Julio César Báez, el artista preso por homenajear a Santiago Maldonado, logró finalmente su excarcelación, confirmada en la mañana del miércoles por la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora.
Baéz, integrante del Frente de Artistas del Borda y habitual colaborador de agrupaciones de derechos humanos, había sido detenido en Temperley el 20 de julio pasado, a metros de su domicilio, mientras realizaba una escultura callejera del joven muerto tras un operativo de Gendarmería en 2017, pocos días antes de que se cumpliera el segundo aniversario de su desaparición.
Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos nacional, que asumió la defensa del escultor, celebraron la medida de la Cámara, pero aseguraron que continuarán exigiendo el sobreseimiento del artista.
“Fue una audiencia de excarcelación bastante larga, y finalmente la Cámara compartió los criterios de la defensa”, explicó el abogado Mauricio Rojas, miembro de la APDH. “Se hizo hincapié en que Báez llevaba más de 15 días detenido, cuando la pena mínima para los delitos que le imputan es de 15 días a un año, lo que vulnera el principio de proporcionalidad de los tratados internacionales de derechos humanos”.
Rojas considera una victoria la excarcelación inmediata de Báez, que tras recoger sus pertenencias abandonaba la Unidad 40 de Lomas de Zamora esta misma tarde, sobre todo en tanto la fiscalía se oponía a su liberación.
“Pedimos el sobreseimiento, pero ese criterio no fue compartido por la Cámara, y un control de legalidad alderedor de la declaración de la policía. Pero, bueno, los operadores de justicia son renuentes a aceptar impugnaciones a la acción policial. Como sea, vamos a seguir batallando por el sobreseimiento y la absolución de Julio Báez”, cerró Rojas.
La detención se produjo luego de que un vecino de Báez, hermano de un policía del barrio, comenzara a increparlo, lo que derivó en la llegada de un patrullero de la Comisaría 3° de Temperley. Un grupo de uniformados de la Policía Bonaerense le impidió entonces seguir haciendo la escultura y hasta llegó a agredirlo.
Báez se refugió en su casa, adonde llegaron los policías, quienes, según testigos, dispararon tiros al aire. El escultor fue detenido por «resistencia a la autoridad» y «amenazas». Sin familiares directos, Báez sólo pudo ser visitado en los primeros días de detención por un primo que le llevó ropa y comida y la medicación que toma para el asma. Al difundirse la noticia, la APDH asumió su defensa.