Lo que se quema es una franja de unos 300 kilómetros de largo al sur de la ciudad de Paraná y hasta las cercanías de la ciudad de Buenos Aires: un humedal de 17.500 kilómetros cuadrados que incluye zonas anegables y cursos de agua que son el hábitat de numerosas especies de fauna silvestre, desde aves y peces migratorios hasta el gato montés, el lobito de río y el carpincho, tres especies típicas de la región en estado vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Con menos territorio por la bajante del Paraná y acechados por los incendios en su gran mayoría intencionales, son numerosos los testimonios gráficos de su destino fatal.
No es Australia, ni una película, son los #Incendios en las #Islas frente al Gran #Rosario que pertenecen a #entrerios mientras defensa civil, bomberos, prefectura y voluntarios luchan por apagar, y salvar los animales, la Flora, los #Humedales! @bordet #bastadehumo pic.twitter.com/2MxNbWsg7c
— Juan Melli (@JuanMelli2) July 27, 2020
ESTO ES AHORA EN LAS ISLAS, NADIE HACE NADA!!! estamos desesperados, no les importa la gente, los niñes, las casas, los animales, ABSOLUTAMENTE NADA!!! Se agradece difusión. #LeyDeHumedalesYa #BASTADEQUEMAS pic.twitter.com/ndDyT02Jc0
— livia⛓ (@livv_ita) July 31, 2020
Los que no escapan
Se trata de especies de linaje chaqueño paranaense que habitan en un amplio espectro de comunidades en micro ecosistemas de humedal, hábitat en el que las inundaciones provocadas por el río son parte de su dinámica. También las bajantes. El problema es cuando estas últimas –la actual es una de las más pronunciadas y extendidas– coinciden con acciones humanas depredadoras como la quema de pastizales ilegales y sin recaudos que terminan por descontrolarse.
“Aún se desconoce si los animales que hibernan durante el invierno lograron escapar de las llamas y el humo, pero casi todas las zonas del humedal fueron afectadas en mayor o menor medida. Estos animales son principalmente reptiles, y son los más lentos. Suelen pasar el invierno bajo tierra, y no se sabe cómo vivieron el humo y el fuego”, confió una fuente académica al portal Mirador Provincial.
Graciela Klekailo, licenciada en Genética, doctora en Ciencias Agrarias y docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, explicó al portal Aire de Santa Fe que las quemas afectan en forma diferencial a la flora y fauna del humedal. Entre los animales, los menos comprometidos son aquellos con capacidad para moverse rápido, como las aves. “Durante los incendios, estarán en general menos afectadas que los anfibios y los reptiles, que se mueven menos rápidamente o no logran escapar. Eso dentro de lo que llamamos efectos directos e inmediatos del fuego”, dijo la docente, que agregó que incluso aquellos que logran irse padecen a futuro las consecuencias de las quemas.
“Los grupos que podrían escapar, como las aves, igual sufren impactos porque se destruyen los lugares donde anidan o tienen sus perchas en los pastizales altos o juncales. Cuando ese ambiente pierde superficie, se ven afectados a la larga también, por lo que todas las especies se ven afectadas a corto, mediano o largo plazo”, señaló la investigadora.
Klekailo apuntó, al contrario de lo que esgrimió la ministra de Gobierno y Justicia de Entre Ríos, Rosario Romero, que la “limpieza” del terreno para ganadería es el origen principal de los actuales incendios. “Puede haber casos originados por pescadores o cazadores furtivos, pero las grandes superficies son tierras para ganadería”, una práctica que en su visión debería limitarse al mínimo o no hacerse porque a gran escala produce otras consecuencias adversas para el humedal, además de las quemas.