Cuando ocurrió la muerte del subteniente Matías Chirino en Corrientes, tras un «bautismo» del Ejército en Corrientes, las denuncias de organizaciones y familiares se focalizaban en un reclamo: los abusos de autoridad no son hechos aislados. Los episodios posteriores parecieron ir por esa misma vía. A los pocos días fue internado Marcelo de la Sota, también en Corrientes, y en las últimas horas ocurrió algo similar en Misiones. El ministro de Defensa, Jorge Taiana, salió a afirmar que los bautismos «no van más» y prometió «sanciones y relevos».
El cabo Michael Verón, de 26 años, está internado desde el sábado en el Sanatorio Boratti de Posadas y su estado de salud sigue en estado crítico. El hecho ocurrió en el Regimiento de Infantería de Monte 30 durante una supuesta “ceremonia de bautismo” para los cinco recién ingresados al cuerpo. El muchacho preparó el asado y fue instado a tomar bebidas alcohólicas. Luego fue arrojado por sus compañeros a una pileta vacía. En la caída se golpeó de forma severa y se le desplazaron vértebras.
Por un lado arrancó la investigación: toda la cúpula del Regimiento de Infantería de Monte 30 de Apóstoles que participaron en la «celebración» fue relevada. Pero según expuso el Comandante de Brigada Monte XII, Sergio Jurczyszyn, serían más de 70 personas perteneciente a la unidad del Ejército en Apóstoles las que estarían implicadas. De ese enorme grupo, alrededor de 15 estarían directamente implicados.
Mientras tanto, si bien está evolucionando favorablemente, la salud de Michael sigue en riesgo. Así lo declaró su madre, Mónica Rosalino, cuando dio a conocer el último parte médico: “Está evolucionando bien de su operación, hoy tiene programada otra cirugía, pero su vida sigue en riesgo y sigue en terapia, estamos orando para que se recupere”.
Los médicos indicaron que no tiene probabilidad de recuperar la movilidad por la lesión de la columna. “Él tenía dañada dos vértebras, le operaron y le sacaron una porque estaba en muy mal estado. La otra le pudieron acomodar en la columna, pero se tuvo que sacar un pedacito de una vértebra de la garganta y de la pelvis para completar el hueso. Ahora necesita otra operación, está respondiendo bien a los medicamentos, esta consciente y sin respirador, pero no tiene probabilidad de recuperar su movilidad”, reveló.
Sus familiares no saben aún cómo ocurrió el hecho: si lo tiraron, si lo obligaron o qué fue lo que sucedió en eso que se supone iba a ser un festejo por el ascenso. Según la madre, previo al festejo le hablaron y luego lo único que recuerda es que lo tiraron a la pileta: “eso tiene que declarar él cuándo esté mejor. Hay una investigación de por medio para averiguar exactamente lo que pasó”.
No van más
“El comandante hizo la denuncia federal y está muy indignado con lo sucedido, ya que casi sufrieron otra víctima en la familia del ejército y esto no puede seguir pasando. Él está apoyándonos con contención, con médicos y con lo que necesitemos acá”, añadió la madre de Michael Verón.
Mientras tanto, ordenaron relevar a la cúpula del Regimiento de Infantería de Monte 30, en la localidad de Apóstoles, donde ocurrió el hecho. La apertura del expediente fue comunicada por la Secretaría General del Ejército. Este domingo al mediodía, el jefe del Estado Mayor General del Ejército, Guillermo Pereda, ordenó el apartamiento y relevo del jefe de Regimiento, teniente coronel Patricio Trejo; el segundo jefe, mayor Sebastián Notaro; y el encargado de la Unidad, el suboficial mayor Ireneo Suarez.
El ministro de Defensa, Jorge Taiana, declaró este domingo que “esto del bautismo” en los cuarteles “no va más” y que habrá “sanciones y relevos”. Visiblemente molesto, manifestó que el soldado «ha sufrido muchas lesiones, tiene fracturada una vértebra. No solo es inaceptable, durante esta semana se ha desplegado una misión del Ejército, esto de los bautismo no va más. Es un soldado voluntario que pasó a cabo y ha sufrido graves lesiones”.
En declaraciones a Radio 10 aseguró que “hay todo un movimiento de rechazo a los bautismos, va a haber sanciones a jefes y relevos. Es algo claramente prohibido y hay una desobediencia. Habrá relevo de los jefes de unidad. Actuaremos con dureza y firmeza”.
“La cuestión central está en la formación de las fuerzas –remarcó días atrás a Tiempo Hermindo González, ex juez federal subrogante, abogado querellante en delitos de lesa humanidad–. Todos sabemos que ocurren violaciones, vejámenes, torturas, ya sea en las prácticas diarias o bien como rito de iniciación. Lo que ocurre es que, recién cuando provocan consecuencias extremadamente graves, llegan a la Justicia. De igual manera ocurre en la policía provincial. Nadie puede tolerar torturas, apremios, vejaciones, como parte de formación alguna, eso es delito lisa y llanamente y se deben aplicar políticas de Estado para erradicarlo de las fuerzas de seguridad”.
Para el abogado especialista en Derecho Penal y referente de la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes, «es obvio que estos ‘rituales’ o ‘bautismos’ no pueden ser parte de ninguna ‘actividad formativa’. Podríamos hablar de abandono de persona si se acredita que pudieron asistirlo y no lo hicieron”.
Sostiene que los hechos llegan a la Justicia cuando son muy graves y el Estado como institución no se hace responsable: «solo responden los que actuaron para imponer dichos tratos crueles e inhumanos, como si fuera una decisión personal y no prácticas institucionales consentidas; de ahí que nunca se va al origen para prevenir, y continúan ocurriendo. El poder no se deja investigar».