Durante diciembre y enero, comenzó una embestida contra los medios públicos nacionales. Radio Nacional, TDA, Pakapaka, entre otros, despidieron trabajadores a mansalva. A Hugo Gulman, productor, le tocó los primeros días de 2018, a sólo dos años de jubilarse.
Esta situación llevó a que sus compañeros lanzaran una campaña de adhesiones para que se revierta su situación. Su hijo, también periodista, escribió una carta que se viralizó en las redes contando quién es su padre, que también fue dejado en la calle por los empresarios Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, cuando desempeñaba tareas en el programa de Dady Brieva en Radio América, uno más de los estafados por el Grupo Veintitrés.
Me hubiera gustado retirarme en Nacional, a mi que tanto amo la radio, me dice mi viejo del otro lado del teléfono, a más de mil kilómetros de distancia. Mi viejo es uno de los despedidos en Radio Nacional, que el martes cuando llegó a Maipú 555 se enteró que no tenía más laburo en la radio, a la que volvió a trabajar hace unos cuantos años, luego de un horrible período de sequía laboral, remís y dolores de espalda comienza su carta Agustín Gulman, hijo de Hugo.
No es que sea mi viejo, pero es de los mejores productores de radio. Lo vi aferrado a varios teléfonos a la vez, buscando notas imposibles, en horarios insólitos, llamando a lugares imposibles, incluso, de pronunciar. Haciendo señas, estirando, improvisando, actualizando agendas viejas con contactos de los que aún hoy se sabe los números de memoria relata con emoción su hijo.
A mi viejo lo vi sin tomarse vacaciones unos cuantos años. Lo vi levantarse a las 4 de la madrugada durante años para ir a producir. Lo vi quedarse sin laburo otras veces. Lo vi feliz recibiendo premios ( ) y le escuché mil veces una frase con la que, sabiéndolo o no, coincido desde que me hizo entrar a un estudio de radio por primera vez: «Estar en una radio es respirar aire puro.
El martes 2 de enero Hugo se enteró que, junto con un montón de colegas, no podía entrar más a la radio. Por eso sus colegas comenzaron a firmar un petitorio para exigir que sea reincorporado. Para que a mi viejo no le caguen la jubilación, no le caguen la vida. Para que pueda seguir respirando aire puro, dice al terminar su texto su hijo.
Las adhesiones se reciben en: [email protected]