El recorte en Ciencia y Educación alcanza a cada vez más sectores, por ejemplo a la delegación argentina compuesta por chicos del secundario, que tiene lograda su clasificación para la Olimpiada Internacional de Física, a desarrollarse en julio en Lisboa, Portugal. Los tres alumnos estudiantes del Politécnico de la Universidad Nacional de Rosario debían ir a entrenar a Córdoba el miércoles pasado, pero no pudieron viajar. La razón: el Ministerio de Educación de la Nación no envió las partidas presupuestarias. Ahora corren riesgos de quedarse afuera de la contienda mundial.
Lucas Díaz, Ignacio Lembo y Juan Recoaro, todos entre 17 y 18 años de edad, fueron varias veces premiados por sus logros en ciencias, con medallas de plata y bronce en olimpiadas anteriores y en la Iberoamericana. En octubre pasado resultaron los ganadores de la instancia local que los clasificó al certamen mundial en Lisboa. Para eso debían entrenarse. La sede para hacerlo, organizadora de las olimpiadas locales cada año, es la Facultad de Astronomía, Matemática y Física (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba. Allí debían asistir para encarar la preparación final, el viernes.
«El mismo día que iban a sacar los pasajes, nos llegó un mail de la Universidad de Córdoba donde nos informaban que se suspendían los entrenamientos porque el Ministerio de Educación de la Nación no había girado los fondos para sostener estas olimpíadas, y tampoco había renovado el convenio que tienen con la Universidad. Preguntamos en qué podíamos ayudar, no tuvimos respuesta», contó a Tiempo el profesor y director del grupo, Juan Farina, jefe del departamento de física del Instituto Politécnico General San Martín de la Universidad de Rosario. Un cuarto integrante es de la Ciudad de Buenos Aires, pero tampoco tuvo novedades.
Desde hace años el Ministerio de Educación, hoy conducido por Alejandro Finocchiaro, cuenta con el Programa Nacional de Olimpiadas, que solventa la participación de chicos de la secundaria en certámenes internacionales de disciplinas como Biología, Química, Filosofía, Historia, y obviamente Física; y también se encarga de financiar los eventos que se desarrollan a nivel local. Los tiempos se acortan, otros países ya tienen todo sacado de viajes y estadía para sus representantes, y se están entrenando con todo. Los nuestros en lugar de estar estudiando y preparándose mejor, están con la incertidumbre que no sabemos si van a ir o no, acota Farina.
El mundial consta de dos pruebas: una teórica, donde resuelven tres problemas de física, y una experimental, de laboratorio. Por ejemplo, medir la aceleración de la gravedad de un lugar con elementos como unir bolitas con algún soporte, explica el profesor. Y agrega: El mundial es hermoso, y los chicos están bien posicionados, pero va más allá del resultado. Estos eventos despiertan vocaciones, uno de ellos de hecho ya se anotó para seguir la licenciatura en Física el año que viene.
Juan Farina es un nombre que salió en los medios en marzo de 2016. Al inaugurar el ciclo lectivo, el presidente Mauricio Macri lo citó en su discurso, reivindicándolo por su labor docente. Lo que no sabía era que el docente se encontraba en ese mismo momento, formando parte de los manifestantes que le reclamaban por la ola de despidos, suspensiones y cierres de fábrica, y por el ajuste en ciencia y educación. Hoy recuerda: Me puso como un ejemplo, pero yo estaba en la marcha en oposición a él. Mi vision era cuestionar a ver cómo van a sostener la educación pública. Lamentablemente, esto de ahora me está dando la razón con lo que pensaba que iban a a hacer en ese momento, y somos parte de los afectados.