Los 25 años de la Fiesta del Omelette Gigante que se elabora cada diciembre junto con el 140 Aniversario de Pigüe, en el partido bonaerense de Saavedra, son parte de la historia, la identidad y la cultura de esta localidad. Allí se radicaron unas 40 familias de Aveyron, Francia, en 1884. En parte, es lo que explica la celebración de este sábado y domingo. Desde las 10 en el predio del Parque Municipal, habrá desde Expo Rural y Comercial, paseo gastronómico, cantinas, emprendedores, artesanos y manualistas hasta presentaciones de bandas y grupos de danzas locales. Y es gratis.
Hasta hoy, en Pigüé, hubo pintores, agricultores, estancieros, de todo. Y en ocasiones hasta se puede replicar aquel viaje que protagonizaron las 40 familias aveyronesas a fines de 1800, si se aborda el tren en Constitución rumbo a Bahía Blanca. Dos veces a la semana se detiene en la estación original de Pigué. Horizonte, campo y cielo.
“Vinieron las 40 familias de franceses con sus sueños y esperanzas gracias a las gestiones de Clemente Cabanettes y el acompañamiento de Francisco Issaly”, dice Marisol Montalbán, quien nació allí y talló su vida junto al turismo. Tanto Cabanettes como Issaly fundaron la colonia aveyronesa de Pigüé el 4 de diciembre de ese mismo año. Sin embargo, el nombre de la ciudad es un vocablo mapuche: “ Pi-Hue” significa “lugar de encuentro”.
De aquellos años aún se puede ver alguna tradición francesa en los techos en mansarda, en el estilo Art Decó, en la enseñanza de francés en escuelas primarias y las obras de Numa Camille Ayrinhac, pintor francoargentino que retrató a Juan Domingo Perón y a Eva Duarte.
La gastronomía también expresa su origen y recorre parte de las exquisiteces galas como el aligot, un puré de papas con queso tomme que le brinda una textura particular; papas trufadas y choux farsi (repollo relleno con carne). Además se pueden degustar las pascadas “que tradicionalmente se comían luego de la pascua, de ahí viene su nombre. Se elaboran con harina, huevo, leche y espinaca en el caso de las saladas. Las dulces, en cambio, no llevan vegetales y se espolvorean con azúcar”, según se puede leer en el Facebook @ComidasPigüenses.
Omelette
Lo que todos conocen, esperan, participan y comen es la Omelette. Todos los años, se celebra el aniversario de la ciudad con la Fiesta de la Omelette Gigante, una tradición que se desarrolla sólo en siete localidades del mundo, una de ellas es Pigüé.
María Eugenia Larralde de Bros tiene sus cuatro bisabuelos maternos de Aveyron que llegaron a fundar esta colonia francesa en Pigüé. Es ama de casa pero cada vez que se acerca diciembre se viste con el gorro de cocinera y el atuendo. Es tercera Gran Maestre en la Cofradía del Omelette Gigante. “Las sartenes que tengo colgadas identifican las otras cofradías visitadas”, le cuenta a Tiempo de Viajes en referencia a los colgantes, como collares, que lleva en la foto de “gala” cuando está a pleno en la Fiesta de la Omelette Gigante.
“Esta tradición empezó en Bessieres cuando los jóvenes tenían que ir al servicio militar. antes de irse, se les ocurrió que podían hacer una fiesta para celebrar la amistad y la unidad del pueblo, recolectando huevos entre todas las casas de la localidad y hacer este omelette y repartirlo entre sus amigos. A alguien se le ocurrió hacer una omelette gigante en el lunes de Pascua, que es significativo porque es el momento en que hay más huevos en esa época”, relató la Gran Maestre. Y así es como desde 1973 existe “La Cofradía Mundial de Los Caballeros de la Omelette Gigante”.
Ocho mil porciones
“Somos 5 grandes maestros, también hay caballeros y escudetos que son los pequeñitos”, explica Bros. Cada vez que se cocina la Omelette se reúnen. “Somos 60 personas alrededor de la sartén, se utilizan 25000 huevos, 60 litros de aceite, 5 kilos de perejil, 5 de ciboulette y 80 de jamón cocido. Los huevos los dona Granja San Miguel de Bahía Blanca desde el inicio de la Cofradía, la harina para los panes gigante y el aceite son donados por Molino Cañuelas. El resto de los ingredientes también son donados por comercios locales. Sin el apoyo de los comercios sería imposible servir las 8000 porciones gratuitamente”, reflexionó. Hay que agendar e ir a probar.
María Eugenia está desde el inicio de esta cofradía en 1999. Y sabe que esta Fiesta de la Omelette Gigante es parte de la identidad. Además es un espectáculo en el que cuesta, por ejemplo, imaginar cómo hacen para romper 25 mil huevos. La tercera Gran Maestre ha viajado siete veces a la localidad de donde llegaron sus bisabuelos y bisabuelas maternos en Francia: “Aveyrón es una región montañosa del sudoeste de Francia, con pueblos muy antiguos, casas de piedra, producción de mucha leche, por lo que hay muchos quesos, mucha ganadería, y bueno, muy linda región”, sintetiza a Tiempo.
Sin TACC
En Pigüé, la Cofradía de la Omelette Gigante piensa en todo. Por eso, desde hace un par de años, “ también se hace una omelette de mil huevos para los celíacos, porque los ingredientes que nosotros utilizamos en la sartén grande no son aptos para celíacos, entonces a la par se hace una sartén más pequeñita para celíacos exclusivamente, junto con el pan que corresponde para ellos”, cuenta.
Música, maestro
Para este fiestón que cada diciembre reúne a gentes de todas partes, el municipio trabaja codo a codo con productores, comerciantes y la Cofradía. Desde la secretaría de Cultura que conduce Jeremías Serrano ajustan cada detalle para que tanto la Omelette Gigante más famosa y el aniversario de Pigüé sean un éxito.
“Es la fiesta más grande del pueblo y después el beneficio queda para el sector gastronómico, el sector hotelero. Este año, desde hace dos meses, ya está todo el distrito colmado, porque también nosotros recibimos turistas franceses que vienen a conocer lo que es la fiesta acá y la historia de cómo se fundó el pueblo”, le dijo a Tiempo Jeremías Serrano.
El funcionario dice que hay un acercamiento permanente con Francia, además de contar en la localidad con entidades como la Sociedad Francesa, la Alianza Francesa y Amicali. “También se hacen intercambios de estudiantes donde se practica la lengua francesa. Todo el tiempo le vamos agregando cosas nuevas a la fiesta para que cada vez sea un poquito más importante e imponente. Ahora se está hablendo de declarar el interés provincial y posterior al interés nacional”, destaca.
Naturaleza y aventura
Historia y comida van de la mano pero en esta zona también se distingue la naturaleza. Hay sierras a un lado y al otro del camino cuando uno recorre el Abra del Hinojo, un accidente geográfico natural que convierte a Pigüé y Saavedra en una ruta escénica.
El Abra del Hinojo integra un valle regado por varios cursos de agua que es ideal para hacer trekking entre las sierras o pasear en bicicleta. El cerro Curamalal Grande es el más alto del distrito, ubicado en el cordón Curamalal, uno de los más antiguos del sistema de Ventania. Entre los anclajes en la región hay cinco imperdibles como el monasterio Bizantino de la Transfiguración de Cristo el establecimiento Las Grutas; la Chacra 51; el Cerro Áspero; la ermita Nuestra Señora de Luján de la Sierra y uno de los emprendimientos más novedosos y top como el viñedo y bodega Ita Malal que integra el circuito Vino Buenos Aires.
Además, a los pies del sector más antiguo del sistema serrano de Ventania está uno de los Pueblos Turísticos de la provincia de Buenos Aires: Dufaur, ideal para conocer y visitar en familia por su tranquilidad, vistas y aire puro. En noviembre es sede de la fiesta típica “Paseo Étnico”.