nombrada cuando le habilitaron el acceso. Primero ejerció violencia sobre ambas personas y con unos golpes consigue que le señalen dónde tenía guardada una suma importante de dinero, entre 70 y 80 mil dólares y entre 50 y 60 mil pesos», señaló.
El fiscal sostuvo que luego de conseguir el dinero, Soloaga ejecutó a cada uno de los miembros del matrimonio de «un disparo en la cabeza» y que para ello utilizó «un almohadón bordó» con el objetivo de «disminuir y amortiguar el ruido», y también «para no verle la cara a las víctimas». Ciruzzi dio por probado que ella tenía una relación de confianza con el matrimonio por los dichos de las propias víctimas.
Como posible móvil del crimen, Ciruzzi sostuvo el robo del dinero y mencionó una deuda de más de 6.000 dólares que Soloaga tenía con la empresa «FunTime» para poder pagar un viaje a Disney que le quería regalar a su hija por su cumpleaños de 15.