Pasaron 17 meses desde que comenzó la pandemia en nuestro país y muchos de los reclamos que realizaron trabajadoras y trabajadores de la salud de la Ciudad, durante este lapso, siguen vigentes. El panorama no se modificó, incluso con demandas que vienen arrastrando desde antes del confinamiento y la emergencia sanitaria. Ante la falta de respuesta de las autoridades porteñas, los trabajadores del sector de los hospitales públicos se vieron forzados a realizar un cese de actividades que incluyó una movilización hacia la jefatura de gobierno local, en reclamo de aumento de salarios y el reconocimiento de la actividad que cumplen como carrera profesional, entre otras demandas.
De la jornada participaron trabajadoras y trabajadores nucleados en la Agrupación Hospitales porteños; la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE); la Central de Trabajadores Argentinos (CTA-Capital Federal); y el Sindicato de Trabajadores de Enfermería. “El gobierno porteño viene ajustando cada vez más los servicios públicos de la Ciudad de Buenos Aires y el principal recorte se da sobre los trabajadores y trabajadoras que somos los que sostenemos todos los servicios públicos, esos ajuste se dan principalmente en salud y educación”, revela a Tiempo el licenciado Christian Acosta del hospital Ramos Mejía, referente del Sindicato de Trabajadores de Enfermería. “En ambos ítems desde que el PRO desembarcó en la Ciudad de Buenos Aires, recorta a razón de 0,5% por año del presupuesto, en el caso de salud perdimos más de 7 puntos porcentuales desde el 2007 a la fecha. De hecho este año con pandemia y todo la salud no tuvo un incremento en su presupuesto, lo que estamos reclamando es una mejor distribución de los recursos”, sintetiza.
En la Ciudad hay alrededor de 12 mil enfermeros y enfermeras, entre auxiliares, enfermeros técnicos profesionales y licenciados en enfermería. De ese total el gobierno porteño se niega a incluir dentro de la carrera profesional a casi 4.500 trabajadores de la salud que terminaron sus estudios con un grado de licenciatura. “En agosto de este año un licenciado en enfermería que recién ingresa a trabajar, tiene un salario que ronda los 46 mil a 48 mil pesos mensuales. Si el ejecutivo de la Ciudad nos reconociera como profesionales de la salud tendríamos que ganar alrededor de 75 mil pesos por mes”, advierte a Tiempo Héctor Ortiz, enfermero del Hospital Durand y coordinador de la Agrupación Hospitales porteños. Esto quiere decir que nuestro salario sufre un brutal ajuste de un 36% a un 40% aproximadamente”, subraya.
El vocero del gremio, destaca que desde el comienzo de la emergencia sanitaria los trabajadores estatales de este sector “pusimos el cuerpo todos los días para resguardar la salud de los vecinos. Y todo lo que hicimos fue con orgullo de ser trabajadores de la salud, y lo hicimos incluso sabiendo que el gobierno de la Ciudad nos desprecia al no reconocernos como profesionales de la salud. Es por eso que una vez más le exigimos a Larreta y Quirós que nos incluyan dentro de la carrera profesional para poder ganar un salario digno”, concluye Ortiz.
La precarización de salud en Ciudad incluye a todos los profesionales
En junio, Tiempo realizó un informe sobre la situación salarial del todo el sector. La situación sigue intacta: El salario de las y los Técnicos en Radiología no llega a los 40 mil pesos mensuales. Lo mismo ocurre con los profesionales de la salud altamente calificados, como es el caso de médicos y médicas intensivistas, infectólogos, médicos cirujanos, clínica médica y pediatría. Cada uno de estos profesionales de la salud, en algunos casos con más de 15 años de formación, cobra $600 por hora, es decir, trabajando 24 horas en cada guardia no llegan a los 16 mil pesos. Las técnicas y técnicos en Hemoterapia del Garrahan que mantienen su relación laboral mediante contratos precarios, ganan alrededor de 21 mil pesos mensuales. Si el hospital los pasara a planta permanente tendrían un salario que alcanzaría los 50 mil pesos. El Hospital de niños y niñas, tiene 4.200 trabajadores y trabajadoras de la salud en planta permanente, 1.200 profesionales que están en formación y más de 700 trabajadores tercerizados.