La petrolera YPF, propiedad del Estado en un 51% de su paquete accionario, renovó ayer el cargo de presidente con la asunción de Miguel Ángel Gutiérrez, un hombre que integró el directorio de la firma durante el mandato del presidente saliente, Miguel Ángel Galuccio. Pese a la asunción de Gutiérrez, la empresa todavía no definió quién será el CEO, un cargo que en la gestión anterior también ostentaba Galuccio.
Mientras el Poder Ejecutivo define el nombre con los altos mandos de la empresa, el cambio mantiene es observado en el sector petrolero en forma contradictoria, entre la apatía y la incertidumbre. «Vamos a ver qué pasa. Son cambios que se venían anunciando porque el presidente nuevo viene del directorio anterior. Supongo que se va a producir un ensamble adecuado», declaró con evidente cautela el presidente del e Instituto Mosconi, Jorge Lapeña.
Pese a que ayer hubo versiones atribuidas al oficialismo que anticiparon que la nueva gestión buscará pulir un perfil «más profesional y competitivo», el especialista consultado por Tiempo descartó que la sucesión traiga consigo un cambio brusco de dirección: «No veo un cambio de paradigma ni lo contrario. La empresa ya era bastante profesional con Galuccio, así que viene una continuidad», señaló.
Según Lapeña, «todos esperamos que YPF haga un gol de media cancha, que explore y descubra nuevos yacimientos para su producción. Una política exploratoria que nos dé estas satisfacciones», finalizó el consultor, quien remarcó su expectativa: «Vamos a ver cuáles son los planes porque todavía no escuché ninguno».
Fuentes consultadas por Telam consignaron que la nueva administración tendrá como objetivo de negocios un «mix entre producción de petróleo no convencional sin descuidar el aporte del crudo convencional», aunque aclaró que «el foco fuerte estará en el desarrollo del gas».
Las acciones de YPF se han movido con alta volatilidad a lo largo de este año, desde un mínimo de $229 el 2 de febrero hasta un máximo de $296 el 20 de abril pasado.