Los sobrevivientes Jorge Hueman y Francisco García Fernández y Dardo Artigas, hermano de Asunción Artigas Nilo y tío de María Victoria Moyano Artigas, restituida en 1987 relataron los calvarios que sufrieron en los centros clandestinos de detención de Banfield, Quilmes y Lanús. También testificó Norma Molina, compañera del desaparecido Roberto Laporta.
Dardo Artigas fue el primer testigo de la audiencia 70. Es el hermano de Asunción Artigas Nilo, quien fue secuestrada embarazada el 30 de diciembre de 1977 en su casa de Berazategui junto a su esposo Alfredo Moyano Santander. Ella era uruguaya. La pareja fue vista en el Pozo de Quilmes y en el Pozo de Banfield. Los dos tenían actividades gremiales y políticas. “Este delito atroz de la desaparición no nos permite a nosotros cerrar el duelo”, admitió.
María Victoria Moyano Artigas nació en el centro clandestino de Banfield el 25 de agosto de 1978. El médico Jorge Vidal falsificó su certificado de nacimiento y la beba fue dada al policía Víctor Penna y a su mujer María Elena Mauriño. En 1987, fue recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo y desde entonces vivió en Uruguay con sus abuelos maternos. “Fue un poquito recuperar a mi hermana”, dijo Dardo.
“Mi familia fue muy golpeada. Sufrimos la desaparición de mi hermana con su esposo y a mi, siendo un adolescente, me secuestraron”, contó, y precisó que durante su secuestro fue torturado con picana y violado. “Yo pienso que sufrí eso en poco tiempo y ellos estuvieron muchos días. Uno piensa en la fortaleza que tenían”, comentó. De hecho, recordó que “ella tuvo trabajo de parto encapuchada y esposada, y después tuvo que limpiar”.
Norma Molina declaró a continuación por Roberto Laporta, quien fue secuestrado el 11 de enero de 1978 en Quilmes. Recordó que se conocieron en la unidad básica y tuvieron un hijo, por lo que se alejaron de la militancia, pero en 1976 volvieron a Montoneros. También fue secuestrado su hermano, Julio César Molina, quien era estudiante de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ).
Hubo un primer operativo en la casa y se llevaron a su madre, ellos pudieron escapar por el fondo de la casa y el pequeño fue entregado a una vecina, que lo lleva a la casa de la otra abuela. Esa vivienda también fue objetivo de los militares y una vez más, el chiquito quedó con un vecino. “Mi mamá fue torturada, le preguntaban por mi, por mi hermana y por Roberto. A mi suegra no, porque tenía una marca de una operación y le dijeron que si la torturaban, la mataban”, recordó Norma. Al día siguiente, ellas fueron liberadas y el pequeño quedó a su cargo.
Roberto fue secuestrado y ella contó el calvario de esconderse y criar dos hijos sola, ya que estaba embarazada cuando su compañero desapareció. Por comentarios de sobrevivientes, supo que estuvo en el Pozo de Quilmes, en el nivel de arriba.
El tercer testimonio que se escuchó fue el de Francisco García Fernández, sobreviviente del genocidio. Fue secuestrado en abril de 1978 y estuvo cautivo en la Brigada de San Justo, para luego ir a una subcomisaría de Laferrere, también pasó por Devoto y finalmente en La Plata.
Jorge Heuman, sobreviviente, fue el cuarto testigo de la jornada. “Fui secuestrado el 29 de marzo de 1978, en el consultorio que atendía en Ciudad Evita, a las 11 de la mañana”, contó. Fue trasladado a la Brigada de San Justo, donde pudo escuchar las torturas y ver las lesiones por los vejámenes cometidos allí. “Me tocó asistir a mi propia esposa, Amalia, que la habían dejado en coma”, mencionó.