Por primera vez, el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires destinará mayor porcentaje a pagar intereses de deuda que a invertir en Educación. Además, en 2017 prevén que haya 38.200 becas estudiantiles menos respecto de este año, y 4,3 millones de raciones alimentarias dejarán de entregarse.
Un informe elaborado en conjunto por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Abdala analiza los principales puntos del Presupuesto de Educación presentado por el Gobierno de la Ciudad para el año que viene. En el presupuesto total del distrito, de cada tres pesos, uno será destinado a Seguridad. El de Educación crecerá un 25% en comparación con el de este año, menos que el de 2016, que había aumentado un 26% sobre el año anterior. En el medio transcurrieron 12 meses de inflación superior al 40 por ciento.
Como la inversión en educación sube menos que el gasto total, pierde participación en el presupuesto de la Ciudad, llegando al 18,5%, indica el estudio. Es el número más bajo de participación educativa sobre el total de la Capital Federal, en toda la historia. Son diez puntos porcentuales menos que en 2007, cuando asumió su gestión el macrismo.
En 2017, por primera vez el pago de intereses de la deuda desplazará a la Educación como prioridad del gobierno: será un 19,4% del presupuesto destinado a deuda pública, contra el 18,5% de Educación. En 2002, el pago de la deuda representaba apenas el 2,9% del total. La inversión total en Educación se reduce en términos del Producto Bruto Geográfico (PBG), pasando del 1,81% en 2016 al 1,78% en 2017, agregan UTE y Fundación Germán Abdala. Según cifras del CIPPEC, la Ciudad pasó del puesto 13 al 21 entre las jurisdicciones del país en lo que respecta al esfuerzo presupuestario por la educación.
Dos puntos clave son las mermas que se producirán en las viandas y en las becas. Las raciones alimentarias se redujeron en 4,3 millones en relación a la meta de 2016. Sin embargo, el gasto por ración sube un 36%, muy por encima de la inflación estimada, explican. Pasarán de 84 millones en 2016 a 79 millones en 2017. Y el precio pautado por unidad aumentará de $ 20,6 a $ 28,1. Si se dividen esas 4,3 millones de viandas menos por los 180 días de clase, da una suma de 23.888 raciones que dejarán de repartirse cada día. En la misma sintonía de recorte, las becas estudiantiles descenderán de 71.916 a 33.716. Eso sí, el valor de la beca crecerá de $ 6017 a $ 18.824. En tanto, las transferencias a los privados suben un 33%, muy por encima del resto del gasto en educación.
La semana pasada, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, visitó la Legislatura para defender su presupuesto. En la oportunidad, el diputado Maximiliano Ferraro (CC Ari), le solicitó información acerca de transferencias al exterior de la cartera educativa por más de 14 millones de pesos. Y pidió «saber los motivos de un crecimiento del más del 100% en Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio, que pasó de 8 millones 800 mil pesos, a casi 15 millones y medio».
El 62% del presupuesto de Educación serán los salarios, cuyo monto prevén aumentar en un 19,8 por ciento. De concretarse, será el aumento más bajo desde 2010. En 2007, los sueldos en Educación eran el 65% del total de salarios de los estatales porteños; en 2016 por primera vez representan menos de la mitad (44 por ciento).
Lo destinado a inversión física en educación tendrá una gran suba, del 77%: de 1423 millones a 2518 millones. Aunque el detalle es que este año la ejecución de Infraestructura escolar fue de apenas el 15% en el primer semestre.