La primera marcha de Manuel
“Decidí ser mamá siendo soltera y no fue fácil tomar la decisión, pasé por muchísimos sentimientos y entendí más que nunca lo vulnerables que nos encontramos las mujeres frente al embarazo y lo importante que es contar con la posibilidad de elegir. Siempre estuve a favor de la legalización del aborto, pero desde que fui mamá con mayor convicción”, contó Nadia Martínez, que llevó por primera vez a su hijo Manuel, de ocho meses, a una marcha al Congreso.
Para Nadia, que es enfermera y tiene 25 años, las mujeres que encaran la maternidad solas se enfrentan a diario a los prejuicios de la sociedad, además de sobrellevar las dificultades propias de sostener un hogar. “Hoy estoy en pareja con quien es el papá del corazón de Manuel, que es un gran apoyo para nosotros, pero no todos corren con la misma suerte. Por eso el aborto existe y existió siempre, tanto en las clases altas como en las bajas, la única diferencia es que para las primeras es una opción y para las pobres la alternativa es a riesgo de vida”, opinó.
La lucha como herencia
Cuando Mirta (izq.) parió a Alejandra tenía 17 años y asegura que ni siquiera evaluó la posibilidad de abortar porque desde el principio su decisión fue ser madre.
Alejandra tiene 37 años y hace cuatro años que está buscando quedar embarazada; en el proceso, tuvo un embarazo ectópico que debió interrumpir a través de un raspaje. “Si a esa misma situación la hubiera tenido que enfrentar a los 15 años, no sé si estaría viva con la legislación actual. Como estoy a favor de la vida, no deseo la muerte de ninguna mujer en abortos clandestinos”, analizó.
Zoe tiene 19 años y dice que recibió educación sexual en casa pero que de todas formas, si se viera en la encrucijada de decidir sobre la maternidad, podría elegir en libertad y con el apoyo de su familia. Madre e hijas concurren a las marchas feministas y pro legalización del aborto desde hace tres años, siempre juntas y acompañadas por el resto de sus hermanos.
Una mujer que ya es historia del feminismo argentino
Soledad Deza es una abogada católica de Tucumán, una de las provincias con mayor respaldo a los antiderechos y con mayor penalización a las mujeres que abortan clandestinamente. Pero además, fue la abogada defensora de Belén, la joven que a sus 25 años pasó más de 800 días en la cárcel condenada por abortar sin pruebas. Deza logró la liberación y absolución de Belén simplemente al leer el expediente y comprobar que el aborto voluntario no había existido. “La de Belén fue una condena moral, nunca tuvo las condiciones que requiere una condena jurídica. Debemos preguntarnos qué hubiera pasado si una abogada feminista no hubiera tomado su caso por mera casualidad. Hoy una inocente cumpliría con la pena de cadena perpetua”.
La visibilidad que obtuvo el caso de Belén fortaleció la demanda del movimiento feminista y la lucha por la legalización del aborto trascendió los límites de los espacios partidarios y de militancia en los que se daba tradicionalmente. “Creo que su historia nos unió porque corrió un velo y nos mostró que en la Argentina las mujeres van presas por abortar”, opinó Deza.
Además, la abogada que pertenece a la organización Católicas por el Derecho a Decidir celebró que la marcha haya estado repleta de jóvenes y adolescentes. “Por suerte, tenemos una juventud que la tiene diez mil veces más clara y, con ellos, el aborto ya salió del closet social y moral”, celebró.
Las pibas quieren hablar sobre aborto legal
Lolo, de 18 años, se interiorizó sobre el debate en 2015, gracias a que las autoridades de su escuela, apodada popularmente el Lengüitas, y el centro de estudiantes se comprometieron en la organización de charlas y la convocatoria a los pañuelazos. “De hecho, en mi colegio hubo una promoción de alumnos que eligió al pañuelo y la temática del aborto legal para el clásico disfraz de los egresados en el viaje de estudios, teníamos mucha conciencia sobre este derecho”, contó la actual estudiante del CBC de la Facultad de Derecho de la UBA.
Desde la escuela, Lolo llevó el debate al interior de su casa. “Mi mamá, que es abogada, estuvo en duda durante un tiempo, pero el otro día me confesó que después de analizarlo está a favor. Una alegría”, festejó.
Abril Sosa 20 años
Estoy acá para apoyar la despenalización del aborto. Es un día que va a quedar para la historia. No quiero que mueran más mujeres por un problema de salud pública y que el Estado no resuelve por la influencia que tiene la Iglesia en nuestro país.
Melisa Vitale 20 años
Vengo acá para apoyar y que se muestre que queremos que el aborto se legalice para que un montón de mujeres ya no mueran. No digan sí a la vida, porque si la ley no sale el aborto seguirá ocurriendo en condiciones clandestinas. Ya se sabe que no funciona. Hay que cambiarlo.
Camila González 19 años
Vine porque siento que el aborto tiene que ser legal y seguro. Las chicas pobres abortan de manera insalubre, se meten una aguja de tejer en la vagina y mueren desangradas. Las que tienen posibilidades abortan por 20 mil o 30 mil pesos en una clínica privada. Sobrevivir a un aborto es una cuestión de clase. Conozco muchas mujeres que se realizaron aborto. Y dos casos murieron. Si no es esta vez, será el año que viene. Seguiremos luchando para que así sea.
Maite Magarola 18 años
Una mujer debe poder decidir si tener un hijo o no. Los abortos suceden. Se hacen de manera clandestina. Y un montón de mujeres mueren. No puedo creer que con todo el avance que hay, con todo lo que se vive acá haya gente que todavía no tenga decidida su postura. Y sobretodo que haya argumentos tan inválidos: los abortos pasan y las mujeres mueren por hacerlo en condiciones insalubres.
Sofia Carmona 27 años
Estoy acá porque creo que el aborto es una práctica clandestina que mata mujeres. Creo que las muejres podemos tener la posibilidad de decidir sobre nuestro cuerpo. Estamos muy lejos del Congreso, la cantidad de gente es impresionante, no nos podemos acercar. Llama la atención la cantidad de mujeres jóvenes que somos acá. Es la final del Mundial para las mujeres. Está tan peleada la votación que es impresionante. Si no es ley hoy, faltará poco. Esta voz sólo va a lograr el aborto legal, seguro y gratuito. La mayor parte de la gente que está acá es autoconvocada, más allá de las agrupaciones políticas y sociales. Vienen porque quieren venir a expresar su apoyo porque todos conocemos una mujer que se realizó un aborto de manera clandestina en la Argentina. Y sabemos que si esa mujer lo dice en voz alta puede ir presa.