La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) denuncia la muerte de un joven tras un incendio ocurrido en el Centro de Recepción Pablo Nogués, ubicado en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas. El organismo de prevención de la tortura detectó y denunció varias irregularidades institucionales-judiciales.
“El joven Alex falleció después de agonizar durante tres meses en un hospital, por las lesiones que le provocó el humo tóxico durante un incendio que se produjo en el interior de su celda del Centro de Recepción Pablo Nogués, ubicado en el partido de Malvinas Argentinas”, aseguró Roberto Cipriano García, abogado y secretario de la CPM, a Tiempo. Siguió relatando que durante “la madrugada que ocurrió el incendio, los operadores que trabajan en la institución no asistieron a los jóvenes que gritaban desesperadamente pidiendo auxilio junto a todo el pabellón. Abrieron la celda casi dos horas después, cuando la situación estaba bajo el control de los bomberos”.
“Queremos dejar en claro que los fiscales del caso no intervinieron con perspectiva de Derechos Humanos, tampoco con sentido humanitario, además, revictimizaron al joven y su familia”, denunció García. Continuó recordando que “nosotros visitamos el lugar y entrevistamos a los jóvenes durante las horas posteriores al hecho, nos presentamos como particular damnificado institucional en la causa por la muerte del pibe”.
“Las graves condiciones de detención, torturas y el extremo régimen de vida en los centros cerrados para jóvenes producen muertes que se originan bajo la custodia del Estado en forma sistemática”, aseveró el secretario a este diario. “Estuvo hospitalizado en terapia intensiva en el Hospital del Trauma y Emergencias Dr. Abete, después fue trasladado al Sanatorio AMTA y estuvo los últimos días en el Sanatorio Franchin”, detalló García. Durante los tres meses que estuvo internado, “Alex no recobró la facultad del habla y por momentos permaneció inconsciente”, señaló.
“A pesar de su estado de salud, el personal policial que lo custodiaba en el hospital obstaculizó el vínculo con los padres y llegó a tenerlo esposado a la cama, por este motivo presentamos otro hábeas corpus”, denunció el abogado. Explicó que el 13 de octubre decidieron desconectar el respirador, “su muerte ocurrió cuatro días después, el 17, cuando los médicos determinaron que no había actividad cerebral, se ordenó el retiro de la custodia policial y el joven falleció”.
“Cuando quedó internado, la defensa oficial pidió la libertad condicional o subsidiariamente, el arresto domiciliario para el momento del alta médica”, reconstruyó García en relación a cuando ocurrieron los hechos. Sin embargo, el fiscal Marcelo Tonelli solicitó que “se rechace la libertad y se traslade a Alex a la Unidad Hospital Penal Nº22 de Olmos, pese a los informes médicos desfavorables que daban cuenta de su gravísimo estado de salud”, se quejó el letrado.
También aseguró que la jueza a cargo “concedió la prisión domiciliaria y el fiscal insistió con su disidencia, apeló la decisión con el aval del fiscal adjunto departamental Marcelo J. M. Brocca y de ese modo retrasó todo”. Pero la sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal departamental “rechazó la apelación del magistrado”, celebró el abogado.
Mala procedencia judicial
Cuando ocurrió la muerte del joven la titular del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 1 de San Martín con sede en San Miguel, Elizabeth Ordoñez, “dejó en manos de la familia la manipulación del cuerpo del chico sin advertir la necesidad de realizar la autopsia correspondiente”, denunció García. Por eso presentamos la “denuncia penal ante la Ayudantía Fiscal de Investigación de Delitos Acaecidos en Unidades Carcelarias, dependiente de la UFI 1 de San Martín”.
Precariedad institucional
“La muerte de Alex es la consecuencia de condiciones de encierro que violan todo el tiempo los Derechos Humanos de los allí cautivos”, subrayó el secretario. Continuó contando que “nosotros venimos denunciando hace mucho el régimen de vida que padecen los jóvenes dentro de estos dispositivo”.
“Explicamos mil veces que el aislamiento extremo alcanza las veinte horas diarias de encierro en la celda, falta de acceso a internet para sus celulares, condiciones edilicias deplorables y escasez de insumos para higiene personal”, denunció García. Además se suman otras vulneraciones de derechos “como malos tratos por parte del personal y requisas vejatorias a los familiares de los jóvenes detenidos”.
“Frente a la falta de escucha y atención profesional, los reclamos de los jóvenes muchas veces se traducen en autolesiones y atentados contra sus propias vidas” explicó el abogado. En este Centro de Recepción de Pablo Nogués se produjeron dos suicidios en los últimos años: “El de Lucas Soraire en 2020 y Tobías Luján en 2021; además los suicidios son habituales en estas instituciones”, enumeró.
“Denunciamos todas estas vulneraciones a los Derechos Humanos y se encuentra en trámite un hábeas corpus colectivo que presentamos ante el Juzgado de Garantías del joven Nº 1 de San Martín, a cargo de la doctora María Eugenia Arbeletche”, remarcó el secretario. En ese proceso que lleva varios años se ha ordenado “la clausura de un pabellón, la implementación de un plan de reformas edilicias, la mejora del régimen de vida y la configuración de un mecanismo de participación, entre otras cuestiones más”, finalizó.
El caso
Ocurrió durante la madrugada del 15 de julio, luego de una larga noche de reiterados reclamos no atendidos por el régimen de vida y malas condiciones de detención. Se inició un fuego que se propagó rápidamente en la celda donde estaba alojada la víctima fatal, alcanzó los colchones -que tienen tratamiento ignífugo- y se produjo una gran cantidad de humo. A pesar de los desesperados gritos de auxilio de Alex, su compañero de celda y del resto de los jóvenes encerrados en el mismo pabellón, nadie los asistió.
Al día siguiente la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, se constituyó en esta institución de encierro y se entrevistó con los jóvenes. Según relataron, el fuego comenzó alrededor de las dos de la madrugada y los bomberos sofocaron el incendio cerca de las tres.
El compañero de celda de la víctima comenzó a gritar para que ingresaran a socorrerlos, porque Axel respiraba con dificultad. Sin embargo, “los operadores del centro de Pablo Nogués no ingresaban al pasillo porque decían que había elementos cortopunzantes en el pabellón” dijo el abogado. Cuando todo terminó el joven Alex fue sacado inconsciente de su celda “alrededor de las cinco de la mañana, casi tres horas después de que se iniciara el incendio”, reconstruyó.
El humo tóxico se propagó por todo el pabellón y afectó al resto de los jóvenes que sólo fueron vistos por un enfermero del Centro de Recepción en la mañana del día siguiente. Cuando el equipo de la CPM se presentó constató que los jóvenes estaban muy afectados, “tosían y manifestaban que aún tenían mucosidad de color negro. Además de padecer angustia por no haber sido notificados del estado de salud de Alex”, contó García.
Recién a partir de un hábeas corpus colectivo presentado por la CPM ante el Juzgado de Garantías del Joven N° 2 de San Martín, los jóvenes recibieron asistencia médica adecuada. El joven Alex finalmente murió el pasado 17 de octubre, luego de tres meses de agonía en el hospital, como consecuencia de las graves lesiones que le provocó la exposición al fuego y al humo tóxico durante un incendio en la celda del Centro de Recepción Pablo Nogués del partido de Malvinas Argentinas.