La estadounidense Karen Keskulla Uhlenbeck, de 76 años y defensora de la igualdad de género en las ciencias, se convirtió hoy en la primera mujer en ganar el premio Abel, considerado el Nobel de la matemática y otorgado desde hace 17 años por la la Academia Noruega de Ciencias y Letras. Para la Academia, el trabajo de Uhlenbeck aportó «logros pioneros» sobre ecuaciones diferenciales parciales geométricas, la teoría de gauge y los sistemas integrables».
Además, los cinco miembros del jurado -todos matemáticos reconocidos internacionalmente- consideraron que el «impacto fundamental» que su trabajo hizo en temas de análisis, geometría y física matemática, según el fallo que se dio a conocer hoy en Oslo.
Uhlenbeck, profesora en la Universidad de Austin, en Estados Unidos, es una de las fundadoras del análisis geométrico moderno y para la Academia, sus aportes a las matemáticas lograron algunos de los avances «más espectaculares» en los últimos 40 años.
«Sus teorías han revolucionado nuestro modo de entender las superficies mínimas, como la formada por las burbujas de jabón, y los problemas de minimización generales en dimensiones más altas», explicó el presidente del comité, Hans Munthe-Kaas. La Academia consideró que las técnicas y métodos de análisis global desarrollados por Uhlenbeck integran «la caja de herramientas de todo geómetra y analista» y su trabajo es la base también de los modelos geométricos contemporáneos aplicados en matemática y en física. El jurado destacó que Uhlenbeck es «un modelo a emular y una firme defensora de la igualdad de género en el mundo de las Ciencias y las Matemáticas».
Graduada en la Universidad de Michigan y con un doctorado en Brandeis (Massachusetts), Uhlenbeck nació en Cleveland en 1942. Pero fue en la década de 1980 cuando Uhlenbeck se convirtió en una referente internacional a partir de su trabajo en la Universidad de Chicago. El premio, que entrega 6 millones de coronas noruegas, unos 703.000 dólares, fue establecido en 2002 por el parlamento noruego en honor Niels Henrik Abel (1802-1829), matemático de ese país.
«Me dijeron que nadie contrataba a mujeres, porque las mujeres debían estar en casa y tener bebés», aseguró Uhlenbeck en el libro Viajes de mujeres en ciencia e ingeniería: no hay constantes universales (Temple University Press, 1997).
Y esa fue una de las razones que, en 1993, la impulsó a crear el programa Mujeres y Matemáticas para apoyar a más científicas a liderar la investigación en matemáticas.
En ese mismo libro, Uhlenbeck agregaba: «Todo el mundo sabe que si una persona es inteligente, divertida, guapa o bien vestida tendrá éxito. Pero también es posible triunfar con todas tus imperfecciones. Yo necesité mucho tiempo para darme cuenta de esto».