“De todo laberinto se sale por arriba”, afirmó alguna vez Leopoldo Marechal. Lejos estuvo de referirse a un mundo con energía fotovoltaica, pero en un escenario de altos costos de la luz y quita de subsidios, tal vez una posible solución sea mirar al cielo y volcarse a los paneles solares. En la Argentina crece el número de personas que los eligen, aunque aún es algo incipiente al que le juega en contra la falta de conocimiento y los precios dolarizados.
Provincia de Buenos Aires avanzó días atrás al reglamentar la Ley de Generación Distribuida. Ahora, quienes instalen paneles solares en sus hogares podrán inyectar la energía excedente a la red eléctrica y recibir descuentos impositivos, como en Ingresos Brutos y el Impuesto al Sello.
“El futuro es por ahí”, remarca Gastón Ghoni, subsecretario de Energía bonaerense, aunque aclara: “veremos el desarrollo al mediano plazo, lo que buscamos es dar el marco regulatorio e incentivar para que eso suceda”. Desde el Ejecutivo hablan de un triple beneficio: produce ahorros en las facturas, permite un uso más eficiente, y promueve hábitos de cuidado ambiental. “La Provincia es pionera en autogeneración. Ahora cualquiera pueda vender al sistema –continúa–. En muchos casos uno está afuera de casa cuando más energía se genera, esto te posibilita inyectar el excedente y tomar energía de la red cuando la necesites a la noche”.
Vivir solo cuesta vida
“El gran desafío es ver cómo bajan los precios. El contexto internacional no ayuda, hubo un salto muy grande en el último tiempo con la guerra y el dólar, pero estuvimos interactuando con un montón de interesados en avanzar en la producción”, explica Ghoni. Y añade que “la energía solar también va a ser más seductora para aquellos consumidores que dejaron de recibir el subsidio en la tarifa de luz”.
Un panel fotovoltaico estándar tiene una potencia de 300 Watts con plena luz (poco más que una heladera con freezer). La energía que produzca va a depender de la cantidad de sol disponible, lo que a su vez depende del lugar de instalación. “En promedio en la Provincia de Buenos aires se podría esperar una producción anual de 350 kW/h con un mismo panel: poco más del 10% del consumo anual de un hogar promedio en Argentina”, destaca Adrien Sergent, ingeniero eléctrico francés, radicado en la Argentina desde 2013.
Gran parte de los componentes son importados (sobre todo China), por lo que los precios se mueven con el tipo de cambio. Una instalación para uso residencial sin baterías con 10 paneles de 300W cuesta unos 5000 dólares, incluyendo el inversor –otro equipo electrónico necesario– y la mano de obra para la instalación.
El tiempo necesario para recuperar la inversión dependerá de factores como el valor de las tarifas, la cantidad de luz disponible y los horarios que maneje la persona o la empresa. “Para una pyme con galpón ese retorno sobre inversión puede ser de unos cinco años”, sostiene Sergent. Y completa: “A medida que aumentan las tarifas de luz o se quitan subsidios, el incentivo de usar la energía solar se hace cada vez más importante”.
Comenta que la Ley nacional 27.424 otorga un beneficio fiscal de 65 mil pesos por Kw instalado, que se deduce sobre pago de ganancias. Pero hay provincias, como San Luis, Misiones o Salta, que todavía no adhirieron. Otras como Santa Fe no adhirieron aunque tienen leyes provinciales con más incentivos económicos. “A nivel regional la Argentina llega un poco tarde. Brasil es quien más avanzó en América del Sur –relata Sergent–. Tiene que ver con la fórmula con la que calculan el precio del excedente de generación que uno inyecta a la red pública. Allá da mucho más beneficio. Aquí eligieron un esquema que es el que menos perjudica a la distribuidora, y el consumidor final debe esperar más tiempo hasta recuperar la inversión”.
La tierra del sol
Un informe de diciembre de la Secretaría de Energía de la Nación analizó 13 provincias, y de Buenos Aires sólo el Conurbano. Según reveló, durante el último año en esa mitad del país se pasó de 735 a 1072 usuarios–generadores. Un 46%. También hay 471 proyectos “con Reserva de Potencia aprobada”. En enero de 2022 eran apenas 109. Mes a mes la tendencia sube, aunque aún se está lejos de la meta de la Ley 27.424 que prevé 1000 MW instalados para 2030. Hasta hace un mes eran 18 MW.
Córdoba es la provincia donde más personas la usan en sus residencias. Le sigue Buenos Aires. En materia de producción lidera San Juan. Concentra el 46% de los parques del país. Una de las últimas novedades es el Parque Solar Zonda, que ocupará 300 hectáreas en la localidad de Bella Vista. Es el primer proyecto solar de YPF Luz con potencial de ser el mayor generador de energía solar del país, equivalente al consumo de 140 mil hogares. Además, en Tocota (Calingasta) funcionará el primer parque con producción de componentes nacionales, que alcanzará hasta 350 megavatios.
Pablo De Benedictis es socio fundador de Goodenergy, empresa de La Plata creada en 2011 en el garaje de su abuela junto a otro amigo. Hoy, a través de 90 distribuidores, ofrecen tres tipos de productos solares: termotanques, paneles y climatizadores de pileta. “La demanda se duplica cada año. De los 10 millones de hogares que hay en el país menos del 5% tienen energía solar, pero año tras año se ve un importante aumento de la demanda”. Agrega que actualmente un termotanque solar no tiene mucha diferencia con uno convencional: “un equipo para cuatro personas sale aproximadamente 230.000 pesos, mientras que uno convencional está entre 60 y 200 mil; esa diferencia se puede amortizar entre uno y tres años. Un panel dura 30 años, no consume combustible, no hace ruido, se activa de forma automática y aporta al cuidado del medioambiente”.
«No extraño la electricidad domiciliaria. No sufro cortes, no pago boletas»
El sistema fotovoltaico permite además llegar de forma práctica y económica a lugares en los que el tendido eléctrico resulta menos eficiente. Es el caso de las escuelas rurales: “ya instalamos paneles en más de cien colegios e incorporamos cocinas y termotanques solares –destaca Gastón Ghoni, subsecretario de Energía bonaerense–. Cuando llegamos, uno de los aspectos más críticos era el estado edilicio de las escuelas».
Córdoba es la provincia que cuenta con la mayor cantidad de usuarios–generadores de energía solar del país, sobre todo en la zona serrana. El sector turístico es uno de los que más se está volcando al uso del sistema fotovoltaico. Allí es cotidiano ver cabañas con paneles o termotanques solares.
“Hoy en día está muy avanzada la eficiencia en el uso de paneles solares”, comenta a Tiempo Marcelo, dueño de la cabaña y casa de campo Lavandas de Altura en Villa Berna, Valle de Calamuchita. Cuentan con 3 paneles de 150 watts y un inversor que transforma la corriente a 220.
Cuenta que los paneles para una cabaña de 35 m2 con uso de heladera, luces, internet, TV y secador de pelo les valió unos $ 800.000. “A su vez están las baterías que las cambiás cada 7 u 8 años. Las de gel salen 400.000 pesos, las de litio salen el doble pero son más eficientes”.
“En este lugar tenemos agua de pozo así que también tenés que contar el consumo de la bomba”, acota. Y se sincera: “realmente no extraño la electricidad domiciliaria. No sufro corte de luz, no pago boletas mensuales y si junto unos pesos voy mejorando aún más el uso. En mi casa, que está a cien metros de la cabaña, también tengo paneles solares. Son algunos paneles más y un inversor más grande, pero en dinero no hay gran diferencia”.
Mariano tiene las cabañas Don Valerio, en Mina Clavero, que desde hace diez años utilizan climatizadores solares para la pileta. Un factor que genera el interés de los turistas. Describe que los paneles tienen “una serpentina por dentro”. El agua es tirada por la bomba que los recorre, toma la temperatura y vuelve a la pileta para calentarla.
“Lo usamos solamente en temporada de alquiler de las cabañas de diciembre a marzo, le sube unos 5 grados la temperatura al agua. En estos años lo amortizamos porque la gente busca mucho piletas con climatizadores –destaca–. Acá el sol pega muy fuerte, pero no la utilizamos fuera de temporada, porque aquí en altura hay meses de mucho frío, pasamos de 40 grados en enero a diez grados bajo cero en julio. Ahí el climatizador es imposible de usar. En diciembre o marzo son meses ideales para usarlo y nos rinde mucho con la gente”.
Ahorros y termotanques
Hay productos solares de diferentes tamaños: “Por ejemplo para una familia de cuatro personas recomendamos un termotanque solar de 185 litros. En cuanto a los paneles, uno de 100 watt en Buenos Aires puede generar en promedio 460 w por día. Puede servir para abastecer durante 10 horas a unas diez luminarias LED», cuenta Pablo De Benedictis de GoodEnergy.
Tanto los paneles como los termotanques solares se pueden conectar en serie. Así lo grafica: «se puede alimentar desde una lámpara a toda una ciudad”.
Un termotanque solar no tiene gran diferencia con uno convencional: “un equipo para cuatro personas sale aproximadamente 230.000 pesos, mientras que un termo convencional esta entre 60.000 y 200.000; esa diferencia de precio se puede amortizar entre 1 y 3 años con el ahorro de gas».
Una industria en Ranelagh tiene 19 paneles solares, que le permiten un ahorro del 50% de la energía demandada. Otra en Río Negro cuenta con 96 paneles, y el ahorro es del 15%.
En el país existen 2.502 kW que están aún a la espera de la conexión del medidor.