Mauricio Macri aprovechó su visita a Entre Ríos no sólo para apuntalar al candidato a gobernador del oficialismo, el radical Atilio Benedetti, a diez días de las PASO en el distrito, sino también para ejercer una obstinada defensa de la fumigación con agroquímicos. Durante la conferencia de prensa que brindó en Gualeguaychú, cuestionó el fallo del Superior Tribunal de Justicia provincial que impide fumigar a una distancia de menos de mil metros terrestres y tres mil metros aéreos respecto de escuelas rurales, calificándolo como “irresponsable”.
«La ley de distancias de fumigación vigente es absurda», dijo el presidente, porque, agregó, «pone en riesgo más del 20% de la capacidad agroindustrial de la provincia». Instantes después, sin embargo, aseguró que “si hay un gobierno que se ha ocupado del medio ambiente en este país y en las últimas décadas, es el de Cambiemos”.
“Pero esta ley que se ha impulsado en Entre Ríos –continuó– pone en peligro el trabajo de muchos entrerrianos, y hoy, por un amparo está vigente”. Macri recalcó que “el gobierno de la provincia de Entre Ríos tiene que tener una posición muy activa y muy clara para lograr no destruir empleo por una ley absurda que no se basa en ningún rigor científico”.
El presidente se refirió así al amparo ambiental colectivo presentado en agosto del año pasado por la ONG Foro Ecologista de Paraná y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), exigiendo al gobierno entrerriano y al Consejo Provincial de Educación adoptar medidas que preserven a las escuelas del efecto de los agroquímicos.
A pesar de las apelaciones del gobierno, a fines de octubre quedó firme la decisión del máximo tribunal, que obliga a la provincia a realizar “en forma exhaustiva y sostenida en el tiempo, los estudios que permitan delinear pautas objetivas en torno al uso racional de químicos y agroquímicos, poniendo el acento en la prevención de los daños”, además de suspender de inmediato “las aplicaciones de productos fitosanitarios en las áreas sembradas lindantes a las escuelas rurales, en horario de clases, debiendo efectuarse las aplicaciones en horarios de contra turno y/o fines de semana, a modo de asegurar la ausencia de los alumnos y personal docente y no docente en los establecimientos durante las fumigaciones”, y también implantar, en un plazo de dos años, “barreras vegetales a una distancia de ciento cincuenta metros de todas las escuelas rurales de la provincia”.
Tras una charla con productores locales, y a contramano de un fallo considerado un gran logro de la lucha ambiental en Entre Ríos, y de todas las evidencias que señalan al glifosato como un agente cancerígeno, Macri no quiso perder la oportunidad de pronunciarse a favor de una fumigación sin barreras.