Aparece Nelly Minyersky, en donde sea, y las chicas se acercan a sacarse fotos. Ella siempre posa y sonríe, y por dentro le resulta gracioso que la busquen cual si fuera una rock star. En realidad, ella es uno de los faros dentro del feminismo y una referente indiscutible de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Abogada y luchadora incansable por los derechos de la mujer, Minyersky reconoce que la lucha del año pasado fue histórica y que dejó un saldo a favor para toda la sociedad. «Ni yo ni muchas de las que estamos en la Campaña soñábamos lo que pasó en 2018. Esperanzas, una siempre tiene, pero lo que pasó es insólito. Pero en el campo de la lucha, las mujeres somos medio insólitas, y siempre hemos sido así», afirma en diálogo con Tiempo.
«Ganamos. Enormemente ganamos. Cuando se votó en Diputados, pensamos que en el Senado iba a ser más difícil. Lo que me angustió mucho fue ver quiénes son nuestros representantes en el Senado. Hay allí mucha gente realmente ignorante, y los que no son ignorantes, mienten. Entonces se hace difícil el diálogo. Como no conozco otro sistema mejor que el Estado de derecho, me daba pena que estas bestias hicieran perder la confianza en el Estado de derecho a los jóvenes», expresa la abogada, y agrega: «Para este año, creo que vamos a tener que plantearles a los nuevos legisladores un compromiso, o que se pronuncien antes, y ojalá que quienes renueven sus bancas sean personas con conocimiento y ética».
Cuando recuerda aquellas jornadas, Nelly mantiene el asombro que le provocó el discurso antiderechos durante los debates en ambas cámaras. «Se escucharon muchas mentiras a partir de una construcción teórica muy rígida, y hasta se falseó información mostrando videos que no son de abortos. Es muy terrible lo que pasa. En pocas semanas tuvimos muchos casos de abusos sexuales. Al Estado ya no le digo que se preocupe por el aborto, pero le pido que al menos se preocupe por las violaciones a las nenas. ¿En qué sociedad vivimos que en cuatro semanas abusaron de seis niñas?», expresa con angustia.
«Hay que poner énfasis en la educación sexual. En el caso de la chiquita de Jujuy, creo que ni había que discutir el método, lo que importa es que llegó con esa cantidad de semanas de embarazo. ¿Cómo los médicos la atendieron cuando llegó con ese cuadro? ¿No pensaron que podía estar embarazada? Con un simple análisis lo saben. Hay que ponerle fin a esto, tan estructural», reflexiona.
«Acá nos dicen que tenemos ideología de género. Otra mentira. Somos personas que pensamos que una cosa es la biología, otra el sexo y otra el género, y que el género es una construcción cultural. Y también que cada uno tiene derecho a ejercer la identidad sexual que desee. La gente que se opone busca una familia piramidal, que las mujeres nos quedemos en el hogar… Repiten ‘los hijos son nuestros’, y es siniestro porque hemos luchado durante años por los chicos como sujetos de derecho. Son ideas fascistas. Por eso, no comparto algo de lo que dice Rita Segato, eso de que lo primero es la igualdad de la mujer para salir de la estructura. Yo creo que si simultáneamente no atacás otras causas, no sirve. No quiero tener más derechos que los hombres, quiero un mundo donde tengamos los mismos derechos, porque una sociedad en la que uno domina al otro no sirve para nada». «