En todo el mundo, unas 420 millones de personas viven con diabetes. En la región de las Américas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hay 62 millones de pacientes con algún tipo de esta enfermedad, caracterizada por la elevación de glucosa en sangre que interfiere en el metabolismo de azúcares, grasas y proteínas. En la Argentina se estima que casi un 13% de la población mayor de 18 años tiene diabetes, aunque la mitad no lo sabe. En cuando a los casos pediátricos, se calcula que entre 800 y mil niñas, niños y adolescentes son diagnosticados por año con diabetes de tipo 1.
Esta diabetes suele detectarse a edades tempranas y se diagnostica cuando el páncreas no genera insulina. Quienes la padecen necesitan la administración diaria de insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre. Necesitan unas cuatro dosis de insulina diaria, incluso usan dos tipos, una lenta y una rápida. Sin la insulina, su vida corre peligro.
“Se puede tener una vida absolutamente plena teniendo diabetes. Hoy el uso de insulinas es cada vez más cómodo. Los métodos de diagnóstico y seguimiento son cada vez más cómodos. Tenemos un abanico muy importante del estilo de vida y del plan alimentario para evitar complicaciones”, destacó el médico Gabriel Lijteroff, jefe de diabetología del Hospital Santamarina de Monte Grande, miembro del Comité Científico de la Federación Argentina de Diabetes y de la Federación Internacional de Diabetes.
Diabetes, una enfermedad cubierta por el Estado
En diálogo con Tiempo en el marco del Día Mundial de la Diabetes –cada 14 de noviembre-, el especialista remarcó el rol de la legislación y la cobertura estatal para sobrellevar los tratamientos de diabetes. “Es súper importante porque hoy una persona con diabetes tipo 1, si tuviera que pagar su tratamiento ente tiras reactivas, insulina, jeringas y demás, necesitaría entre 200 mil y 250 mil pesos por mes. Eso está cubierto desde hace muchos años. En la diabetes tipo 2 es variable, pero iría entre 25 mil y 70 mil pesos para quienes tienen que usar hasta cuatro fármacos para su control”, detalló. “La legislación en Argentina es de avanzada en todo el mundo”, remarcó.
La Ley N° 23.753 establece que, en caso de tener diabetes, la obra social debe cubrir el 100% de los medicamentos y reactivos necesarios. E insta al Ministerio de Salud a que garantice “la producción, distribución y dispensación de los medicamentos y reactivos de diagnóstico para autocontrol a todos los pacientes con diabetes”.
El rol del entorno
Según la Federación Internacional, en 2022 a nivel global hubo 530 mil nuevos casos diagnosticados de diabetes tipo 1 de todas las edades. De ellos, 201 mil fueron personas menores de 20 años.
La diabetes tipo 1 representa a una de cada diez personas con diabetes en Argentina. Puede afectar a personas de cualquier edad, pero por lo general se diagnostica en niños o adultos jóvenes.
«El rol de la familia, amigos y escuela es clave para acompañar. Es importante que todos lo sepan y estén al tanto. Una buena familia es la mejor insulina, que acompañe sin presionar, con equilibrio», dijo Mabel Ferraro, pediatra especialista en diabetes y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD) en un comunicado.
“Es importante que todos sepan sobre la diabetes para que conozcan qué tienen que hacer o cómo deben actuar ante una hipo o hiperglucemia”, añadió, según consignó la agencia Télam. En cuanto a la población adolescente con diabetes, sostuvo que es clave “la autonomía respecto al manejo de la patología. Y tanto en niños como el adolescentes es importante contar con un equipo interdisciplinario, que incluya psicólogo/a y que enseñe sobre la alimentación, autogestionar los cuidados y acceso al tratamiento».
Los síntomas más comunes para una diabetes tipo 1, en cualquier edad, son sed anormal y boca seca, pérdida de peso repentina, micción frecuente, falta de energía, cansancio, hambre constante, visión borrosa y enuresis. Pero, muchas veces, la enfermedad se presenta sin síntomas y surge ante análisis clínicos.
Cada vez más casos
A nivel global, el número de personas que viven con diabetes trepó de 108 millones a 420 millones en los últimos treinta años, según datos difundidos por la OPS. La Diabetes Tipo 1 puede desencadenarse por razones hereditarias, o una situación de estrés. La diabetes 2 se relaciona a malos hábitos y en general es silenciosa.
A nivel local, la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) advirtió que «en los últimos años ha habido un incremento de sobrepeso y obesidad», un factor de riesgo que «contribuye al aumento de la aparición de diabetes durante el embarazo».
De hecho, un estudio realizado en Argentina en base a criterios de diagnósticos de la Asociación Latinoamericana de Diabetes registró “un aumento de la prevalencia de diabetes gestacional del 5% en 1995 a una prevalencia actual del 9,8%, lo que indica que se duplicaron los casos en los últimos 25 años”.
Para el diabetólogo Lijteroff, hay varios factores que explican el aumento de casos a nivel mundial. “Hasta hace unos cuantos años la medicina no sabía cuál era el valor de glucemia para diagnosticar diabetes. Hace apenas 30 años se hablaba de 140 mg de glucosa en sangre y ahora sabemos que a partir de dos registros de 126 ya estamos ante una diabetes. El aumento de casos tiene que ver con que se ha podido focalizar mejor el objetivo”, apuntó.
En cuanto a los datos en Argentina, citó la Encuesta de Factores de Riesgo: “La primera vez que se hizo daba un 5% de población con diabetes. Ahora da 12.7%. Pero es la primera vez que se hace con control de glucemia, antes la persona decía si tenía o no diabetes. Ahora es más fidedigna”.
También apuntó entre los factores al aumento en la expectativa de vida, ya que “a mayor edad, mayor aparición de diabetes”. Y al “mal estilo de vida. En esa encuesta hemos visto que el aumento del sobrepeso y la obesidad llegan en Argentina al 62%. La disminución de actividad física se ha visto correlacionada en forma casi exponencial con el aumento de diabetes tipo 2”.
Efectos de la diabetes
Una diabetes que no está bien controlada puede asociarse a múltiples consecuencias nocivas para la salud. Entre ellas, posibilidad de enfermedad cardiovascular, lesiones en el pie conocidas como ‘pie de diabético’ y retinopatía diabética.
«La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre están elevados. Esto puede provocar daño en los ojos, riñones, en los nervios y en el sistema cardiovascular», indicó en una rueda de prensa la endocrinóloga Carla Musso, especialista de la SAD.
“La glucemia elevada en sangre y otros factores de riesgo que comúnmente se asocian a la diabetes, como la hipertensión arterial o el colesterol elevado, favorecen al daño tanto de las arterias como del músculo cardíaco incrementando el riesgo de desarrollar diferentes complicaciones cardiovasculares, como infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca e inclusive trastornos del ritmo cardíaco”, indicó por su parte Hugo Sanabria , jefe de la Clínica Diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular.
La retinopatía está entre los efectos posibles de la diabetes y es la causa más frecuente de ceguera en edad laboral. “Prácticamente uno de cada tres termina padeciendo retinopatía diabética, una complicación secundaria. De esta manera, más de medio millón de personas tendrían retinopatía con diferente grado de severidad”, advirtió Juan Gallo, coordinador de Oftalmo-Diabetes del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral, mediante un comunicado.
Tanto la ceguera como la disminución severa de la visión es prevenible en el 80% de los casos cuando el tratamiento se lleva a cabo en el momento adecuado.
Por eso, Gallo recomienda que “todo paciente de diabetes debe hacerse controles periódicos con un médico oftalmólogo que, de ser posible, cuente con experiencia en esta patología”.