“Luego de haber trabajado dos años al frente de una pandemia, poniéndose en riesgo, despiden a compañeras y compañeros como si fueran descartables. Pero no es sólo una situación injusta hacia los trabajadores. También están poniendo en riesgo la situación socio-sanitaria en la Ciudad, porque el sistema de salud los necesita”, dice Carolina Cáceres, enfermera del Hospital Tornú y referente de la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE). Describe así el doble impacto de la nueva ola de despidos en los hospitales públicos porteños, en el marco de una pandemia que no terminó.
Este jueves, con asamblea y radio abierta en el hospital Tornú se reclama contra la no renovación de contratos de 36 trabajadores y trabajadoras. “Ayer mandaron la notificación a 22 compañeros, cuando ya habían sacado a 14 antes. No tenemos cómo sostener los servicios”, alerta Cáceres en diálogo con Tiempo. Y ejemplifica: “En una planta de 12 enfermeros para sostener una sala de internación, lo cual ya es poco, 7 están en el listado para ser despedidos. No hay forma de sostener luego ese servicio, hay que cerrarlo. Eso está pasando en el hospital, y en otros como en el Fernández”. En ese establecimiento, el lunes último la Sugerencia de Recursos Humanos compartió la nómina enviada por el Ministerio de Hacienda sobre la finalización de 12 contratos de personal transitorio.
En el Ramos Mejía, en tanto, informaron a este medio sobre 25 trabajadores que quedaron en la calle. Todos prestaban servicio en la Unidad Febril de Urgencia (UFU) o en terapia. El ajuste sobre el personal y las instalaciones de las UFU es señalado como un proceso ya en marcha en distintos hospitales. Se trata de las unidades instaladas durante la pandemia para atender a personas con síntomas de Covid-19.
“La pandemia no se terminó aunque lo haya decretado (Horacio Rodríguez) Larreta. Pero aún si terminara y cerraran las UFU, podrían sumar al personal en los distintos servicios. Porque en todos hay faltantes. No hay sobrantes de enfermería en los hospitales de CABA. Esto es parte de un ajuste que no tiene relación con la situación sanitaria. Las UFU siguen funcionando pero con menos personal, están llevándose los módulos de a poco, las están desmantelando”, denuncia Cáceres. Para el próximo miércoles, en el Tornú, la ALE llamó a un paro al que podrían sumarse otros sindicatos y hospitales.
Entre el personal consideran que es una segunda ola de despidos de personal contratado en pandemia, tras una primera ola en octubre pasado. “La situación es desesperante. Están cerrando las UFU, que son 19 en toda la ciudad. Están llegando listados de enfermeras a los hospitales; las postas de vacunación las quieren cerrar, va a quedar mucha gente en la calle”, lamenta Héctor Ortiz, delegado de ATE Hospitales de la Ciudad en el Durand. “Eran 3000 los contratados y llamaron a concurso a 1200. El resto va a la calle. Pero además, en vez de hacer los concursos con la gente que ya estaba trabajando, lo hicieron abierto. Muchos están hace más de dos años trabajando, se enfermaron, perdieron familiares y ahora quedan sin trabajo. Están muy angustiados”, describe. Y recuerda que, en el distrito, murieron alrededor de 40 enfermeros y enfermeras por contraer coronavirus.
En el Hospital Durand, según Ortiz, ya hubo “alrededor de 30 despidos y siguen cayendo los listados. Traen 8 una semana, después otros 6, no mandan todo junto para que no se vea el grueso de la cuestión”, contó el delegado, que fue cesanteado pero tuvo que ser reincorporado por decisión de la justicia laboral nacional. “La persecución del Gobierno de la Ciudad no para. No es a mí solamente: habían cesanteado alrededor de 10 enfermeros referentes, todos de ATE en distintos hospitales. La mayoría volvió”.