Cientos de personas en situación de calle y en extrema vulnerabilidad se acercaron hoy al mediodía a la plaza Constitución para participar de una jornada que había sido convocada por distintas organizaciones sociales con el fin de que puedan acceder e informarse sobre diferentes derechos.
Los organizadores del encuentro habían llegado temprano para instalar los distintos stands en la explanada de la plazoleta, frente a la estación de Constitución, pero los planes cambiaron cuando la Policía de la Ciudad reprimió a un grupo de productores de la economía popular que a modo de protesta pretendían vender verduras a bajo costo en ese lugar.
Finalmente, tras una improvisada asamblea, se resolvió que la actividad debía realizarse en la plaza de Constitución donde se colocaron media docena de mesas para poder orientar y atender a las personas que se acercaban.
Se destacaron tres stands en los que rápidamente se formaron largas colas: el de los promotores de la salud, el de oftalmología y el que facilitaba la tramitación de diferentes programas. Juan, de 59 años, fue unos de los vecinos que se acercó porque “había visto en la tele que vendían verduras a 10 pesos y me venía muy bien, pero bueno no pude comprar nada. Por suerte, aproveché y me quedé para hacerme unos controles”.
El hombre tramitó la Tarjeta Ciudadanía Porteña y se entrevistó con el oftalmólogo Sergio Lucero. “En una semana me dan los lentes. De cerca veo todo borroso. No lo puedo creer, en el hospital me hubieran dado la receta y que me arregle”, detalla Juan, quien reconoce que vive en el barrio de Agronomía y que no está en situación de calle. Sin embargo, advierte: “No tengo jubilación, ni pensión, ni ningún subsidio y hace meses que no trabajo. Vivo de changas, pero no sale ninguna”.
También estuvieron presentes representantes del Centro de Integración Frida que funciona como hogar y espacio de contención para mujeres, trans, niñas y niños. La encargada de la limpieza del lugar, Denisse, de 33 años, señala a Tiempo que “la idea de venir para contarle a las chicas que tenemos un hogar donde pueden venir a comer, bañarse, estudiar, asesorarse, sacar el DNI. En este momento, están alojadas 45 chicas y 12 niños, la mayoría estaba en situación de calle y eran víctimas de violencia de género”.
Denisse vivió dos años en Frida, en 15 de Noviembre 2317, Parque Patricios. Hoy alquila una habitación en Constitución con su pequeño hijo. Como muchas otras, escapó de una historia de violencia y abandono por parte de su ex pareja.
“No veía bien del ojo izquierdo y en una semana voy a tener los anteojos. Este señor es un ángel de dios”, resume Soledad, de 35 años, en referencia al oftalmólogo Lucero. Soledad es una chica trans que vive hace un mes en Frida, luego de haber estado en situación de calle y haber vivido con su hermano en Quilmes, donde la convivencia no funcionó. “Ahora quiero terminar el secundario y conseguir un trabajo para poder alquilar y empezar a vivir bien”, agrega.
Lucero es oftalmólogo, médico y fotógrafo. Además, es docente de fotoperiodismo en Ecuador e integra el colectivo Comunes, cuya zona de influencia es la Comuna 5, donde junto a otros compañeros los martes se instala en San Juan y Boedo para darle una vianda de comida a los más necesitados. Gracias a su colaboración en el día de hoy, en una semana, unas 50 personas tendrán de manera gratuita sus correspondientes lentes.
En otro de los rincones, debajo de las ramas de un gomero, se instalaron las promotoras de salud y género, Sandra y Analía, del Movimiento Popular La Dignidad que le tomaron la presión a varias personas y derivaron a tantas otras para que sean atendidos por los médicos, como Carlos Franjo, quien estuvo desde temprano y debió asistir a unos 40 muchachos que habían sido heridos con postas de bala de goma y recibieron gas pimienta durante la represión de la mañana.
“Vinimos a colaborar con esta jornada y nos encontramos con este lío tremendo. Me llamó la atención que muchos chicos estaban baleados a corta distancia y en el rostro. Algunos fueron trasladados en ambulancias”, precisa Franjo, quien forma parte de la Red Puentes del Movimiento Popular la Dignidad.
Quienes pasaron por el lugar pudieron compartir un almuerzo. “Entregamos toda la comida que teníamos: más de 400 bandejas. Vino bastante gente que realizaron más de 100 trámites de DNI, de subsidios habitacionales y de la tarjeta Ciudadanía Porteña”, describe Horacio Ávila, máximo referente del Centro de Integración Monteagudo y de la ONG Proyecto 7, quien destacó la presencia de representantes de otras organizaciones sociales y políticas y organismos del Estado como la CESAC 16, hospitales públicos, el Ministerio Público de la Defensa, Ni Una Persona Más en la Calle, la Asamblea Popular Plaza Dorrego y Presidencia de la Auditoría General de CABA, entre otros.
“Pudimos llegar a la gente que queríamos llegar y notamos que se sintió contenida. Te da bronca porque esto lo puede hacer el gobierno y 10 veces mejor que nosotros. Pero ellos tienen la decisión política de no hacer este tipo de actividades, por eso ahora queremos replicarlo en otros lugares”, concluye Ávila.
Vale decir que la Dirección General de Estadísticas y Censos del gobierno porteño estableció que la indigencia creció en un 98% desde 2015, mientras que la pobreza aumentó un 50%. Las organizaciones que trabajan la problemática sostienen que hay más de 8.000 personas en situación de calle y que otras 22.000 corren riesgo de estarlo.